Jorge Suquet: "Soy una persona muy familiar"

El actor Jorge Suquet
BEATRIZ VELASCO/EP
Actualizado: martes, 1 marzo 2011 17:10

MADRID, 1 Mar. (Por Noelia Gala) -

Jorge Suquet se licenció en Comunicación Audiovisual, pero decidió cambiarse al otro lado de la cámara. Este joven actor decidió irse a Nueva York para formarse en la interpretación, y finalmente comenzó allí su carrera en los escenarios teatrales neoyorkinos. Volvió a España para continuar su carrera, de dónde echaba de menos a su familia, sus amigos, la comida, la cultura europea, e incluso los ladrillos rojos de Madrid.

Tras su regreso a Madrid dio el salto a la pequeña pantalla con 'Sofía', una tv- movie sobre la historia de amor de Doña Sofía y Don Juan Carlos, donde interpretaba al Rey, entonces príncipe. Ahora da un paso más en su carrera en la televisión para encarnar a un demonio en 'Ángel o Demonio'. En la serie comparte reparto con Aura Garrido, un ángel al que intenta convertir, y con quién se le ha relacionado últimamente también fuera de la pantalla.

Jorge Suquet confiesa ser seductor como su personaje, y además de estar descubriendo un sarcasmo oculto que tenía gracias a este personaje, envidia de él la elegancia y afirma que él también se cuida por fuera. Se describe como una persona sencilla, amante del arte contemporáneo, el cine y el teatro, además le gusta viajar, estar con los suyos e ir al gimnasio para estar en forma.

- ¿Cómo es tu personaje en 'Ángel o Demonio'?

- Graziel es un demonio de 265 años que disfruta mucho haciendo el mal, le gusta mucho poner a la gente entre las cuerdas, es un demonio muy sarcástico, con un sentido del humor muy inglés. Y sobre todo disfruta mucho haciendo a la gente ver su propia miseria, dejándoles incluso un poco en ridículo, para que luego ellos decidan si cruzan la línea del mal o no, pero mientras lo deciden él se lo pasa muy bien. Aparte en casa es el único que se atreve a pinchar un poco a Duna, que es nuestra jefa. Tiene cierta atracción hacia Alexia. Tiene atracción hacia todas, y usa sus armas de seducción, su sonrisa pícara y su cinismo, para embaucar. Lo que me parece interesante del personaje es ese cinismo, que lo vemos día a día, y que a veces da más miedo que un susto. Alguien que de repente te embauca con una sonrisa, que te hace confiar y de repente por detrás te la clava.

- ¿Tienes algo de ese personaje?

- Supongo que la seducción la usamos todos. Lo que he ido descubriendo por ejemplo es ese sarcasmo, que yo pensé que no lo tenía y me he dado cuenta que hay mucho de mi en él. No soy ni mucho menos tan malo. Yo soy bastante más soso que él. Sí me gusta cuidarme como a él, de él me gusta que es muy elegante, entonces intento cuidarme por fuera. Sí soy juguetón, pero no llego a esos niveles.

- ¿Cómo te sientes en este papel?

- La verdad es que muy bien, y cada vez mejor. Es de los primeros malos que me han dejado hacer, porque siempre tenía más carita de bueno y he hecho más del príncipe. Y entonces al principio no sabía muy bien lo que iba a salir, pero la verdad es que poco a poco ha ido saliendo. Y sobre todo ese sarcasmo ha ido surgiendo solo. Me lo estoy pasando muy bien. No es un personaje excesivamente fácil, pero la verdad es que lo estoy disfrutando mucho.

- Un Licenciado en Comunicación Audiovisual, ¿cómo decide pasarse al otro lado de la cámara?

- La verdad es que no lo sé (risas). Yo desde pequeñito estaba haciendo teatro, y cuando hice audiovisuales igualmente me estaba formando como actor. He trabajado en radio, como ayudante de dirección, pero siempre lo que más me ha tirado ha sido la interpretación. Y de momento, sobre todo en el último año me están dando la oportunidad de hacerlo, y no quiero desperdiciar la oportunidad porque es algo que desde pequeñín he sentido dentro. Lo descubrí tarde, pero sí que he estado haciéndolo desde pequeño.

