MADRID, 30 Jun. (EUROPA PRESS) -
Arrugas, caida de cabello, manchas en la piel, ojeras... el paso de los años nos afecta a todos, y aunque hay quienes lo lleva mejor que otros, a nadie le gusta verse como un anciano.
Los actores viven en gran parte de su cara, por eso es muy común que muchos hayan pasado por manos de cirujanos para hacerse unos retoques, aunque en muchos casos podríamos decir que han sido victimas de una carnicería, y que el resultado final ha sido mucho peor que con el que entraron.
Mickey Rourke, uno de los hombres rudos de Hollywood, decidió pasar por quirófano tras haber recibido una paliza en un combate de boxeo, su otra profesión. Si bien su cara no debería de estar en su mejor estado, no creemos que estuviera mucho peor de lo que se quedó una vez que salió del quirófano. El actor y boxeador ya de paso aprovechó para un aumento de labios. Ahora resulta difícil imaginarle volviendo a encarnar a un personaje viril.
El aumento de labios es de lo más solicitado en las famosas, normalmente con pésimos resultados, ya que hoy en día aun no se ha llegado a conseguir que resulte natural; y sino que se lo pregunten a Donatella Versace, quien empezó con un pequeño lifting facial y acabó convirtiéndose en un muñeco de silicona bastante artificial.
Otra que se sube al tren del botox en los labios es Melanie Griffith, quien ha dejado atrás esa imagen angelical que la caracterizaba para ser otra víctima de un carnicero de la imagen.
Para un actor la imagen lo es casi todo, te da papeles o te los quita. Meg Ryan era conocida por su cara adorable, pero por sus 50 decidió hacerse unos "pequeños retoques" que le cambiaron completamente las facciones de la cara. El resultado fue catastrófico, y que no se le vuelva a ver en la gran pantalla.
Uno de los casos más sonados es el de Nicole Kidman, la guapísima actriz que dejo de tener una cara 'humana' por culpa del botox "Ya no quiero más cirugía. Desafortunadamente, probé el botox, pero me he librado de él y por fin puedo mover mi cara de nuevo".
Pero sin duda el caso más sonado es el de Michael Jackson, quien nunca admitió haberse sometido a ninguna cirugía, a pesar de tener una nariz de plástico un color de piel diferente al que tenía cuando era pequeño e incluso un hoyuelo en la barbilla que no tenía cuando era integrante de los Jackson 5. Tranquilo Michael, nadie sospecharía jamás que has podido pasar por el quirófano.
La belleza es algo que todos ansiamos, pero no deja de ser una característica más de la persona. Una única característica entre tantas otras. Obsesionarse y darle más importancia de la que tiene solo sirve para que acabes en una larga lista de "monstruitos" creados en el quirófano de un cirujano plástico, quienes probablemente no sean más felices de lo que lo eran antes. Recuerda, el físico atrae, pero lo que realmente enamora es la personalidad.
