SEVILLA, 3 Nov. (EUROPA PRESS) -
El plan de recuperación del águila imperial (Aquila Adalberto) en Doñana que pusieron en marcha en enero de 2006 investigadores del Consejo Superior de Investigaciones Científicas (CSIC) ha logrado frenar la mortalidad del águila imperial, triplicando la producción anual de pollos de 3,5 a 10,5 ejemplares.
En un comunicado, el CSIC informó de que con "técnicas de radioseguimiento, localización de ejemplares y seguimiento genético con amplificación de ADN de plumas, se ha podido comprobar que la mortalidad ha vuelto a valores normales, como consecuencia de la provisión sostenida de conejos vivos en los territorios, lo que ha disminuido las salidas de las águilas de Doñana, y los planes para la erradicación del uso de venenos".
Este plan de recuperación del águila más amenazada de Europa, que termina en 2010, se puso en marcha después de que los investigadores descubrieran un mecanismo que aceleraba la extinción de imperiales en Doñana, el cual es portada del último número de la revista Journal of Applied Ecology.
El investigador del CSIC que coordina el proyecto, Miguel Ferrer, junto con el también investigador de la Estación Biológica de Doñana (EBD), Vincenzo Penteriani, descubrió una relación invertida entre la densidad y la fecundidad en las poblaciones de águila imperial de Doñana. "Cuando disminuía la densidad de las poblaciones de las imperiales, su fecundidad media también descendía, de forma contraria a lo que predicen las leyes biológicas, lo que aceleraba la velocidad de extinción de la especie en la zona", relató Ferrer.
Normalmente, según las formas de regulación de las poblaciones que se dan en la naturaleza, cuando una población decrece en exceso, la fecundidad aumenta para recuperar la densidad, mientras que cuando la densidad aumenta demasiado, la fecundidad baja para evitar un crecimiento excesivo de la población. Sin embargo, debido a la alta mortalidad que mantuvo esta especie en la zona de 1992 a 2004, este mecanismo de regulación se invirtió.
Así, durante estos años el águila imperial en Doñana había sufrido un fuerte declive: sus poblaciones se habían reducido a la mitad, de las 15-16 parejas habituales de la zona durante la última mitad del siglo XX se pasó a 7-8 parejas. Los análisis demuestran que esta reducción se debió al aumento de la mortalidad de los adultos, que pasó del seis por ciento al 12,1 por ciento.
MUERTE POR ENVENENAMIENTO
El 61 por ciento de los ejemplares adultos muertos fallecieron por envenenamiento. La aparición de veneno en Doñana y su entorno parece estar asociada a la "disminución de los conejos tras la aparición de la enfermedad de la neumonía vírica", apuntó Ferrer. Al disminuir la densidad de los conejos, las águilas tuvieron que ampliar su área de campeo al exterior del parque, zonas donde se habían aumentado los esfuerzos para eliminar al zorro y otros predadores "usando todo tipo de métodos, legales e ilegales, como el veneno, pero, afortunadamente, este efecto ha remitido en los últimos años", afirmó.
La sustitución de las águilas adultas muertas por ejemplares jóvenes de águila imperial amortiguó durante los primeros años la caída de la densidad de la población, pero a partir de un determinado umbral, cuando se agotaron los individuos jóvenes capaces de cubrir las bajas, las sustituciones cada vez se demoraban más.
"Como las águilas tienen un ciclo reproductor de ocho meses, cualquier demora que se produzca durante este periodo en la sustitución de algún miembro de la pareja impide que se puedan reproducir ese año, lo que afecta a la fecundidad, que a su vez limita la disponibilidad futura de águilas para sustituir las bajas", aclaró el investigador.
Durante los cuatro años de duración prevista del proyecto, se pretende alcanzar de nuevo un mínimo de 10-12 parejas reproductoras y una producción sostenida de 9-14 pollos por año.