Pitingo: "He tirado la toalla un par de veces en mi vida"

El cantante Antonio Álvarez, alias 'Pitingo'
Beatriz Velasco
Europa Press Chance
Actualizado: miércoles, 11 noviembre 2009 17:26

MADRID (Por M.J.Moreno)

A Antonio Álvarez, conocido por todos como 'Pitingo' no le ha llegado el éxito de la noche a la mañana por lo que dice mantener los pies sobre la tierra y la cabeza en su sitio.

Desde que escuchara por primera vez a Areta Franklin y decidiera dedicarse al mundo del cante hasta el momento actual, en el que ha vendido más de 150.000 ejemplares de su último disco 'Soulería', ha llovido mucho. Sin embargo no ha estado solo, ha contado siempre con el respeto de su familia y el apoyo incondicional de su mujer Verónica, a la que conoció cuando tenía catorce años.

Con ella ha pasado muchas fatigas, por lo que cuando pudo permitírselo, el cantaor, recientemente imagen de U-SING, el nuevo karaoke para Wii de Nintendo, le compró un 'Anillazo', para pedirle matrimonio. Ahora, un año después del enlace, la pareja ya piensa en tener niños por lo que ha decidido comprarse una casa más grande.

- Dice que los flamencos están un poco olvidados...

- Ha cambiado mucho la cosa, pero si lo comparamos con la música pop... ahora bien yo no me puedo quejar de mi lugar como flamenco y como artista dentro de la música pop porque llevo vendidas 150.000 copias de mi último disco, vamos a por el doble de platino...pero sé de compañeros muy buenos como Arcángel o Macanita que no son conocidos. No son mediáticos o no les dan el sitio que se merecen mediáticamente.

- A usted en cambio le han tratado muy bien...

- Sí, aunque he tenido de todo. Para llegar donde estoy he tenido que pasar... porque un flamenco que se peina así...yo creo que estoy un poco loco, se nota hasta en mi música (sonríe).

- ¿Pero eran críticas del público o de puristas?

- De puristas, que al final son sólo cuatro o cinco...Son gente que te pueden hacer daño, pero una vez que te has consagrado pueden decir lo que quieran porque el público va a seguir comprando tus discos. Así que yo no les hago caso.

- Dice que ha pasado por momentos difíciles¿ Nunca le han entrado ganas de tirar la toalla?

- La he tirado un par de veces en mi vida y he trabajado en otras cosas.

- ¿De qué ha trabajado?

- He hecho de todo, he trabajado en una heladería, cargando maletas, de coordinador de vuelo...hasta que me ofrecieron una gala en Chicago, compartiendo cartel con Paco de Lucía y mucha gente, y dije 'me voy'.

- Esa fue su oportunidad...

- Sí, también trabajé mucho en tablaos, pero eso no era vida porque eran todas las noches hasta las tantas de la mañana...y una vez que triunfé fuera parece que me empezaron a hacer un poquito de caso aquí.

- ¿Quién creyó en usted?

- Mucha gente, Juan Verdú, Jerónimo Navarrete, Mariola Orellana, que es mi manager y se ha arriesgado mucho por mí; la familia Carmona, Juan y Pepe Habichuela y por supuesto mi familia.

- ¿Cómo supo que quería dedicarse a esto?

- Un día escuché a Areta Franklin y fue un impacto...y nada con el tiempo me vine a Madrid y me metí en un coro de gospel donde yo era el único 'blanco' y estuve allí siete años. Lo compaginé con tablao y peña flamenca; y un día conocí a Juan Carmona, le canté soul y flamenco y dijimos 'manos a la obra'.

- En su familia hay muchos cantaores ¿Cómo se tomaron que usted quisiera cantar?

