Concurso de patios, el clásico de la primavera en Córdoba

Patio de Córdoba
EP
Europa Press Chance
Actualizado: jueves, 22 abril 2010 13:00

Situada en un punto estratégico, en las entrañas de Andalucía y arropada por el río Guadalquivir, la ciudad de Córdoba es uno de los destinos más interesantes del sur de la península. Árabe y romana, histórica y monumental, la antigua capital califal guarda en su entramado el esplendor de los años dorados de la dinastía Omeya, un atractivo que en mayo se acrecienta, pues su popular concurso de patios permite disfrutar de la belleza, el colorido y los aromas primaverales de estos auténticos vergeles privados que se encuentran en las casas de sus habitantes. Este año, el concurso se celebra del 5 al 16 de mayo.

Al llegar la primavera la capital cordobesa se llena en todo el sentido de la palabra-es muy difícil encontrar plazas hoteleras especialmente en los fines de semana- para disfrutar del espectáculo ornamental de sus patios. Da igual que la visita se desarrolle por la mañana, con el lógico inconveniente del calor, o por la noche cuando se produce una mágica combinación de iluminación y aromas, derivada de los miles de flores olorosas que embellecen estos patios familiares. En esta opción el horario no es un impedimento. Con la "fresca" los patios siguen abiertos, de forma gratuita -aunque se aceptan habitualmente los donativos-, hasta más allá de la medianoche, y se asiste en muchas ocasiones a un improvisado "cuadro flamenco" de música y color, fuera de los circuitos para turistas extranjeros.

En realidad, esta tradición cordobesa comenzó a organizarse en 1933, por iniciativa del Ayuntamiento de la ciudad, después de algún intento fallido en 1918, pero ha sido desde 1996 cuando ha tomado más fuerza gracias al impulso de la Asociación "Claveles y Gitanillas" (www.patiosdecordoba.es). Leonor Camorra, su presidenta, lucha para que los patios y la organización del concurso sean cada vez más conocidos, tanto por los cordobeses como por los visitantes, y lo está consiguiendo pero no con pocos esfuerzos. La propia presidenta embellece y pinta cada año su patio, de más de 200 metros cuadrados, gastándose unos 1.800 euros para que esté a punto en mayo. Leonor afirma que los cordobeses disfrutan muchísimo de esta tradición popular, "pero lo que ocurre es que cada vez hay menos personas dispuestas a sacrificar parte de su tiempo para dedicarlo a los patios".

Leonor Camorra lo sabe por su propia experiencia. Presentar un patio adornado resulta realmente una tarea muy sacrificada, pues además del esfuerzo que supone embellecerlo el concurso exige que los dueños estén presentes durante el horario de apertura del patio. "Y, claro, las parejas de jóvenes no tienen tiempo para dedicarse a esta tarea por sus trabajos*" apunta la presidenta.

Para Rafael Barón, secretario de la asociación organizadora y seguramente la persona que más se afana en la difusión de esta tradición cordobesa, "los patios y la forma de vivir en ellos son el alma de la ciudad, muchos de ellos surgieron a finales del siglo XIX con la llegada de la gente del campo que venia a nuestra ciudad en su etapa de industrialización y convirtieron conventos y casas cerradas en viviendas de vecinos que debían tener un trocito de naturaleza. Comenzaron a plantar macetas con flores olorosas y convirtieron el patio en una auténtica sala de estar para la familia donde realmente se vivía casi todo el año. Y así surgió el concurso* Por el pique sano de los vecinos que querían tener la casa y el patio más bonitos. El Ayuntamiento lo entendió así y creó una fiesta en torno a esta tradición".

Hoy, los patios están en la lista de espera de la UNESCO para ser elegidos "Patrimonio Intangible de la Humanidad", galardón que se concede a "representaciones, expresiones, conocimientos y técnicas transmitidos de generación en generación que infunden un sentimiento de identidad". La petición del Ayuntamiento cordobés sigue su curso para unirse al "Misterio de Elche" y "La Patum" de la localidad barcelonesa de Berga, las dos únicas tradiciones populares españolas que figuran en este ranking de la organización mundial.

