MADRID, 15 Abr. (CHANCE) -
Rafael Amargo empieza poco a poco a ver la luz. Tras cinco meses en prisión, el bailaor ha sido puesto en libertad provisional sin medidas cautelares una vez concluido el juicio contra él por un presunto delito contra la salud pública por haber supuestamente traficado con drogas en su piso de Malasaña.
Aunque todavía queda por conocer la sentencia -que se hará pública en aproximadamente diez días y que podría condenar al de Granada a una pena de hasta 9 años de cárcel- Amargo abandonaba triunfante el pasado viernes el centro penitenciario de Soto del Real, donde llevaba desde el 3 de noviembre por quebrantar reiteradamente la obligación de firmar semanalmente en los juzgados y por riesgo de fuga.
Muy emocionado, el artista agradecía el apoyo de los medios de comunicación y, reiterando su inocencia de las acusaciones, confesaba que el hombre que entró en prisión hace cinco meses no es el mismo de ahora y anunciaba que, además de estar con su familia -lo que más ha echado de menos este tiempo- tenía muchísimas ganas de comerse una hamburguesa.
Un capricho que no ha tardado en cumplir, puesto que tras abandonar la cárcel lo primero que ha hecho Rafael ha sido dirigirse con su mujer Luciana Bongianino a una conocida cadena de hamburgueserías, donde ha pedido el menú que tanto ha extrañado desde su propio vehículo.
Un empleado del burger le ha reconocido y le ha pedido una foto y Amargo, demostrando su cercanía, no ha dudado en salir del coche para posar con su admirador. Muy coqueto, se ha levantado el cuello de la camisa antes de ponerse de puntillas para parecer más alto en el selfie, que su pareja ha observado orgullosa. ¡Dale al play y no te lo pierdas!
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