LONDRES 12 Jun. (EUROPA PRESS) -
Sam Waley-Cohen se convirtió en un auténtico cúpido real cuando, en 2007, consiguió reconciliar a los Duques de Cambridge tras una ruputra de la pareja. Por eso ahora, para mostrar su agradecimiento, ha sido la Princesa Catalina quien ha querido sorprender y apoyar a su amigo el día de su boda.
La Princesa Catalina ha vivido un fin de semana muy ajetreado. Así, si durante la mañana del sábado la joven disfrutó por primera vez del 'Trooping the Colour' junto a toda la familia Real Británica, por la tarde decidió dar una sorpresa a un gran amigo.
En está ocasión Catalina dejó en casa a Guillermo y paseo junto a su hermana pequeña hasta la Iglesia donde Sam Waley-Cohen daba el 'sí quiero' a Annabel Ballin. Su presencia fue todo una sorpresa para el novio que, en su día, fue la persona que reconcilió al Príncipe Guillermo y a Catalina tras su ruptura en 2007.
Muy guapas y demostrando una vez más que lo suyo es un porte elegante, aparecieron las hermanas Middleton. La Princesa Catalina se decantó por un vestido de cuello barco, manga corta y corte por la rodilla con un estampado blanco y negro, complementado con el mismo tocado con el que disfruto del cumpleaños de la Reina Isabel II.
Pippa, por su parte, optó por un abrigo en verde pistacho sobre un vestido brocado gris y tocado negro, similar al de su hermana mayor.
Pero las jóvenes no fueron las únicas invitadas reales del enlace. La Princesa Beatriz y su chico Dave Clark, disfrutaron de la ceremonia, como buenos amigos de la pareja. En está ocasión la hija se Sarah Ferguson eligió un vestido brocado morado, bajo una chaqueta tweet del mismo tono y un tocado gris con plumas negras. Comparado con el outfit que se ha marcado en otras ocasiones el estilo morado podría tener un pase.