TALARN (LLEIDA), 10 (EUROPA PRESS)
Los Príncipes de Asturias presidieron hoy la entrega de despachos a la nueva promoción del cuerpo general de armas y de especialistas de la Academia de Suboficiales de Talarn, en Lleida.
Don Felipe pasó revista a los nuevos sargentos, seguido a pocos pasos de la Princesa Letizia, que presidió por primera vez la entrega de despachos, una fiesta para los nuevos sargentos y en la que tradicionalmente se turnan el Rey el Príncipe.
Como es tradicional, Felipe de Borbón entregó los despachos a los números uno del cuerpo de armas, Francisco Iván García, y de especialistas, Rubén Gil Palomar. También siguiendo la tradición, el presidente de la Generalitat, José Montilla, entregó al número uno de la promoción, el sargento García, una reproducción de la espada de Jaime I el Conquistador.
Recogieron su despacho 467 sargentos, entre ellos 58 mujeres. Según los mandos, cada vez son más las mujeres que ingresan en la academia de suboficiales, en la que este año han hecho las pruebas 1.200 aspirantes, dos por cada plaza.
El coronel al mando de la academia, Rufino Sacristán, se dirigió a los nuevos sargentos como "caballeros y damas" y les pidió que inculcaran valores a sus hombres: "Un espíritu cívico que les aleje de los vicios que aquejan a parte de la juventud actual. Las drogas, el alcohol y la violencia machista son incompatibles con la milicia".
También asistieron la ministra de Defensa, Carme Chacón; la vicepresidenta del Congreso Teresa Cunillera y el general jefe del Estado Mayor del Ejército, Fulgencio Coll, que fue el encargado de la retirada de las tropas españolas de Irak.
Los sargentos que lograron hoy su despacho son de promoción interna. Llevaban tres años de militares profesionales de tropa antes de acceder a las pruebas de acceso. Un gran número (92) son andaluces. Tras Andalucía, la comunidad de la que más proceden es la ciudad autónoma de Melilla, con 66 nuevos sargentos. De Madrid son otros 64, y de Castilla León, 48 más. Menos representación hay en otras comunidades, salvo Navarra, de la que no procede ninguno.
Algunos mandos aseguraban hoy que a todos les ha costado mucho porque han sido dos años duros de entrenamiento, que no superan todos los aspirantes, quienes, al entrar a la academia, tenían una media de casi 27 años.
Tras el discurso y el homenaje a los militares fallecidos, los nuevos sargentos, como han hecho siempre los de las promociones anteriores, lanzaron al cielo sus gorras para celebrar sus despachos.