Viena, la vieja ciudad imperial enclavada en el corazón de Europa, se ha hecho un magnífico cambio de "look". Si ya la capital austriaca era un atractivo destino centroeuropeo, con su rico patrimonio museístico y arquitectónico, brillante en los palacios de la familia Habsburgo, con ricas e intensas historias de la emperatriz María Teresa o la princesa Elisabeth de Baviera, la popular Sissi, ahora lo es mucho más con el nuevo Barrio de los Museos, el ya popular "MQ" inaugurado hace dos años. Y ahora, cuando ya se vislumbra el final de año, puede ser una magnífica oportunidad para disfrutar de la nochevieja vienesa, con su original "Camino" por las calles céntricas, el Baile del Emperador en el Palacio Imperial o el tradicional concierto de Año nuevo en la Ópera. Viena, la sede imperial de los Habsburgo durante seis siglos, merece en cualquier caso una visita reposada.
Fin de año en Viena
El 31 de diciembre el casco antiguo de la capital austriaca se convierte en un recinto enorme donde se vive una gran fiesta. El Camino de Nochevieja, una celebración tradicional en esta ciudad, pasa por angostas callejuelas con más de ochenta casetas con especialidades y una docena de escenarios con música. En la plaza Am Lugeck, por ejemplo, se puede bailar con música "swing" y canciones de Frank Sinatra, Sammy Davis junior y Dean Martin, pero también se puede disfrutar de otros ambientes con ritmos caribeños, música italiana o rock en calles tan concurridas como la Kärntner Strasse.
Los amantes de la música clásica pueden decantarse, en cambio, por celebrar el fin de año en el patio interior de la Casa de la Música de Viena. En el famoso Kursalon, ubicado en el parque Stadtpark, organizan una fiesta especial de Nochevieja seguido de un desayuno para superar la reseca con la posibilidad de seguir el tradicional Concierto de Año Nuevo.
Otras posibilidades sugerentes para despedir 2009 pueden escogerse entre dar una vuelta en barco por el Danubio, acudir al Baile del Emperador en el Palacio Imperial o disfrutar de las numerosas galas de Nochevieja que se organizan en el Ayuntamiento o en algunos lujosos hoteles de la avenida Ringstrasse, desde el "Marriott" hasta el "Imperial". El "Majestic Imperator", una réplica del vagón-salón del emperador Francisco José I, un auténtico palacio sobre raíles, invita también a pasar de forma exclusiva al año nuevo.
Barrio de los Museos
La apuesta cultural y museística más moderna de la capital centroeuropea se da cita en el "MQ", un complejo de diez focos culturales que se encuentra en el solar que ocupaban las antiguas caballerizas del Palacio Imperial Hofburg. Sus puntos de atracción más consolidados son el Museo Leopold y el Mumok. El Museo Leopold es un cubo blanco iluminado con luz natural gracias a sus amplios ventanales, que expone únicamente obras autóctonas, destacando las colecciones de Egon Schiele, Gustav Klimt y Oskar Kokoschka, en tanto que el Mumok, otro cubo gigante de basalto negro, apuesta por los artistas contemporáneos más innovadores. Completan el Barrio de los Museos el nuevo centro de Arquitectura, el Kuntsthalle -de las artes televisivas-, el Tabak Museum, el Art Cult Center y otros museos dedicados especialmente a los niños (Museo Zoom).
Pasado y presente se mezclan así en una ciudad clásica y actual, encantadora por sus cafés, parques, estatuas, tiendas, plazoletas, pasadizos y calles que rezuman un sabor difícilmente comparable en otras grandes urbes europeas. Eso sin olvidar lo más importante: Viena es la ciudad de la música, seguramente la única ciudad en el mundo donde se celebran conciertos trescientos días al año. Una marca casi inalcanzable.
Las visitas clásicas
Las principales atracciones de Viena se encuentran en el centro histórico de la ciudad. Se pueden hacer a pie, aunque es recomendable utilizar la "Viena Card", que permite utilizar todos los transportes públicos, incluido el típico tranvía, y proporciona descuentos en museos y tiendas.
Palacio Belvedere. El Belvedere fue construido por Johann Lukas von Hildebrandt como residencia de verano del principe Eugenio de Saboya, brillante militar gracias a cuya estrategia fue posible vencer a los turcos en 1683. El palacio es conocido como uno de los edificios barrocos más bonitos del mundo. Aquí se encuentra la Galería Austriaca, donde se puede ver el famoso "Beso" de Gustav Klimt y admirar los trabajos de Egon Schiele y Oskar Kokoschka, además de una colección de Biedermeier con obras de Ferdinand Waldmüller. Es muy recomendable un paseo por sus jardines.
Catedral de San Esteban. En el centro de Viena se alza la torre sur de la catedral gótica de San Esteban, con 137 metros de altitud, llamada "Steffl". Cada piedra de este símbolo de Viena tiene su historia. Además de admirar esta imponente y maravillosa construcción podemos subir sus 343 peldaños hasta la atalaya del Steffl y disfrutar de la maravillosa vista; o subir en ascensor a la Pummerin, la campana más grande de Austria, en la torre norte. Conviene pasear por las calles cercanas a la catedral, detenerse en la Figarohaus, la casa donde vivió Mozart, o darse una vuelta por el barrio de los anticuarios.
Palacio Schönbrunn.
Con 1,5 millones de visitantes al año, el palacio es uno de los sitios más visitados de Viena. Los 40 aposentos de la antigua residencia veraniega de los Habsburgo dan testimonio del esplendor de la vida cotidiana de la corte en la época de la emperatriz María Teresa. Construido para rivalizar con Versalles, pasó también a la historia porque en el salón de los espejos dio su primer concierto Mozart.
La Cripta Imperial. La Cripta Imperial se encuentra debajo de la iglesia de los Capuchinos y está destinada a los miembros de la dinastía austriaca. 146 nobles, entre ellos 12 emperadores así como 19 emperatrices han encontrado allí su última morada. María Teresa y su esposo Francisco Estaban de Lorena descansan en un magnífico féretro doble. Los sarcófagos hechos de estaño, bronce y cobre cuentan historias de esta poderosa casa. Teatro de la Opera de Viena. Casi no hay ninguna estrella a nivel mundial que aún no se haya escuchado aquí. Muchos famosos directores trabajaron aquí, entre ellos Gustav Mahler, Karl Böhm und Herbert, von Karajan,.... En carnaval se celebra el baile de la opera, el baile más elegante de Viena.
Museo de Bellas Artes. Este museo cuenta entre los museos más importantes del mundo, ya en sí el edificio es una obra de arte. Destaca la grandiosa pinacoteca, con la colección más grande del mundo de Brueghel y obras de Rembrandt, Rubens, Raffael, y Tiziano.
Grinzing. Las populares tabernas de las afueras de Viena, a las que se puede llegar en tranvía, son una popular atracción para los turistas y para los propios austriacos. En ellas se degusta el vino joven del país y tienen una peculiar atmósfera -mesas de madera en patios y comedores, grandes fuentes de salchichas, codillos, jamón cocido...- que no debe perderse el viajero.
Casa Hundertwasser. El pintor Friedensreich Hundertwasser ideó un insólito edifico multicolor, en el que plantas y árboles salen de los balcones de las casas. Original.