Investigadores del Botánico descubren una nueva especie de hongo

Localización del hongo 'Hyphoderma paramacaronesicum'
RJB-CSIC
Publicado: jueves, 13 septiembre 2018 12:33

MADRID, 13 Sep. (EUROPA PRESS) -

Un equipo de investigación del Real Jardín Botánico (RJB-CSIC) ha identificado una nueva especie de hongo corticioide, a la que han bautizado 'Hyphoderma macaronesicum', según informa la institución.

El equipo describió esta nueva especie en 2012, en el marco de un proyecto sobre hongos corticioides (que desarrollan sus cuerpos fructíferos sobre la madera muerta) de islas oceánicas.

Para el estudio, analizaron morfológicamente 35 colecciones y obtuvieron la secuencia 'barcoding', una pequeña región del genoma que se utiliza a modo de código de barras para identificar las especies (en el caso de los hongos la región ITS del ADN ribosómico nuclear), según explica la científica M. Paz Martín, integrante del equipo de investigación. Los resultados del trabajo han sido publicados en 'Fungal Systematics and Evolution'.

En los hongos, como en otros organismos, hay un gran porcentaje reconocible a través de los caracteres morfológicos. Sin embargo, los investigadores se han dado cuenta, gracias a las herramientas moleculares, que bajo una misma morfología pueden aparecer dos, tres, cuatro o más especies. Es lo que se denominan especies crípticas, especies que no se pueden reconocer por la morfología, pero que, cuando se hacen estudios moleculares, se separan en grupos diferentes.

Según describe Martín, en el estudio de 2012 el equipo vio que cuatro muestras presentaban algunas diferencias en la secuencia ITS, y en los árboles filogenéticos formaban un pequeño grupo separado (clado A) del resto de las muestras (clado B). "Sin embargo, no pudimos demostrar con seguridad que correspondían a especies distintas, ya que los ejemplares de uno y otro grupo eran morfológicamente iguales entre sí, tanto por sus caracteres macroscópicos como microscópicos", explica.

Durante estos años, el equipo ha estudiado nuevas colecciones y obtenido nuevas secuencias, tanto de la región ITS, como de otras regiones del genoma. Han utilizado distintos métodos de análisis para testar si las colecciones pertenecen o no a dos especies.

DESCUBRIMIENTO GRACIAS A LAS SECUENCIAS DE ADN

En primer lugar, efectuaron una identificación preliminar mediante las herramientas que proporciona UNITE, una base de datos de secuencias de ADN ribosómico. En la versión actual de UNITE se obtienen alineamientos automáticos que agrupan las secuencias por grados de similitud; cuando aparecen dos o más secuencias iguales, estas corresponden a lo que se denomina hipótesis de especies (SH).

Al confrontar las secuencias del estudio con la base de datos, se obtuvieron dos SH, que correspondían a los dos clados obtenidos en el trabajo de 2012, uno de ellos correspondía a 'H. macaronesicum', y el otro a una especie desconocida.

También llevaron a cabo análisis filogenéticos, tanto de cada región de ADN por separado, como análisis combinados, entre los que se incluye el denominado "árbol de reconstrucción de especies" (similares a los árboles genealógicos). Todos los análisis separaron las muestras en dos grupos que coincidían con las dos SH obtenidas tras la identificación mediante UNITE. Además, mediante análisis estadísticos reevaluaron los caracteres microscópicos (por ejemplo, esporas, basidios y cistidios); y no se observaron diferencias.

"Como sospechábamos desde el primer trabajo, nuestros resultados confirman que bajo el nombre 'Hyphoderma macaronesicum' se ocultaba otra especie, una especie críptica que no puede diferenciarse por caracteres morfológicos, sólo por las secuencias de ADN, a la que hemos llamado 'H. paramacaronesicum.

Esta nueva especie crece principalmente sobre madera muerta de especies introducidas (por ejemplo, Nicotiana glauca), mientras que 'H. macaronesicum' se ha encontrado siempre sobre especies autóctonas", señala la investigadora M. Teresa Telleria, que dirige el trabajo.

Tal y como ha demostrado este estudio, las nuevas tecnologías van a multiplicar el grado de conocimiento de la biodiversidad de los hongos y estas nuevas herramientas de identificación van a permitir desarrollar trabajos de ecología más precisos.

"Probablemente una de las sorpresas será que la cifra estimada de un millón y medio de especies de hongos, de las que sólo se conocen unos 120.000, se va a quedar corta --destaca el RJB-CSIC--. El cálculo actual fue una estimación que los datos moleculares están corrigiendo al alza".