Organizaciones pro Derechos Humanos piden que más presos se confinen en casa

   BARCELONA, 31 Mar. (EUROPA PRESS) -

   Ocho organizaciones catalanas pro Derechos Humanos han pedido este martes que más presos pasen el confinamiento en sus casas para disminuir el número de internos en las cárceles y ante la suspensión de visitas de familiares por la pandemia de Covid-19, han informado en un comunicado.

   En esta línea, el Observatori del Sistema Penal i els Drets Humans de la Universitat de Barcelona (UB), el Sistema de Registre i Comunicació de Violncia Institucional (Sirecovi), Irídia, el Institut de Drets Humans de Catalunya, la Comisión de Defensa del Colegio de la Abogacía de Barcelona (Icab), Justícia i Pau, Familiars de Presos/es de Catalunya, y la Associació Catalana per la Defensa dels Drets Humans han enviado una carta a la Conselleria de Justicia de la Generalitat pidiendo medidas.

   Piden una "drástica reducción de la población encarcelada" y señalan cuatro casos en los que los internos podrían obtener el tercer grado: los clasificados en segundo grado que ya han tenido permisos de salida y con buena conducta, a los que se les aplica el artículo 100.2 del Reglamento Penitenciario, los mayores de 70 años y lo que tienen patologías severas.

   La consellera de Justicia, Ester Capella, ha explicado que a partir de este martes las juntas de tratamiento de las prisiones estudiarán si por la emergencia sanitaria hay más presos que pueden pasar el confinamiento en su casa, y se ha referido a los que están bajo la aplicación del artículo 100.2.

TERCER GRADO EN CASA

   Capella ha señalado que el 69% de presos en tercer grado ya pasan el confinamiento en sus casas: los internos en tercer grado suelen pasar cinco noches en la cárcel y 2 en su casa cada semana, mientras que con el artículo 86.4 del Reglamento Penitenciario pueden dormir todas las noches en sus domicilios, con control telemático.

   Antes del estado de alarma por coronavirus, los presos en tercer grado con 86.4 eran el 20%, y se ampliaron con la intención de minimizar el riesgo de contagio en las prisiones.