Delhi, el gran crisol de culturas en Asia

Taj Mahal.
EP
Actualizado: martes, 9 noviembre 2010 12:00

Entre los valles del Indo y el Ganges, entre los temibles Himalayas y el desierto de Thar, se levanta Delhi, con sus doce millones y medio de habitantes. Confluencia de culturas, credos y tradiciones muy distintas, la fotografía de la ciudad muestra la arquitectura mogol y los templos de su vieja capital, junto a las amplias avenidas y elegantes edificios que el imperio británico construyó en la Nueva Delhi.

La capital de India ofrece al viajero dos caras bien distintas. Una de ellas está marcada por la tradición, por la herencia de la arquitectura mogol, por la que fue capital de la India musulmana entre los siglos XVII y XIX. Nueva Delhi es su otra mitad; muy distinta, es la capital imperial que recuerda el tiempo de la dominación británica, marcada por sus amplias avenidas y sus edificios oficiales. Delhi, a orillas del río Yamuna, es la tercera ciudad del país, tras Bombay y Calcuta, en cuanto a número de habitantes, es el centro de gobierno y el principal punto de entrada a India.

Delhi conforma junto a Agra y Jaipur el corazón del norte de la India. La zona geográfica que abarcan estas tres ciudades se encuentra poblada por cerca de 50 millones de habitantes. Los vuelos internacionales llegan hasta Delhi, y desde allí es posible desplazarse hasta las otras ciudades importantes de la región, que además cuenta con una buena red de carreteras y ferrocarril.

Hay que remontarse muy atrás en el tiempo para hallar los orígenes de la ciudad; en la epopeya 'Mahabharata' ya aparecía la colonia de Indraprastha, hace alrededor de 3.000 años, en las proximidades de la Delhi actual. Pero han sido al menos ocho las ciudades que se fundaron en el área territorial donde se emplaza la ciudad.

El norte del país presidió el nacimiento del budismo y el hinduismo, dos de las religiones con mayor fuerza en el país, afianzando la tradición espiritual de esta región del planeta. India recibe su nombre del término 'Hind', que no era sino la forma como los comerciantes árabes conocían a las gentes que vivían al otro lado del río Indo.

Fue en el s.XVI cuando llegó el imperio de los mogoles, que dominaría la región durante cerca de tres siglos, y que transformó la estructura de la sociedad mezclando elementos del Islam y de la tradición hindú. Después, con la decadencia de los mogoles, llegaría el apogeo de la Compañía Británica de las Indias Orientales y el inicio de la dominación británica. No se conseguiría la independencia hasta el año 1947.

Hoy Delhi es una ciudad cosmopolita, que vive en medio de una preocupante contaminación, en la que conviven distintos credos y tradiciones, en donde se mezclan el ambiente clásico de sus barrios y pueblos, con los aires occidentales que trasladan los poderosos satélites de comunicación. Delhi es una gran puerta para comenzar a explorar India.

La visita

Bazares de la Vieja Delhi: Uno de los grandes atractivos de la capital del país asiático se halla escondido entre sus bazares, entre sus interminables puestos y sus objetos tradicionales. Calles estrechas en el corazón de la Vieja Delhi; en ellas confluyen los objetos típicos de todas las regiones de India. En Dariba Kalan se hallan los joyeros, con la plata de Rajasthan, la filigrana de Orissa, las perlas de Hyderabad, y el oro y los adornos mogoles de Kerala y Tamil Nadu.

En Khari Baoli nos sumergiremos en el más grande de los mercados de especias de Asia; y en Chawri Bazaar encontraremos una inimaginable muestra de papel. Las alfombras de lana de Cachemira, o la seda de Varanasi, Mysore o Kanchipuram; el alabastro y el mármol de Agra; o las tallas de madera de ébano, sándalo y palo de rosa son algunos de los tesoros que encontraremos por las calles de Kinari Bazaar o Katra Neel.

La mirada a la Naturaleza, el lago de Sultanpur: A menos de cincuenta kilómetros de Delhi el viajero encontrará un importante espacio natural en el santuario para las aves que es el lago de Sultanpur. Esta zona pantanosa cambia de aspecto con el monzón, con una estación seca y otra húmeda. Se trata de un paraíso para las aves migratorias.

