Rafael Amargo vuelve a sus orígenes con "La difícil sencillez"

Actualizado: jueves, 20 agosto 2009 13:30

Por Rocío Cadierno

Vino a Madrid con la intención de ser actor, pero lo que Rafael Amargo no sabía es que tendría que postergar este sueño para más adelante. Empezó a trabajar como bailarín en el "Café de Chinitas" junto a "La Chunga" para pagarse las "clases de teatro", y desde entonces no ha parado.

En el 97 creó la Compañía Rafael Amargo y numerosos espectáculos como "La garra y el ángel", "Poeta en Nueva York", "Amor Brujo", "Tiempo muerto" o "Zorro" han llevado su sello a lo largo de los años.

Ahora, el bailarín y coreógrafo, que dice ser "de esencia lorquiana y andaluz por los cuatro costados" presenta en Los teatros Canal de Madrid "La difícil sencillez", un trabajo más "para dentro", muy "austero" y de su tierra, basado en la conferencia "Juego y teoría del duende" de Federico García Lorca.

-¿Cómo ha surgido "La difícil sencillez"?

-Sale de una búsqueda en todo el trabajo de Federico García Lorca, del que me siento un fan acérrimo, y como las obras que conocía de él estaban muy trilladas flamencamente hablando pues empecé a investigar en las ponencias y conferencias y me detuve en la conferencia de "Juego y teoría del duende", donde habla del duende en todas las artes plásticas, y decidí hacer el espectáculo porque tiene un fondo rico en esencia y la dificultad teatral de que no tiene la dramaturgia de otras obras de Lorca.

-Según usted ¿Dónde está el duende?

-Yo ahí le doy la razón a Federico porque creo que el duende está al borde de la herida. En los toros sale cuando el torero va a entrar a matar y se juega la vida. En la pintura, en el claro oscuro; en la música, en los sonidos negros...es un poco metafórico pero sobre todo está en las cosas que te pongan el vello de punta y donde los cinco sentidos sean palpables.

-Dicen que a vuelto a los inicios con este espectáculo ¿Ha habido un cambio en usted para ello?

-Estoy menos glamuroso, mucho más para dentro y cuando uno escarba y busca para dentro lo que se encuentra es la esencia de uno y yo soy de esencia lorquiana, andaluz por los cuatro costados y bueno... estoy mucho más calmado que en otras ocasiones por lo que el espectáculo me ha salido muy maduro, muy austero y muy diferente a los otros.

-¿Es difícil gustarle a todo el mundo?

-En el arte es muy difícil gustarle a todos. Por ejemplo a mucha gente no le gustaba Salvador Dalí y para mí es un genio. Hay gente que decía que Camarón gritaba y para mí era un genio.

-¿Y qué tal se lleva esto estando en el ojo del huracán?

-Se va llevando y tienes que aprender que a todos no se les puede gustar. Y personalmente, con gustarle a más de la mayoría, como es mi caso, me doy con un canto en los dientes.

-¿Qué balance haría de su carrera?

-Mi carrera ha sido más de rosas que de espinas. He tenido alguna espina, pero yo siempre salgo victorioso de todas las caídas. Y de todo aprendo y creo que todo forma parte del proceso evolutivo de la vida.

-¿Se siente más reconocido fuera que dentro de España?

-Puede... Creo que el flamenco es una de las artes más grandes que tenemos en España, pero el mundo es más grande que España y en el extranjero les encanta nuestros típicos tópicos y claro por eso también trabajo más fuera. España te la recorres en un mes y luego te quedan doce meses en los que también tienes que salir a trabajar. Pero sí que es verdad que tengo un prestigio y una carrera profesional que quizá en España sea diferente. Porque aquí es un arma de doble filo, estas intentando toda la vida que te conozcan y cuando lo consigues estas más expuesto. Aquí triunfar es ser mediático y una vez que lo logras quieres estar tranquilo. Es la pescadilla que se muerde la cola. Y por eso hay que ir dosificando las cosas, saberte retirar, no estar tan expuesto...

-¿Cambiaría algo de lo que ha hecho?

-Claro que sí cambiaría, porque ahora tengo la experiencia de cómo me han salido las cosas, pero si no las hubiera hecho no tendría la experiencia y no podría estar hablándote de esto. Con lo cual de lo malo también he aprendido.

-Tiene varios proyectos cinematográficos...

-Tengo dos películas por estrenar que ya he rodado, una película vasca "Castigadores" y "Cinque", una producción italiana. Y para más adelante rodaré "Caminando" y "Quiero ser como Rafael Amargo", donde seré el padrastro y coreógrafo.

-Se tiene que sentir halagado con una película así...

-Es una responsabilidad muy grande (se sonríe un poco intimidado), que los niños digan que quieren ser como Rafael Amargo. Ahora tengo que portarme bien a la fuerza (risas).

-¿Qué tal la experiencia de ser actor?

-Pues me gusta mucho y estoy muy contento. También tengo otro proyecto, de una película que se llama "Me quiere o no me quiere" de la guionista Carolina González.

-¿Y como ha descubierto esta faceta?

-Bueno, realmente yo vine a Madrid para ser actor, pero sabía bailar y para pagarme las clases de teatro empecé a bailar en el Café de Chinitas junto a "La Chunga" y fui uniendo una cosa con otra y mira donde estoy.

-¿Le gustaría hacer alguna serie?

-Sí, me encantaría, de hecho hace poco en "La vida de Marisol" hice de Antonio, el bailarín, y me lo pase bastante bien. Y ahora me gustaría hacer ficción. En Argentina hice "El Conde de Montecristo", pero fueron pocos capítulos.

-¿Con tanto proyecto le da tiempo a estar con sus hijos?

-Sí. Se lleva todo para delante. Yolanda también viene de estar en "Supervivientes" por lo que me ha tocado a mí, a las abuelas y la tata estar pendientes de ellos.

-¿Le gusta que le vayan a ver y a ellos verle actuar?

-Sí, sí, y a mis hijos es a los primeros que les gusta ir. León tiene además un fanatismo con su padre... dice que se llama Rafael Amargo (risas). Es increíble. Él va a ser artista.

-Con cinco años...

-Sí, y me hace unas preguntas a veces que me quedo muerto.

-¿Opinan sobre su trabajo?

-Sí, dice, "papá por qué haces esto. Papá no me gusta el traje blanco ponte el rojo. Papá este espectáculo no me gusta, a mí me gusta cuando es más flamenco (risas)..."

-¿Qué sueños o metas tiene?

-Me da miedo pensar en metas porque soy muy volátil y excéntrico. No me gusta pensar en el mañana sino ir haciendo las cosas poquito a poco. Pero por supuesto que me gustaría irme a vivir a mi casa de Marraquech durante un tiempo.