Por Diego García
Buscamos el norte, el norte de la vieja Europa, deseando alcanzar en el verano la luz del sol de medianoche, la ausencia de la oscuridad; y en ese camino hemos elegido la costa occidental noruega, el país de los fiordos, cuando el mar penetra en la roca, y se interna, poderoso, entre paredes verticales, espectaculares, junto a verdes valles, e imponentes bosques donde aún reinan los renos y los alces, y cae el agua por todas partes.
Acabamos de llegar a uno de esos rincones privilegiados del planeta; un lugar tranquilo y poco poblado, hecho de nieve y glaciares. Y de sus famosos fiordos, o lo que es lo mismo, la entrada del mar en la tierra, espectaculares golfos que se adentran hasta doscientos kilómetros en la costa noruega, entre enormes acantilados, que pueden alcanzar los mil metros de altura, cuyas cumbres pueden encontrarse permanentemente nevadas.
La región de los fiordos se localiza en la costa oeste de Noruega, entre Stavanger y Trondheim, localidades que marcan el fin o el inicio del sur, turístico, más habitado, y el norte, inhóspito, salvaje y bello al mismo tiempo. Pueblos y ciudades se asientan junto a las aguas; Bergen es la ciudad más importante de esta región, y la segunda del país tras Oslo. Los fiordos más importantes son el Sogne y el Geiranger.
Tras la última glaciación, hace más de 10.000 años, llegaron los primeros pobladores de estas tierras, tribus de cazadores de ciervos y renos. Y Harald I el Pelirrojo fue el considerado como primer rey de Noruega, unificando el país en torno al año 900. A través de los múltiples avatares que ha deparado la historia, desde el poderío vikingo hasta la inconsciente llegada de Leif Ericsson a las costas de América del Norte, hacia el año 1000, o la resistencia civil y armada a la ocupación nazi en la Segunda Guerra Mundial, llegamos a la Noruega actual.
Stavanger
En Stavanger, capital cultural Europea del año 2008, durante los meses de verano se siguen celebrando numerosos eventos musicales, teatro, exposiciones, mesas redondas, etc. que convierten a Stavanger en un destino indispensable de esta temporada.
En esta ciudad, la cuarta mayor de Noruega y famosa por sus casas de madera, su museo de petróleo, los fiordos como el Lysefjord y la majestuosa roca el Púlpito son con el Puerto Abierto, inaugurado el pasado 12 de enero, son las principales atracciones de la zona.
El objetivo de Stavanger en este año tan especial ha sido acercar pueblos y culturas para compartir ideas, talentos, pensamientos y sueños. Durante todo el año se han celebrado innumerables eventos culturales, teatro, conciertos, exposiciones, todos ellos basados en la innovación, la fusión de culturas y la integración de la cultura con la naturaleza.
Flam
Fl*m, otro de los puntos más turísticos de la región, ofrece nuevas alternativas a las vacaciones estivales, sorprendentes actividades que te permitirán disfrutar de la naturaleza de los fiordos de la manera más divertida. Uno de ellos es el "Fjord Safari" que permite vivir la naturaleza más salvaje y espectacular, recorriendo los fiordos en Zodiacs, una fantástica manera de entrar en contacto con el paisaje de los fiordos noruegos.
Además, Fl*m es el punto de partida del famoso Ferrocarril Flamsbana, que es una de las atracciones turísticas más famosas del mundo. Este tren te sube desde el fiordo hasta la cumbre de la montaña, escalando cerca de 900 metros en menos de una hora, con paisajes alucinantes e inclinaciones que no te permiten cerrar los ojos ni un minuto. Este recorrido en tren, que disfrutan cada año 400.000 viajeros, ofrece una espectacular experiencia de uno de los parajes más agrestes y majestuosos de Noruega. En los 20 kilómetros del trayecto, el visitante ve ríos que cruzan profundos barrancos, saltos de agua precipitándose en cascada desde abruptas pendientes, montañas de cimas nevadas y granjas que se aferran vertiginosamente a escarpadas laderas.