- En mi familia hay muchos artistas, pero la verdad es que no han conseguido nada. Han tenido que trabajar en otras cosas... por lo que aunque mis padres se lo tomaron bien, no eran muy partidarios del mundo del arte porque no era algo seguro y lógicamente querían lo mejor para mí. Lo que pasa es que me respetaron en el momento de tomar la decisión, que es lo importante. Al principio tenían miedo, pero claro si mis hijos deciden trabajar en este mundo, a mí me pasará igual, ya que hay muy buenas persona y muy malas...

- Hay artistas para los que los premios son muy importantes ¿Qué significan para usted?

- Yo no les hago mucho caso, el mejor premio es el aplauso del público, esto es el subidón más grande que puede tener un artista. Te pueden dar muchos premios, pero si no sientes el calor del público...de todas formas yo no soy muy de premios. Tengo muchos, se agradece, pero no es una cosa que me quite el sueño porque el reconocimiento te lo da el público.

- Alguno que recuerde con cariño...

- El premio Llongueras, que fue muy gracioso y que pesa diez quilos (risas). Cuando me lo dieron casi se me cae del peso. Y me lo concedieron por la locura de mi peinado...hay peluqueros que me dicen 'es extrañísimo'.

- ¿Cómo se lo hacen?

- Pues yo voy a mi casa y le digo a mi mujer 'mira corta por aquí, por aquí y por aquí y ahora para' (risas). Yo es que soy un loco en la vida para todo. Pero creo que en la vida hay que estar un poquito loco en algunos aspectos. O quizá más que loco soy atrevido.

- Su mujer le ha acompañado en su aventura...

- La conocí con catorce años, y voy a cumplir 29 así que ella ha vivido todo.

- Dígame cuál es el secreto...

- No lo sé. Yo la conocí, me pareció una mujer muy buena, es muy flamenca y comparte conmigo muchas aficiones. De hecho trabaja conmigo de asistente personal...

- ¿Tienen niños?

- No, pero estamos en ello... de hecho nos vamos a comprar una casa más grande, pensando en tener niños.

- ¿Le gustaría que se dedicaran a lo suyo?

- Yo les voy a dar la opción de que hagan lo que ellos quieran. Por supuesto, primero que estudien porque yo no lo hice, solo hasta los catorce años. Si a alguno no le gusta estudiar, pues tampoco le voy a obligar. Que decide ser artista, bombero...pues ahí estaré yo para apoyarle. Porque al fin y al cabo yo he hecho lo que he querido y he cumplido mi sueño. Mi familia nunca me ha puesto ninguna traba. Y yo haré lo mismo o más con mis niños.

- Volviendo a su mujer y a usted, su vida dio un gran cambio...

- Sí nuestra vida ahora es muy diferente.

- Y ¿Cómo han vivido sus padres todo esto?

- Están orgullosos y encantados. Todavía no se acostumbran y me llaman cada vez que me ven en un programa de televisión. Yo ya llega un momento en el que me veo y me quito.

- ¿Cuál es el primer capricho que se compró?

- Me compré un micrófono de dos millones de pesetas, el estudio de grabación de mi casa... y le compré a mi mujer un anillazo para pedirle que se casara conmigo...es que hemos pasado muchas fatigas porque había meses en los que yo no trabajaba y teníamos trescientos euros. Entonces me tenía que buscar la vida yendo a casa de los señoritos para cantarles. Y en vez de comer gambas hemos comido huevos con patatas y mucho arroz, pero actualmente tenemos un buen nivel de vida. Ahora bien, tenemos siempre los pies en la tierra y guardamos dinero por lo que pueda pasar, pero no me puedo quejar. Hemos perdido algunas cosas como poder ir a tomar una copa a una discoteca, pero ya nos buscamos las maneras...

- Entonces, después de haber empezado de la nada usted debe valorar mucho el éxito...

- Sí. Sobre todo llegar al éxito currándotelo, esto es muy importante. Porque el artista que se hace de repente puede perder la cabeza. Yo sigo teniendo los mismos amigos de toda la vida. Creo que todo esto es un poco superficial y cuando se acabe... aunque también tengo buenos amigos que yo creo que perdurarán.

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