MADRID, 28 Nov. (CHANCE) -
Un sábado más te traemos un nuevo artículo de Nano López, el coach para organizaciones y adolescentes, que nos habla esta semana de cómo debemos educar a nuestros hijos para que en un futuro sean autosuficientes y sepan estar.
Uno de los motivos principales para educar a nuestros hijos es formarles para que aprendan a defenderse por ellos mismos a lo largo de su vida. Para ello nos valemos, por un lado, del desarrollo de conocimientos que adquieren en el colegio y, por otro, de valores que consideramos importantes para la convivencia y que creemos se deben aprender en casa.
No obstante, en muchos casos los padres quieren para sus hijos cosas que no están alineadas con lo que ellos hubieran elegido por sí mismos. Con esto se pone de manifiesto que tenemos una misión importante: descubrir qué es lo que ellos quieren, qué es aquello que les hace vibrar.
La base principal de esto es que tenemos que tener una actitud positiva. ¿Cómo logramos tenerla? Lo primero que debemos considerar son una serie de valores necesarios para el desarrollo individual.
Para empezar, debemos comenzar tratando de descubrir los pensamientos de nuestros hijos respecto a los problemas de la sociedad. La adolescencia es una etapa donde ellos comienzan a introducirse en una sociedad ya creada; este hecho puede conllevar el peligro de que los jóvenes simplemente se dejen llevar, asumiendo lo que ya existe sin cuestionarse el porqué.
OBJETIVO: QUE SEAN AUTOSUFICIENTES
Como padres tenemos la obligación de ayudarles a descubrir, y esta es la piedra con la que tropezamos muchas veces sin darnos cuenta.
Comencemos apuntando los valores necesarios para ello: autonomía, confianza en sí mismos, concentración, aprendizaje autodidacta y, en general, todo aquello que les haga autosuficientes.
Un ejercicio muy recomendable es fijarnos en los animales salvajes. Por ejemplo, una leona enseña a sus hijos lo necesario para su supervivencia de una forma instintiva, ya que saben de forma innata que en un momento se valdrán por sí mismos y encontrarán otra manada.
Extrapolando estos valores, entablemos conversaciones con nuestros hijos, de forma que comprendan el 'para qué' de esos valores y su potencial.
Una vez hecho esto, tratemos de descubrir sus fortalezas, creencias y, en general, sus juicios y opiniones. Habitualmente lo que hacemos es pensar qué es lo mejor para ellos y poner el foco en eso, olvidando ser objetivos.
La imagen que tenemos de nuestros hijos muchas veces está distorsionada por nosotros mismos. Es decir, como consideramos que por ellos mismos no van a saber, empezamos a actuar como si nos pertenecieran, olvidando que un día ellos mismos tendrán su propia visión y percepción del mundo y que no dependerán de nosotros.
SERENIDAD Y 'SABER ESTAR'
Debemos a enseñarles a saber estar. Y cuando hablo de estar no me refiero al comportamiento, sino a apreciar el poder del ahora, el presente.
Vivimos en una sociedad que ha avanzado a una velocidad vertiginosa. Queremos resultados inmediatos; actuamos como si no hubiera un mañana. Lo queremos todo de hoy para hoy. Ansiosos, en continuo control, estrés. Miedo y pensamientos que justifican nuestros temores para enfrentarnos a lo desconocido. Y nuestros hijos sin querer se encuentran igual.
Creamos expectativas sin metas inmediatas, objetivos que muchas veces son inalcanzables y por lo cual, jamás podemos descubrir si vamos por el buen camino.
El saber estar nos proporciona serenidad, espacio para pensar y desarrollar nuestro potencial. Coherencia, confianza y en consecuencia espacio para sacar de ellos mismos todo lo que les hace fluir.
Poco a poco y piedra a piedra deben de ser ellos mismos los que construyan su propia fortaleza. Su propio futuro a través del esfuerzo por conseguirlo. Que puedan mirar atrás para recoger recursos que nosotros les hemos proporcionado sin olvidar que nosotros estamos ahí para eso.
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