MADRID 16 Sep. (EUROPA PRESS) -
Divertida y genuina son las dos palabras perfectas para describir la colección de primavera-verano 2011. Los colores neutros se entremezclan con tonos fosforitos en los bordes de faldas y vestidos. Amarillos y rosas combinan a la perfección con otros clásicos de la temporada estival como el tono arena, refrescando así los outfits diurnos. Por la noche, los vestidos llegan a ras de suelo con tejidos frescos que bailan solos.
Vestidos amplios de cortes rectos y sencillos, ceñidos en ocasiones por un fino cinturón, son la firme apuesta de la pareja de modistos. No hay que olvidar las superposiciones y los volantes en muchas de sus prendas que esta vez vienen con los bordes en tonos ácidos, como un golpe refrescante de vida en mitad de la aridez de los colores del desierto como el caqui o el piedra.
Los escotes son cerrados y redondos apostando por el refinamiento. Ideales para aquellas que prefieren ir recatadas sin renunciar a la feminidad. En la línea de Victorio & Lucchino, no pueden faltar tampoco algún que otro detalle rococó que llegará al escote a modo de babero o de hombreras en piezas con mangas afaroladas.
La aportación que han hecho para baño es un guiño retro a los looks de los años 50 con un bañador con cinturón en piedra y amarillo fluorescente.
Para los complementos, el flúor impregna las suelas de los zapatos de punta y tacón de aguja que se anudan al tobillo.
Ellos vestirán formales, con chaqueta, pero darán un aire fresco a sus estilismos cortando los pantalones por encima de la rodilla. Las chaquetas, también tienen su toque veraniego de la mano de rayas anchas verticales en amarillo y tostado.
Para las cálidas noches de verano, llegan vestidos vaporosos sin escote y con plisados simétricos por delante y por detrás que juegan a dibujar la silueta de la mujer a base de transparencias y tejidos con mucho movimiento que se contonean al compás de las caderas.