Barrios y lugares con encanto

- El barrio de la Judería. Uno de los más populares ya que en él vivieron durante siglos los judíos cordobeses, hasta su expulsión en el siglo XV. En esta parte de la ciudad se puede visitar el Museo Municipal Taurino, que exhibe valiosos objetos propios de la Fiesta Nacional, y el Zoco, que ofrece al visitante el curioso espectáculo de los tradicionales trabajos de artesanía cordobesa.

-El barrio de Santa Marina. Conocido como el barrio de los toreros, en este pintoresco rincón cordobés nacieron dos de las grandes figuras de la tauromaquia, "Lagartijo" y "Guerrita". En un recorrido por la zona, se puede contemplar la Torre de la Malmuerta, hoy aislada de las primitivas murallas a las que se unía y poseedora de una curiosa leyenda de amor y celos. En el corazón de este barrio, se abre la típica plazuela de la Lagunilla, donde se levanta un sentido monumento a Manolete, que vivió su niñez y adolescencia en Santa Marina. Muy cerca de este lugar está la iglesia de Santa Marina, uno de los templos más evocadores de Córdoba.

La plaza de Capuchinos. Hermosa de día, pero más hermosa si cabe de noche; subiendo por la cuesta del Bailío, el recogimiento y la soledad de esta plaza hacen de ella uno de los lugares con más encanto y espiritualidad de Córdoba. Flanqueada por el convento de Capuchinos y el hospital de San Jacinto, en el centro destaca el popular Cristo de los Faroles, donde nunca faltan flores y velas.

- El Callejón de las Flores. Uno de los lugares más concurridos de la ciudad, incluido en la mayor parte de las guías turísticas de Córdoba. Esta angosta callejuela de casas encaladas nos conduce hasta una pequeña plaza, presidida por una fuente y decorada con vistosos geranios y gitanillas al más puro estilo andaluz. Desde sus inmediaciones, se contempla una hermosa vista de la mezquita, que se recorta entre los blancos caseríos de esta zona antigua de la ciudad.

- La plaza del Potro. Antigua sede del comercio de ganado, está presidida por el triunfo de San Rafael y la fuente del Potro. En sus aledaños se encuentra la posada del mismo nombre, un antiguo caserío que fue punto de encuentro de truhanes y pícaros en los siglos XVI y XVII y que guarda entre sus paredes ecos literarios; no en vano, en este lugar se alojó el propio Cervantes, que incluyó la posada en el Quijote. También, aparece en algunos pasajes de Rinconete y Cortadillo y en La vida del Pícaro Guzmán de Alfarache. En otro de los extremos de la plaza se localizan dos interesantes museos: el Museo de Bellas Artes y el Museo Julio Romero de Torres, dedicado al más célebre pintor cordobés. Este museo expone, además de su obra pictórica, recuerdos y objetos personales del artista, fotografías, muebles y carteles de fiesta.

Guía práctica

Cómo llegar: La autovía de Andalucía N-VI enlaza con Madrid y con Sevilla. Asimismo, la N-331 une Córdoba con Málaga y la N-432 conecta Córdoba con Granada y también con Badajoz y Portugal.

Para dormir: Hotel Córdoba Center. Situado en pleno centro de la ciudad, en la denominada "Manzana de Oro", este cuatro estrellas cuenta con 207 habitaciones, once suites junior y una suite.Más información y reservas: 902 202 345 y www.hotelescenter.es

Gastronomía

Los platos más populares son el salmorejo, el flamenquín, las papas cortijeras y el pescadito en adobo. Entre los postres tienen fama los pestiños, los garrotillos, los dulces de membrillo de Puente Genil y los alfajores de Montilla.

Los vinos de Córdoba tienen la denominación de origen Montilla-Moriles, que gozan de reconocido prestigio y se pueden degustar en las decenas de tabernas y bodegas que se pueden encontrar en la capital cordobesa.

Restaurantes

Pepe el de la Judería. C/ Romero, 1. Tel: 957 20 07 44

Bodegas Campos. Lineros, 32. Tel: 957 49 75 00

El Bandolero. Medina y Corella, 8. Tel: 957 47 64 91

El Caballo Rojo. C/ Cardenal Herrero, 26. Tel: 957 47 53 75

El Churrasco. C/ Romero, 16.Tel: 957 29 08 19

Contenido patrocinado