MADRID, 14 Abr. (CHANCE) -
Vivir 24 horas durante una semana con alguien a quien no soportas es un cargo muy, muy difícil. Eso les ha pasado a Laura Matamoros y Carlos Lozano, que han tenido que convivir una semana más antes de la gran final de esta noche aún llevándose como el perro y el gato.
Rosa Collado, del centro de Alava Reyes licenciada, sexóloga y experta en psicoterapia integradora nos ha contado las claves de una convivencia difícil... ¿Cómo soportarse sin perder el control y... sobreviviendo?
Está claro que hay una elección de entrar en el juego, ellos saben a lo que van. De hecho, a ganar un premio. Muchas veces está por delante el ganar que el unirse, y quizá eso es algo que les ha pasado a estos dos, aunque cuando estás dentro muchas veces te olvidas del dinero, porque lo esencial es estar a gusto: recordemos que están totalmente aislados y no les queda otra que compartir cuatro paredes con gente desconocida.
"UNA CONVIVENCIA NORMAL NO DA MÁS QUE HABLAR, UNA CONVIVENCIA DIFÍCIL DA MÁS JUEGO"
Pero, ¿cuáles son las diferencias que les alejan a Laura y Carlos? La psicóloga responde: "Dos diferencias es que son hombre y mujer y es una diferencia generacional. Un hombre suele ser más curtido y más categórico a la hora de hablar".
Otra de las diferencias en su rivalidad es la clara diferencia de edad. "Ella está en la flor de la vida, con más inexperiencia. El nivel de la edad generacional marca unas diferencias. Ambos han decidido de forma libre entrar en ese concurso y ambos tiene los mismos derechos y las mismas obligaciones. Lo mínimo es que se traten entre ellos con dignidad, aunque hayan tenido su propia experiencia vital".
Para la experta, el problema muchas veces es que no se cortan en situaciones extremas, y eso no es lo mejor para la convivencia. Eso sí: desde luego esto refleja el vivir con intensidad las cosas. "Una convivencia normal no da más que hablar, una convivencia difícil da más juego", asegura. Laura y Carlos no tienen que olvidar que están en un concurso y cada uno tiene un sistema de juego muy opuesto.
Sin embargo, esta semana una de las cosas que más ha hecho que saltasen ha sido la prueba de las siluetas del resto de concursantes, donde tenían que escribirles diálogos y describirles. Ambos han saltado por sus obvias diferencias en su afinidad con los concursantes y Rosa Collado lo explica: "Al hablar de los otros hacen que se refuerce su papel de jugador. Va en la parte de la fuerza social y así hacerles más fuertes dentro".
¿QUÉ HACER PARA MEJORAR LA CONVIVENCIA EN ESTOS CASOS?
Para mejorar esa convivencia la psicóloga opina que se fuera tolerante, aceptar lo que no te gusta del otro y respetarlo. "Y si es irreconciliable genera mucho desgaste. Debería mejorar un diálgo donde los valores lleguen a encontrar puntos comunes y hacerlo más fácil", dice contundente.
Otra cosa que sería interesante es en lugar de tener posturas irreconciliables, fijarse en las cosas buenas que hace la otra persona, buscar el acercamiento. "En la casa tiene que haber un diálogo que trate el respeto e intentar negociar normas que sean equitativas. Dialogo, respeto, actitud tolerante y manejar herramientas de negociación", esas son las claves que da Collado para una relación como la de Carlos y Laura.
Lo que vemos en Gran Hermano es un reflejo de lo que sucede en la realidad. La profesional opina que es "lo que pasa en las familias españolas en el día a día". Según Rosa este programa podría ayudarnos, pero "es más fácil ver como se matan los demás que ver o gestionar sus propios problemas. La confianza lleva a esas cosas extremas y la gente lo puede identificar".
Y es que además lo que nos diferencia a nosotros es que estamos viviendo la vida real, en cambio ellos están jugando con el objetivo claro de ganar y en realidad saben que en su día a día no estarían ni vivirían con ellos. Eso sí, para la gente que lo vive de corazón, estar aislada con alguien a quien no soportas tiene que ser una verdadera tortura. Como lo ha sido para nuestros finalistas Carlos Lozano y Laura Matamoros...