El ferrocarril de Fl*m es una de las líneas férreas más inclinadas con un ancho de vía normal. El gradiente es de 55/1000 en casi el 80% de la línea. Los túneles que salen y entran en espiral de la montaña son ejemplos de la mayor osadía y destreza en ingeniería de toda la historia ferroviaria noruega. Al pie de las montañas se puede disfrutar de la belleza natural del Valle de Flam y admirar el majestuoso Aurlandfjord, un brazo del fiordo más largo de mundo: Sognefjorden.
También se puede practicar kayak rodeado de paredes verticales llenas de cascadas es una experiencia única de contacto con al naturaleza. El sentimiento es alucinante y hay tours especiales con guía para todas las edades que salen de la playa de Flam, a tres minutos de la estación de tren.
A tener en cuenta
- El Parque Nacional de Hardanger acoge a miles de renos, y es un lugar elegido especialmente para la práctica del senderismo en verano y el esquí de fondo en invierno. El Parque Nacional de Jostedalsbreen es el paraje que protege al mayor glaciar de Europa. Se encuentra situado entre los fiordos del Sogne y el Nord. El agua procedente de las 24 lenguas del glaciar tiñe de verde los valles de la región. Las lenguas de Suppehellebreen y Boyabrenn, desde Fjaerland; y las de Briksdalls, Nigardsbreen y Kjenndalsbreen, desde el Nordfjord, son las más espectaculares.
- Vikingos: historia y mito: Procedentes de tierras escandinavas, los marineros y guerreros de espectaculares cascos con cuernos y largas cabelleras rubias sembraron el terror en Europa durante tres siglos. Su primera hazaña la localizamos en el asalto al monasterio inglés de Lindisfarne, en el año 793. Los vikingos fundarían colonias en lugares tan dispares y tan separados entre sí como Irlanda, Rusia, Islas Feroe, Islandia o Sicilia, llegaron a Groenlandia y se establecerían en Normandía. Además, asolaron ciudades como Lisboa y Sevilla.
Heredera de estos guerreros es toda una tradición de leyendas, de un conjunto de dioses, presididos por Odín, dios de la magia, la guerra y la sabiduría, y su esposa Frigga, protectora del hogar. Fue Odín quien creó al hombre con la ceniza de un árbol, pero no se trata de divinidades invulnerables; por el contrario, son mortales.
Los fiordos: La más profunda de las huellas del glaciar es el Sognefjord, que penetra 190 kilómetros en tierra firme; entre pasadizos estrechos, intimidados por imponentes masas de roca, transcurren las aguas negras que llegan a alcanzar los 1.200 metros de profundidad; entre picos nevados y verdes praderas, si viajamos en ferry, en travesía desde Bergen, será una experiencia inolvidable. En Balestrand, el fiordo de Sogne se bifurca, dando lugar al Fjaerlandsfjord y al Aurlands.
La madera de las casitas de Balestrand, idílico lugar entre el mar y la montaña. atrae todos los veranos a un buen número de visitantes. En Balestrand se encuentra el edificio de madera más grande de Noruega, el hotel Kvikne, y en la orilla opuesta, en Vangsnes, una bonita iglesia medieval de madera del siglo XII. Desde Balestrand hacia Fjaerland disfrutaremos de la máxima expresión de la naturaleza, y muy cerca, el Centro Noruego de los Glaciares, y el Jostedalsbreen, el mayor glaciar de la Europa continental.
El Nordfjord, que se adentra cien kilómetros en las costas noruegas, no es de los más populares, enclave situado entre los más famosos, los fiordos del Sogne y el Geiranger. Desde aquí podremos visitar la cara norte del glaciar Jostedalsbreen, por Briksdal. La localidad más importante de la zona es Stryn, importante por ser cruce de caminos para los viajeros que recorren la zona. En las proximidades del Nordfjord se sitúan Maloy, puerto ubicado en una isla en la boca del fiordo; Floro, la ciudad más occidental de Noruega, situada en otra isla; o Loen, a pocos kilómetros de Stryn, en el extremo oriental del fiordo.