Esqueletos indican un aumento de la violencia con las primeras ciudades

Un traumatismo craneal es testigo de una muerte violenta.
Un traumatismo craneal es testigo de una muerte violenta. - UNIVERSIDAD DE TUBINGA
Actualizado: martes, 10 octubre 2023 18:32

   MADRID, 10 Oct. (EUROPA PRESS) -

   El desarrollo de las primeras ciudades de Mesopotamia y Oriente Medio, hace entre 5.000 y 7.000 años, provocó un aumento sustancial de la violencia entre sus habitantes.

   Solo el desarrollo de las leyes, la administración centralizada, el comercio y la cultura hicieron que la proporción de muertes violentas volviera a caer en la Edad del Bronce Temprano y Medio (3300 a 1500 a. C.). Ésta es la conclusión de un equipo internacional de investigadores de las universidades de Tubinga, Barcelona y Varsovia. Sus resultados fueron publicados en Nature Human Behaviour.

   Los investigadores examinaron 3.539 esqueletos de la región que hoy cubre Irán, Irak, Jordania, Siria, Líbano, Israel y Turquía en busca de traumatismos óseos que sólo podrían haber ocurrido mediante violencia. Esto les permitió dibujar una imagen matizada del desarrollo de la violencia interpersonal en el período comprendido entre el 12.000 y el 400 a.C. El período se caracterizó por cambios tan fundamentales en la historia de la humanidad como el desarrollo de la agricultura, el abandono del estilo de vida nómada y la construcción de las primeras ciudades y estados.

   "La proporción de violencia interpersonal, es decir, de asesinato, alcanzó su punto máximo entre 4.500 y 3.300 años antes de Cristo y luego volvió a descender en el transcurso de los siguientes 2.000 años", afirma en un comunicado Joerg Baten, catedrático de Historia Económica de la Universidad de Tubinga, quien es el director del proyecto del estudio.

   "Con la crisis climática, la creciente desigualdad y el colapso de estados importantes a finales de la Edad del Bronce y principios de la Edad del Hierro (1.500-400 a. C.), la violencia aumentó una vez más". La proporción de muertes violentas, identificables por traumatismos craneales y lesiones por armas (por ejemplo, puntas de flecha en esqueletos), es un punto de referencia común utilizado para evaluar la violencia interpersonal.

   Hasta ahora, la investigación al respecto se ha dividido en dos bandos. Uno de ellos, resumido por el psicólogo estadounidense Steven Pinker, afirma una reducción constante en el uso de la violencia a lo largo de los milenios desde la era de las sociedades cazadoras-recolectoras hasta la actualidad. El otro considera el desarrollo de las ciudades y de un poder central como condición previa para las guerras y el uso masivo de la violencia, que ha continuado desde entonces. El nuevo estudio ofrece ahora una imagen más matizada.

   Los investigadores atribuyen el aumento de la violencia en el V y IV milenio a.C. a la aglomeración de seres humanos en las primeras ciudades, todavía mal organizadas. La tasa de violencia sólo se redujo significativamente cuando se desarrollaron los sistemas legales, un ejército controlado centralmente y las instituciones religiosas (por ejemplo, festivales religiosos). El comercio también aumentó en la región oriental del Mediterráneo y Mesopotamia en la Edad del Bronce Temprano y Tardío, como se desprende de las tablillas de arcilla con escritura cuneiforme, que se utilizaban como albaranes y facturas.

   "La mayor seguridad en este período fue inicialmente posible incluso a pesar de la disminución de los rendimientos agrícolas y la creciente desigualdad de ingresos en la Edad del Bronce Medio", afirma Giacomo Benati de la Universidad de Barcelona, coautor del estudio.

   Otro punto de inflexión fue el colapso de muchas civilizaciones avanzadas a finales de la Edad del Bronce. En esta etapa, alrededor del año 1200 a. C., también se produjo una catástrofe climática que duró 300 años, asociada a movimientos migratorios. Esto nuevamente provocó un aumento en la proporción de muertes violentas.