BARCELONA, 7 Ago. (EUROPA PRESS) -
Los rescates efectuados por miembros de la Cruz Roja en lo que va de temporada en las cerca de cien playas catalanas que vigilan han subido hasta los 499, el doble de los acumulados durante el mismo periodo del año pasado.
De hecho, las cifras recopiladas hasta el 2 de agosto superan el número de rescates efectuados durante todo el 2008, cuando entre finales de mayo y principios de octubre se llegó a las 294 intervenciones en total, según cifras de la Cruz Roja a las que ha tenido acceso Europa Press.
Girona es la provincia que presenta un crecimiento más alto en lo que va de temporada, con 274 rescates, 168 más que en 2008; seguida de Barcelona, con 149, 62 más que el año pasado; y de Tarragona con 76, 9 casos por encima. Además, desde mayo han muerto 4 bañistas por ahogamiento.
En declaraciones a Europa Press, el responsable de los servicios de playas de la Cruz Roja en Catalunya, Ramon Badia, explicó que esta duplicación se debe, sobre todo, a unas condiciones climáticas adversas que han empeorada el estado del mar.
En el caso de Girona, la entrada de rachas fuertes de viento de tramontana habría causado que muchos días haya "mala mar", agravada por el "mar de fondo".
Badia apuntó también a la "orografía" de las playas como otra de las causas del aumento de los rescates. La restitución de arena en las playas catalanas, después de los temporales de diciembre y enero que causaron la reducción de muchos metros de costa, provocaría que el fondo marino no esté uniforme y por tanto el mar se muestre más alterado.
Al parecer, la arena está "blanda" y hasta que se asienta crea "caminos subterráneos" por donde evacua el agua de las olas. "La ola, cuando rompe, no regresa uniforme", sino por los agujeros que crea a tal fin, y eso conlleva que el mar esté más peligroso, explicó.
Badia lo ejemplificó con el caso de la playa de El Prat de Llobregat (Barcelona), donde el año pasado no se registró ningún rescate, y en lo que va de año ya se han tenido que efectuar "más de 30".
PETICIÓN DE MULTAS
El responsable de la Cruz Roja señaló que no existe un perfil determinado de la gente a quien se rescata, pero que en la mayoría de los casos se trata de personas que desconocen el mar y además desoyen las advertencias de los socorristas y no respetan las banderas amarilla o roja que ondean en las costas.
Precisó que la condición física también influye, y no es lo mismo que una persona joven nade en un mar revuelto que una persona mayor o un niño. Concretamente, criticó que es habitual que algunos padres dejen a sus niños bañándose solos mientras ondea una bandera amarilla.
En este sentido, Badia apuntó que sería positivo que las autoridades competentes introdujeran algún tipo de normativa que permitiera multar a las personas que, con su comportamiento de riesgo, ponen en peligro su vida y también la de los socorristas que acuden en su rescate.
Badia comparó estas actitudes con las de los conductores que no utilizan el cinturón de seguridad, y por tanto apostó por una reforma legal que permita la imposición de multas.