MADRID, 18 Jun. (CHANCE) -
Una semana más te traemos un artículo de Nano López, el coach para organizaciones y adolescentes, que esta semana nos aconseja sobre cómo gestionar nuestras amistades para que no se deterioren.
¿Quién no ha pensado alguna vez en mandar a paseo a ese amigo o amiga cuando se pone pesado? Muchas veces pensamos que la amistad y estar para una persona es ofrecer todo en todo momento, lo que genera que nos veamos con el derecho de exigir.
Para entender este tema tenemos que analizar el concepto de generosidad, que no todos entendemos de la misma manera, aunque muchas veces demos por hecho que todo el mundo lo entiende como nosotros.
Si buscamos generosidad en el diccionario encontramos una definición que, bajo mi punto de vista, puede estar sujeta a interpretaciones.
Generosidad.- Cualidad de generoso.
Cualidad.- Elemento o carácter distintivo de la naturaleza de alguien o algo.
Distintivo.- Dicho de una cualidad: Que distingue o caracteriza esencialmente algo.
Es decir, podemos entender que la generosidad es una cualidad que nos distingue, como una virtud y un valor positivo relacionado con el altruismo. Sin embargo, ¿es cierto que siempre ofrecemos algo de forma altruista?
Pensemos en como actuaríamos si invitamos a un amigo a nuestra casa a cenar, y este amigo nos llama preguntándonos que trae a la cena. Nuestra primera respuesta siempre es "nada, nada, no te preocupes". Sin embargo, si a nosotros nos invitan a un sitio a cenar, consideramos que lo más generoso es aparecer con algo a la cena.
Observando esta actitud podemos deducir varias cosas. Por un lado con el "no te preocupes", estamos dando pie a que nuestro amigo piense que creemos que para él es un problema no traer nada. Incluso puede parecer que pensamos que no es considerado y que piensa que no estamos a la altura de la invitación.
Por otro lado, si aparecemos a una cena con, por ejemplo, un postre, sin haber avisado con el objetivo de ser más generosos podemos estar ofendiendo a nuestro amigo que ha estado todo el día preparando el postre para nosotros.
La conclusión a la que llegamos con este ejemplo es que el ser generoso no solamente es dar sin esperar nada a cambio y de una manera altruista, sino también dar espacio para recibir.
¿No nos sentiríamos mejor todos, si como hemos visto en el ejemplo, nos ponemos en los zapatos del otro y cuando nos dicen "llevo algo para la cena" contestar "Estupendo, ¿qué te gustaría traer?"? ¿Verdad que todos nos sentiríamos mejor y más valorados?
Pensamos en nuestros amigos como en esa persona que debe de estar ahí cuando lo necesitas. Además, pensamos que esas necesidades deben de ser cubiertas para valorar la amistad.
REFLEXIONEMOS SOBRE NUESTRAS NECESIDADES
Las personas pensamos que nuestras necesidades deben de ser cubiertas por los demás. Sin embargo, si no tenemos claro cuáles son nuestras necesidades y pensamos que dependen de los demás jamás vamos a tener la sensación de tenerlas cubiertas, lo que nos llevará a evaluar a ese amigo de forma incorrecta. Por lo tanto, ¿sabemos pedir a nuestros amigos lo que necesitamos?
Por ejemplo si yo le digo a un amigo "necesito tu apoyo" ¿Él sabrá realmente que es apoyo para mí?
Lo primero que tengo que ver es cuál de nuestras necesidades no está cubierta para poder hacer adecuadamente la petición. ¿Cambiaría la cosa si yo dijera "necesito sentirme acompañado y para ello necesito de ti que me escuches y me des ánimos"?
En definitiva, pensar en para qué estemos necesitando a nuestros amigos puede ayudarnos a cultivar mejor nuestras amistades.
