BARCELONA, 11 Nov. (EUROPA PRESS) -
El escritor Miguel Aracil ha publicado un ensayo en que analiza la fuerza telúrica de varios puntos de la Tierra donde hay construcciones humanas desde hace milenios, y acaba planteando la posibilidad de medir científicamente esa energía.
'Los suspiros de Gaia. Guía eco-arqueológica de los lugares de poder del planeta Tierra' (editorial Guante Blanco) parte de las posibilidades que abre la teoría de Gaia, del científico casi centenario James Lovelock, que defiende que este planeta es en sí mismo un organismo vivo.
Aracil explica que algunos científicos están intentando medir las fuerzas telúricas, con detectores diversos: él destaca el The Dragon Project Trust, del investigador Paul Devereux, con instrumentos científicos y en colaboración con radiestesistas y psíquicos, en Europa, Asia, América y África.
También cita al profesor de Geología de la UB Lluís Miquel Domènech, que está preparando sendas investigaciones en la zona del santuario de Núria (Queralbs, Girona) y el Cañón del Río Lobos (en Burgos y Soria), con un magnómetro de protones.
Este aparato, portátil, suele usarse en prospecciones geofísicas, midiendo la intensidad del campo magnético y las variaciones de éste, para detectar anomalías en la susceptibilidad magnética de un terreno, que puede ir ligada a la existencia de yacimientos de minerales, fallas y grandes fracturas con o sin circulación de agua.
Además cita la técnica física de la graviometría, que detecta alteraciones del campo gravitacional causadas por estructuras geológicas o cuerpos de baja o alta densidad.
Otros instrumentos con que se ha intentado medir son detectores de alta frecuencia, oscilógrafos 308 S, receptores de ondas ultracortas con microamperímetro, ohmiómteros, contadores Geiger-Muller, receptores de corrientes de electrofiltraciones y contadores de centelleo, entre otros.
ENCLAVES
El Cañón del Río Lobos es uno de los enclaves que se aborda en libro, y el resto de capítulos describen megalitos como el del Túmulo de Saint Michel en Carnac (Bretaña, Francia), Stonehenge (Inglaterra), la catedral de Chartres (Francia), templos de Malta, la ciudad nabatea de Petra (Jordania), el Camino de Santiago y las pirámides de Guiza (Egipto).
Y también explica lugares que considera "negativos", entre los que cita la fortaleza de Wewelsburg (Alemania), que el dirigente nazi Heinrich Himmler quiso convertir en un lugar mágico del nazismo; y el territorio maya de Chichén Itzá (México).
