Cinco actores y un dramaturgo intentar la "ruptura absoluta" de la cuarta pared
BARCELONA, 10 Mar. (EUROPA PRESS) -
La sala La Villarroel de Barcelona acoge desde este viernes una versión libre de 'La Gavina', de Anton Chéjov, a cargo de lex Rigola, que reflexiona sobre el teatro y el amor con la interpretación de los actores Nao Albet, Xavi Sáez, Mónica López, Melisa Fernández y Roser Vilajosana y el dramaturgo Pau Miró, quienes no encarnan a personajes sino que hacen de sí mismos.
En la obra, los cinco actores y el dramaturgo hablan sobre su amor por el teatro: "Lo más importante son las tensiones que viven los propios personajes", ha explicado Rigola en rueda de prensa este martes, donde ha considerado que la obra es en sí un gran ejercicio de sinceridad de Chéjov que él ha usado para sincerarse también.
"Tengo unas necesidades de entender el mundo que antes no tenía. Antes lo quería cambiar directamente, y ahora he tenido que pasar por entenderlo en vez de ir directamente a la barricada", ha afirmado Rigola, que cree que Chéjov ayuda mucho a entender el ser humano.
GAVIOTA DE PAPIROFLEXIA
Ha avanzado que en la obra los personajes también se hacen daño, no físico: "Nosotros somos nuestro peor enemigo", ha advertido Rigola, que relata un viaje hacia el dolor a través de una gaviota de papiroflexia --símbolo de la obra--.
Rigola ha reivindicado en este espectáculo que el escenario es un ágora para compartir pensamientos y emociones, pero manteniendo la estructura original de la obra: "Cada diálogo está, aunque reescrito, y con los mismos conflictos, y tratados de un modo que los actores puedan hacer suyos los pensamientos".
JUEZ Y PSICOTERAPEUTA
Rigola ha defendido que la obra busca la "ruptura absoluta" de la cuarta pared, donde el público juzga las situaciones y hace de psicoterapeuta de los actores, ha descrito Rigola.
El director ha insistido en que la idea es que el público se encuentre con personas y no actores, y que estos hablen sobre lo que les preocupa y les destripa, con situaciones "que se dan en la vida".
Ha avisado de que hay una parte que son ellos y otra no, "pero lo ideal es que el espectador no la llegue a diferenciar", y esto ha dado lugar a que aparezcan varias versiones del texto hasta encontrar el espacio en el que el elenco se sentía cómodo.
No obstante, aparte de tratar sobre teatro, la obra también versa sobre el amor, y en especial el amor no correspondido, y ha destacado que el trabajo actoral es de una gran dificultad.
Rigola ha celebrado volver a esta sala, "la más neoyorquina de la ciudad de Barcelona", donde usará solo un lado de la sala --que tiene dos gradas de espectadores con el escenario en el centro--, lo que permitirá reforzar la idea de proximidad con el público.