- Has estado haciendo teatro en Nueva York, ¿por qué decidiste volver a España?

- A Nueva York en realidad en un principio me fui a estudiar allí. Me fui dos años y quería vivir la experiencia de estar allí, reuní algo de dinero y mis padres me echaron un cable. Estuve dos años estudiando, lo que pasa es que tuve la posibilidad de quedarme un tercer año con un visado de trabajo y no lo quise desaprovechar. Empecé a trabajar allí haciendo teatro, se me acabó el visado, pero de repente me di cuenta de que quería volver a España, empezar mi carrera aquí. Y bueno, yo me había ido allí para formarme, no para hacer las Américas. Entonces me volví, y si tengo que volverme para allá, pues ya veremos. Pero yo creo que es importante hacerte una base en tu país, y aparte me apetecía mucho trabajar en España, y aquello es una jungla.

- Estando allí, ¿qué echabas de menos de aquí?

- Yo soy una persona muy familiar, aunque también soy muy independiente, pero a mi familia me gusta tenerla cerca, y a mis amigos. Echaba mucho de menos la comida, que siempre se echa de menos. Y eso que estaba allí muy a gusto, porque Nueva York es una ciudad maravillosa. Pero si echaba de menos un poco la cultura española, incluso la europea. Y, una tontería, el ladrillo rojo de Madrid, esos colores que puedes ver por los bulevares de Alonso Martínez. Tenía muchas ganas de estar aquí y trabajar aquí. Fue una especie de impulso.

- ¿Cómo es el ritmo de trabajo aquí?

- Cuidan mucho el proyecto, y hay un ritmo más pausado, pero aún así vamos a un ritmo bastante rápido. En ocasiones estamos rodando cuatro capítulos a la vez. Luego depende de la semana, en el caso de los demonios en cada capítulo hay unos que tienen más importancia que otros. Depende un poco de por guión lo que te vaya tocando y las localizaciones. Nos van organizando así. Hay semanas que son más frenéticas de trabajo que otras. Dentro de lo que cabe, está siendo intenso, pero hay muy buen rollo con el equipo. Hay veces que ves que todo el mundo está por una misma causa, y que hay muchas ganas de sacarlo adelante, entonces es muy agradable el trabajo.

- ¿Cómo fue para ti meterte en la piel del Rey Juan Carlos?

- Fue un viaje. Porque siempre además hacer una persona que esta viva, y más del peso de Don Juan Carlos, de primeras me dio muchísimo miedo, pero por otro lado me dio mucho gusanillo, como de un reto que te apetece hacer. Fue muy interesante, aunque desgraciadamente se hizo en muy poquito tiempo. La verdad es que fue un trabajo muy intenso con el director y con Nadia de Santiago, que conectamos muy bien. Me hizo ver otro lado de la monarquía, concretamente de Juan Carlos que no conocía. Me hizo aprender cosas de nuestra historia más reciente que no conocía. Fue en reto porque fue mi primer protagonista y encima de ese calibre. Lo hice todo lo mejor que pude, lo disfruté realmente mucho.

- Has pasado de hacer de príncipe a hacer de demonio, ¿cómo preparas tus personajes?

- Yo creo que cada uno te lo preparas según el personaje. Por ejemplo el de Juan Carlos pues sí que leí mucho y vi mucho, leí muchas biografías, intenté coger algún gesto, aunque pocos porque no intentábamos imitar demasiado. Y en este caso trabajas más sobre algo nuevo, entonces me he fijado en trabajos que ha podido hacer John Malkovich o en películas de otros actores que hayan podido interpretar al demonio. Pero luego lo he intentado llevar a mí, y yo creo que los guiones son los que van formando el personaje, y una vez teníamos claro el esqueleto del personaje han ido saliendo cosas. Sí que es verdad que me ha ayudado mucho lo externo, en cambio en Juan Carlos trabajé más desde el interior y lo que podía sentir. En este caso el hecho de que decidiéramos ponerle un bigote, la forma en que va vestido, me ha ayudado mucho a la hora de desenvolverme en el personaje.