La Vieja Delhi

Los orígenes de la Vieja Delhi se hallan en la ciudad amurallada de Shahjahanabad, que hizo construir el propio Shah Jahan en el s.XVII para instalar allí la nueva capital del imperio mogol, sustituyendo a Agra. En sus calles emergió una sociedad conformada por mercaderes, artistas y cortesanos. Pero un siglo más tarde llegó el saqueo de Nadir Shah; y después, el Motín de 1857, cuando los británicos entraron en el Fuerte Rojo, y se vivieron los encarnizados combates de la Puerta de Kashmir.

Lal Qila (Fuerte Rojo): Este imponente fuerte de arenisca, albergó a la cúpula del poder mogol durante el apogeo del imperio. Sus rojos muros se extienden a lo largo de dos kilómetros. El último de los grandes emperadores mogoles que reinó desde este lugar fue Aurangzeb. Sus jardines, sus estancias, son todo un remanso de paz en mitad del bullicio de la capital india.

Cada 15 de agosto, conmemorando el Día de la Independencia, el primer ministro de India se asoma a Lahore Gate, la principal entrada al Fuerte; es un lugar cargado de simbolismo para la causa india. Después de traspasarla se llega hasta el Chatta Chowk, bazar que conduce al Naubat Khana, Casa del Tambor, en la que los músicos tocaban para deleite del emperador. En el piso de arriba se halla el Indian War Memorial Museum, museo indio de la guerra. En el pabellón de Diwan-I-Khas, construido en mármol blanco, se admiraba antaño el Trono del Pavo Real, de oro macizo y piedras preciosas, en el que Shah Jahan se sentaba para lucir su poder.

Jami Masjid: Más de 25.000 fieles pueden orar en el patio de esta mezquita, la mayor del país, y otra obra del reinado de Shah Jahan, que fuera finalizada en 1658. Construida sobre un alto, sus alminares se elevan cuarenta metros sobre el suelo, a ambos lados de sus tres cúpulas de mármol blanco. Se puede subir a uno de sus esbeltos minaretes, y desde arriba admirar una formidable vista.

Chadni Chowk: Es la principal arteria de la Vieja Delhi, siempre repleta de gente y actividad. Fue en su día una zona dedicada a los desfiles, por las que se arrastraba la pompa del emperador, a lomos de su elefante. Su construcción fue ordenada por Jahanara Begum, hija preferida de Shah Jahan. Hoy en día se trata del corazón comercial de la Vieja Delhi. En esta calle se encuentra la Sunehri Masjid, mezquita desde cuya terraza contempló en 1739 el persa Nadir Shah la invasión y la masacre con la que sus hombres castigaron a la población de la ciudad.

Raj Ghat: Uno de los lugares más significativos de la ciudad; aquí, a orillas del Yamuna, fue incinerado Mahatma Gandhi, después de que fuera asesinado en 1948. Hoy existe un bonito parque en el que se ubica el Museo Gandhi Memorial, que recuerda al carismático abanderado de la no violencia y la causa india.

La nueva Delhi

La Nueva Delhi es herencia de la dominación británica. Fue construida entre 1911 y 1931 y pasó más tarde a convertirse en el centro de la burocracia y en la sede de los organismos oficiales de India. Aquí se halla la Viceroy's House, residencia oficial del presidente; y en la amplia avenida de Rajpath se celebra cada 26 de enero el desfile del Día de la República.

National Museum: La construcción de su actual sede fue terminada en 1960; cuenta con más de 150.000 piezas de arte indio que abarcan un período histórico de 5.000 años. Todo un recorrido a lo largo y ancho de la historia y el arte de estas tierras, con valiosas colecciones como la procedente del valle del Indo y la que muestra los tesoros encontrados en Asia Central, vestigios de la Ruta de la Seda, que exploró el arqueólogo británico sir Aurel Stein.

Rashtrapati Bhavan: Residencia oficial del presidente de India, conocida como Viceroy's House en la epoca colonial, cuando estaba habitada por el virrey. Se halla sobre la cima de Raisina Hill, junto a una amplia plaza en la que se celebran importantes ceremonias.

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