Una piel electroluminiscente confiere a los robots estado de ánimo

 Piel Electroluminiscente
UNIVERSIDAD DE CORNELL
Actualizado: viernes, 4 marzo 2016 18:53

   MADRID, 4 Mar. (EUROPA PRESS) -

   Investigadores de la Universidad de Cornell han desarrollado un piel electroluminiscente elástica para robots, que puede conferirles la capacidad de expresar un estado de ánimo cambiando de color.

   El descubrimiento del equipo dirigido por Rob Shepard, profesor asistente de ingeniería mecánica y aeroespacial, podría conducir a avances significativos en la atención de la salud, el transporte, la comunicación electrónica y otras áreas.

   "Este material puede estirarse con el cuerpo de un robot blando, y eso es lo que hace nuestro grupo", dijo Shepard, señalando que el material tiene dos propiedades fundamentales: "Permite a los robots cambiar su color, y también permite que las pantallas cambian su forma"

   Este sistema denominado HLEC (hyper-elastic light-emitting capacitor) puede soportar más de dos veces la tensión de pantallas estirables previamente probados. Se compone de capas de electrodos hidrogel transparente que intercalan una lámina de elastómero aislante. El elastómero cambia la luminancia y la capacitancia (la capacidad de almacenar una carga eléctrica) cuando se estira, lamina y deforma, según un comunicado de la Universidad de Cornell.

   "Podemos tomar estos píxeles que cambian de color y ponerlos en estos robots, y ahora tenemos la capacidad de cambiar su color", dijo Sheperd. "¿Por qué es tan importante? Por un lado, cuando los robots se vuelven más y más una parte de nuestras vidas, la capacidad para que tengan conexión emocional con nosotros será importante. Así que ser capaz de cambiar su color en respuesta al estado de ánimo va a ser importante para la interacción humano-robot".

   Además de su capacidad de emitir luz bajo una tensión de más de 480 por ciento de su tamaño original, HLEC ha demostrado ser capaz de ser integrado en un sistema robótico. Tres paneles HLEC de seis capas fueron unidas entre sí para formar un robot blando que se arrastra, con cuatro capas dando textura a la piel y dos a los actuadores neumáticos inferiores.

   Las cámaras se inflan y desinflan alternativamente, con la curvatura resultante creando un movimiento ondulante. El estudio se publica en la revista Science.