El padre de Claudia reconoce que la niña le cayó en dos ocasiones pero niega malos tratos

Actualizado: viernes, 5 octubre 2007 20:27

TARRAGONA, 5 Oct. (EUROPA PRESS) -

El padre de Claudia, la niña de siete meses de Salou (Tarragona) que sufrió presuntos malos tratos por parte de su progenitor, negó hoy ante el juez estas acusaciones, pero admitió que la niña se le cayó de los brazos dos veces.

En la vista oral que se celebró en el Juzgado Penal número 3 de Tarragona, Richard R.B., padre de la menor, de 24 años, cubano, y que está en situación ilegal, reconoció que en dos ocasiones se le cayó la niña de los brazos y se provocó lesiones. Al mismo tiempo también asumió que "por miedo a que le quitaran las niñas" escondió esta información cuando declaró ante el juez en fase de instrucción del caso. El acusado quiso dejar claro que "nunca" maltrató a sus hijas.

La madre, Aynadis M.T., por su parte, afirmó que a pesar de no presenciar las caídas relatadas, cree la versión de Richard y remarcó que "nunca" le vio sacudir o maltratar a las menores. Reconoció, eso sí, que en una ocasión, cuando Claudia ya estaba lesionada, llamó la atención a Richard porqué creía que "no tenía el cuidado necesario" con la niña. "Por irresponsable le sucedió esto", manifestó la madre.

El jefe de pediatría del Hospital Joan XXIII de Tarragona, Xavier Allué, declaró en la vista que las lesiones presentadas por la niña eran "insólitas" en una lactante. Allué también explicó que la menor presentaba varias lesiones en las dos ocasiones en las que fue ingresada y que algunas eran anteriores.

El primer ingreso de Claudia se produjo el 22 de abril por una fractura de fémur. Según explicó el padre, hacía unos días que él había cogido la niña por una pierna porqué se estaba cayendo y "para evitar que llegara al suelo". Igualmente, señaló que la hermana mayor de Claudia, Amanda, de 4 años, solía sentarse encima de las piernas de la bebé, lo que, según Richard, también podía justificar la lesión en la pierna.

En la exploración se le detectó también una lesión anterior en la tibia que ya estaba curada, según declaró Allué. Mientras llevaba el yeso, según manifestó Richard, la niña cayó otro día del sofá "dándose un golpe en la frente" pero "no la llevé al médico porque no se hizo nada y porque temía que me la quitaran", declaró.

SEGUNDO INGRESO.

El día 10 de junio la niña volvió a caer cuando el padre la tenía cogida con una mano sobre el pecho mientras que con la otra preparaba el biberón. Entonces, la bebe empezó a convulsionar y por ello, según explicó, la zarandeó y le hizo el boca a boca así como le puso los dedos en la boca para que no se atragantara.

Después salió a pedir ayuda, dejando a la otra hija sola en casa, y se llevó a la niña al CAP Salou ayudado por una patrulla de Mossos d'Esquadra que le auxiliaron. De allí fue derivada al Joan XXIII, donde le diagnosticaron hemorragia subaracnoïdea, efusión subdural y hematoma malar.

Por ello, tuvo que ser operada en el Hospital Sant Joan de Déu de Barcelona. Según los médicos que la atendieron, estas lesiones, "por estadística", le podrían dejar secuelas neuropsicológicas "aunque aún no son visibles".

Según el doctor Allué, del hospital de Tarragona, en este segundo ingreso la menor tenía una fractura craneal y una hemorragia. Allué manifestó que la fractura podría ser debida a un golpe, pero la hemorragia se atribuiría a un zarandeo "brusco y fuerte".

En esta ocasión, ante el juez y ante los médicos e incluso ante la mujer, el acusado afirmó que la niña había tenido un ataque de epilepsia. Según reconoció, no dijo la verdad "por miedo a que le quitaran la custodia de las niñas". Finalmente, reconoció la caída ante la mujer cuando ya estaba detenido y ella le explicó que era porque el informe médico mostraba una fractura.

LESIONES NO "ESPONTÁNEAS".

Por su parte, el facultativo del Joan XXIII declaró que un hecho común en las lesiones de Claudia era "su repetición", por ello se sospechó de malos tratos, ya que era "improbable" que las lesiones fueran "espontáneas".

En el juicio también declararon la médico que atendió a Claudia en el CAP Salou por la lesión en la pierna de abril. Ésta manifestó su extrañeza porque los padres intentaron evitar tener que desnudar a la niña para que pudiera ser explorada. Cuando la examinó, a parte de la lesión en la pierna que le había provocado una fuerte hinchazón, la médico encontró también un hematoma en la frente y otro abdominal que los padres dijeron que era "congénito".

Otra declaración de hoy fue la del forense y del médico de Sant Joan de Déu, que apuntaron al "síndrome del niño zarandeado" como motivo de la lesión en la cabeza.

PIDEN DIEZ AÑOS DE PRISIÓN.

El juicio se retomará el próximo jueves con la declaración de una niñera y la presentación de las conclusiones de las partes. La Fiscalía solicita una pena de cuatro años de prisión por la lesión en la cabeza, ya que considera que el padre, para hacer callar a la niña, la agitó fuertemente.

Por su parte, la acusación particular, ejercida por la Generalitat al cargo de la cual están las niñas desde que el padre entró en prisión, solicita diez años de pena por dos delitos de lesiones y uno de violencia familiar habitual. La Generalitat considera que Richard le produjo las dos fracturas, la de la pierna en abril y la de la cabeza en junio.

La defensa, ejercida por el abogado Isaac González, solicita la absolución ya que considera que no ha sido probado que las lesiones sean por malos tratos.

Se da el caso que la madre de Claudia y su padre se casaron en Cuba donde tuvieron a la primera hija. Después se divorciaron y una vez en España se reencontraron y tuvieron a Claudia.