BARCELONA, 23 Abr. (EUROPA PRESS) -
Un testigo ha confirmado en el juicio la versión de la Fiscalía de que fue Antonio F.G. quien mató a un senegalés el 3 de enero de 2012 después de una discusión entre varios jóvenes africanos que jugaban al fútbol en Sant Adrià de Bèsos (Barcelona) y miembros de la familia gitana a la que pertenece el presunto agresor.
En su declaración este jueves en el juicio que se celebra en la Audiencia de Barcelona con jurado popular, el testigo, que era uno de los compañeros que estaban jugando a la pelota, ha asegurado que vio cómo este acusado disparaba y que había ido a casa a por la pistola por indicación de su padre, Antonio F.P.
Su declaración va en línea con la tesis de la fiscal, que pide 20 años de prisión para cada uno porque sostiene que el hijo siguió las órdenes de su padre cuando presuntamente fue a por la pistola y acabó con la vida de la víctima, de 32 años.
En su interrogatorios, los acusados dieron el miércoles una versión diferente: el padre exculpó al hijo mayor del crimen y declaró que fue él mismo quien disparó "por accidente" el arma durante un forcejeo con los senegaleses.
Su hijo lo corroboró y alegó que, cuando se produjeron los hechos, él estaba comprando un cupón de 'bonoloto', con lo que acudió al lugar --calle Palerm-- solo después de que su mujer le llamase y le contase lo que estaba pasando.
Contrariamente, este testigo ha asegurado este jueves que los cuatro acusados estaban allí cuando se produjeron los hechos: el padre, el hijo mayor, y también sus hermanos Salvador F.G. y Rafael F.G., a quienes la Fiscalía acusa de agredir con un bastón a otro senegalés y de amenazar con un cuchillo al resto del grupo, respectivamente.
