Naty Abascal se abre en canal: "Tengo un ojo educado y una cabeza bien amueblada"

Naty Abascal se abre en canal: "Tengo un ojo educado y una cabeza bien amueblada"
Naty Abascal se abre en canal: "Tengo un ojo educado y una cabeza bien amueblada" - FÉLIX VALIENTE/ VANITY FAIR

Europa Press Chance
Actualizado: sábado, 25 septiembre 2021 10:01

   MADRID, 25 Sep. (CHANCE) -

   Quizá para el gran público sea la socialité altiva, siempre perfecta, de las revistas del corazón, y para los aficionados a la moda, un mito lejano. Sin embargo, sus amigos dibujan a una Naty Abascal que cocina alcachofas con jamón, que va a una exposición pero también a una fiesta después de haber estado 14 horas trabajando y con la que cuesta establecer una frontera entre lo personal y lo profesional.

   Naty Abascal repasa su vida en exclusiva para Vanity Fair con honestidad, y consciente de que ha tenido la oportunidad de haber conocido en persona y aprender de alguno de los genios del siglo XX. “Soy afortunada. Tengo un ojo educado y una cabeza bien amueblada”. Una entrevista que se puede leer ya en Vanity Fair octubre.

   En dicho reportaje, Naty ha hablado de la casa señorial en la Sevilla de la posguerra donde nació, en una familia acomodada y numerosa. “Éramos ocho chicos y tres chicas. Tuve la mejor madre del mundo. La recuerdo maravillosa hasta embarazada. Te despertaban por la mañana: ‘Ve a ver a tu mamá, que has tenido un hermanito’. Y tú pensabas: ‘Otro hermanito’, e ibas a verla; ella estaba en una cama fabulosa, con encajes, lazos, almohadones por todos lados, y la cuna al lado: ‘Mira qué bebé tan mono’, te decían, y pensabas: ‘Otro niño”.

   También de su vida, aparentemente perfecta, pero con baches, sobre todo a finales de los años 80. Su matrimonio hacía aguas. El divorcio fue tan traumático como mediático. “Cuando me separé, tenía que ocuparme de mis hijos, después también he tenido que trabajar. A mi vida personal la verdad no le he dedicado mucho tiempo porque he trabajado mucho, pero es que, por una razón o por otra, he tenido que hacerlo”, insiste ella, que jamás ha vuelto a casarse y sigue refiriéndose a Rafael como su marido.

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