Las flores en la decoración

Ramo de flores.
EP
Europa Press Chance
Actualizado: jueves, 13 mayo 2010 13:10

Todos somos sensibles al encanto de las flores, por lo que resulta lógico que se incorporen a la decoración de nuestra casa, como un elemento más y muy importante a la hora de crear un ambiente que puede variar según las estaciones.

El arte floral necesita conocimientos precisos que se pueden aprender estudiando cursos especializados, a base del llamado ikebana japonés o cualquier otro tipo de composiciones. Pero sin contar con estos conocimientos, el gusto personal de cada uno puede formar composiciones armoniosas y bellas.

Los adornos florales deben basarse en la forma y en el color de las flores, tallos y hojas, así como en el propio envase y el fondo del lugar elegido para situar el arreglo. Se estructuran en disposiciones variables: vertical, es decir alta y estrecha; horizontal y baja; curva, ovalada, circular o radiante, etc. El equilibrio crea estabilidad y compensa armónicamente los pesos a uno y otro lado del centro.

Los adornos florales tienen una serie de características, como son el ritmo, la proporción o escala y el color. Cada una de ellas es fundamental para que el conjunto del ramo sea el deseado. El ritmo favorecerá que la vista recorra fácilmente todo el ramo. Mientras que gracias a la proporción o escala, todos los tamaños utilizados estarán en buena relación entre sí y con el envase. La última de las características es el color, mediante el cual obtendremos la impresión más llamativa ante el adorno floral.

Las flores de más bellas que se suelen utilizar para los arreglos florales son las del ciruelo, el lirio, el gladiolo y otras del mismo corte. Las más atractivas para realizar adornos específicos para mesas son los crisantemos, los claveles, las rosas, las peonías, las lilas o las zinnias entre muchas otras.

Cómo y dónde colocar las flores

Las flores de tallo alto se colocarán al nivel de la vista o más bajas. El fondo sobre el que destaquen deberá ser liso, disponiéndose las flores separadas con intervalos variados. Hay que tener en cuenta tanto el uso, como las características, el estilo y la armonización cromática de la habitación. Así, unas flores humildes no armonizarán en un salón lujoso, ni unas flores exóticas con una habitación sencilla.

Cualquier jarrón, vaso o recipiente puede ser bueno para contener un adorno floral, pero no resultará siempre adecuado para todas las flores o para una mezcla de las mismas. Las flores de tallo alto requieren vasos de forma alargada, mientras que las de tallo corto necesitan recipientes más achatados. Eso sí, los vasos y jarrones deben tener menos importancia que el adorno floral. Sus formas deben ser sencillas y bellas y sus colores suaves.

Los vasos de tipo rústico no sirven para flores delicadas, y las flores de colores intensos no quedan bien en jarrones de porcelana. Con la porcelana y el vidrio se combinan perfectamente el muguete, las violetas y los capullos de matices suaves. Los jarrones de superficie áspera sirven para flores silvestres y sencillas, mientras que los de barro vidriado, loza, madera, cristal y metal son los recipientes más adecuados para flores de calidad intermedia. Por último, debes saber que los jarrones con mucha ornamentación resultan siempre inconvenientes, ya que restan interés a su contenido.

Las flores frescas

Los tallos de las flores se cortan en diagonal con un cuchillo o tijeras grandes muy afiladas, al atardecer o al amanecer, quitándoles rápidamente todas las hojas inferiores. Las rosas se cortan en capullo, rascando el tallo por el extremo y dejándolas en abundante agua. Los tallos leñosos, como los de los crisantemos y las lilas, deben rascarse por el extremo, practicando algunos cortes. Los lechosos, como los de las dalias, las amapolas y otras plantas, se sumergen por el extremo en agua hirviendo para que se mantengan en perfectas condiciones. Sin embargo, los de la hortensia se bañan en vinagre hirviendo y los tallos de los tulipanes se envuelven en papel de periódico y después se sumergen en agua. Para prolongar la duración de los adornos florales deben preservarse del calor, del frío, del viento y del sol, y echando media pastilla de aspirina al agua del recipiente.

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