Los peritos ratifican ante la juez que el hundimiento en el Carmel se debió a una falla no detectada y que pudo evitarse

Actualizado: viernes, 14 septiembre 2007 19:27

BARCELONA, 14 Sep. (EUROPA PRESS) -

Los peritos que han investigado el hundimiento en el barrio barcelonés del Carmel durante las obras de ampliación de la Línea 5 del Metro, en enero de 2005, ratificaron hoy ante la juez que la principal causa del siniestro fue una falla no detectada, y aseguraron que el colapso pudo evitarse con un sistema de excavación y sostenimiento apropiados para la zona fallada.

Los catedráticos de Ingeniería del Terreno Jordi Corominas, Alcibíades Serrano y Antonio Soriano comparecieron hoy en el Juzgado de Instrucción número 33 de Barcelona, que investiga las causas y responsabilidades del hundimiento, para ratificar su informe y explicar a las partes personadas en el proceso las cuestiones técnicas que de él se derivan, según informaron a Europa Press fuentes judiciales.

En la causa figuran como imputados por un presunto delito de daños y otro de estragos por imprudencia el director de la obra de prolongación de la Línea 5 del Metro e ingeniero de caminos de la constructora TEC4, Javier Gete-Alonso; el ingeniero de minas y responsable de los estudios geotécnicos de Geocontrol, Benjamín Celada; el gerente de obras de la empresa constructora pública GISA, Antoni Pérez; el jefe de obra de túneles de Copisa hasta el 16 de noviembre de 2004, Rafael Piquer; y el jefe de obra de Copisa del 10 al 30 de enero de 2005, Sergio Gracia.

Por otra parte, unos 40 vecinos y comerciantes afectados por el hundimiento en la zona del túnel de maniobras ejercen la acusación particular, mientras que la Generalitat figura en la causa como responsable civil subsidiaria y el Ayuntamiento de Barcelona como perjudicado.

INSPECCIÓN NO "SUFICIENTEMENTE" DETALLADA.

Los peritos, que trabajaron a partir de las muestras obtenidas de la galería transversal que la instructora ordenó excavar en marzo de 2006 en la zona del túnel de maniobras, señalan en su informe que, tras reconocer el terreno en el entorno de la zona colapsada, se percataron de la existencia de una roca fallada "interceptada" por las excavaciones, causa "fundamental" del siniestro.

Esta posibilidad, según los expertos, "no era descartable a la vista de los reconocimientos del proyecto", pero no fue considerada en él ni advertida durante la construcción, pese a que su resistencia "era claramente menor que la correspondiente al resto del macizo rocoso" y su amplitud "era suficiente para provocar la inestabilidad al no existir un sostenimiento apropiado".

Los peritos comprobaron "que los cálculos y las previsiones del proyecto de la cola de maniobras no contemplaron resistencias del terreno bajas, como corresponde a la zona fallada", y también que "la inspección de la roca durante la excavación de la cola no fue suficientemente detallada para detectar" su presencia.

El informe añade que "algún aparato esencial de auscultación --para controlar las deformaciones-- no fue convenientemente leído --estuvo más de dos meses sin lectura-- ni sus resultados anómalos llevaron a reconsiderar la calidad del terreno". Además, "la transmisión de los datos sobre los detalles y el comportamiento de la excavación en la zona donde después se produjo el colapso no fue suficientemente fluida" entre los técnicos implicados.

Los ingenieros, por otra parte, explican que la posible falta de calidad en el sostenimiento o la excavación de cajeo en la base del túnel --para sustraer el material innecesario--, "practicados por el constructor y no detectados y evitados por el sistema de control, no jugaron un papel tan decisivo en el colapso, aunque la mencionada 'excavación de cajeo' fuese el elemento desencadenante del fallo".

DEBIERON SUPLIR LAS DEFICIENCIAS "INMEDIATAMENTE".

Según las mismas fuentes, los peritos aseguraron hoy ante la juez instructora que el hundimiento se podría haber evitado, tal y como dicen en su informe, en el que señalan que se debería haber utilizado un sistema de excavación y de sostenimiento apropiados para la zona de falla y su correspondiente sistema de auscultación, aunque "era necesario detectar la necesidad de hacerlo".

Para los expertos, hubiera sido "favorable" actuar "más eficazmente para detectar la zona fallada, realizando una inspección más frecuente y más detallada del terreno excavado donde los reconocimientos previos indicaban materiales muy fracturados", y que el sistema de auscultación "no tuviera carencias que hiciesen perder una parte significativa de la información necesaria para interpretar el comportamiento de la excavación realizada".

"Conociéndose las carencias del sistema de control" --añaden--, se debería haber suplido esa deficiencia "inmediatamente", ya que "el plan de control es una herramienta esencial para reducir los riesgos".

Además, se debieron haber redactado contratos de Dirección Técnica y de Construcción "específicamente orientados" al método constructivo utilizado en la zona de maniobras, en los que "debería existir mayor claridad en las obligaciones de observar el comportamiento del terreno y medir su respuesta".