Madrid, 26 de Enero de 2017 - La rinoplastia es un tipo de intervención que tiene como objetivo la modificación de la forma de la nariz. A través de la misma, esta se puede aumentar, disminuir, cambiar su dorso, punta, hacer más grandes o más pequeños sus orificios o diferentes procedimientos relacionados. Además, también se encarga de la corrección de problemas respiratorios, congénitos y diferentes traumatismos.
Motivos para realizar este tipo de operación:
Por lo general, el paciente que se quiere someter a este tipo de cirugía lo hace por estética, porque hay algo que no funciona en su rostro de la manera en la que le gustaría. Es posible que a lo largo de su vida se haya tenido que enfrentar a una serie de complejos y que haya llegado a la conclusión de que ya es hora de cambiar las cosas.
Estos complejos podrían afectar a la
autoestima del paciente, provocando toda una gran cantidad de trastornos, ansiedad o incluso, depresión.
Diferentes métodos:
- Abierta
Una rinoplastia abierta es aquel tipo de intervención que consiste en la práctica de una incisión pequeña de manera externa que se localiza a lo largo de la columela nasal (para que lo podamos llegar a entender, también se le conoce como el tabique).
Es importante considerar que el resultado de este tipo de intervención es un tipo de cicatriz muy pequeña, aunque esta se irá haciendo cada vez más reducida durante el postoperatorio, hasta prácticamente volverse invisible.
Este es el mejor método utilizado para el tratamiento de la punta nasal, logrando una óptima simetría en el rostro del paciente además de corregir mejorar ciertos defectos.
- Cerrada
Por otra parte, también tenemos las intervenciones de rinoplastias cerradas, en donde no se realiza ningún tipo de incisión externa. Se basan en ciertas técnicas de incisiones internas y se suele utilizar para corregir el caballete o la giba, pero no es adecuada para la corrección de la punta nasal.
Es un tipo de intervención mucho más compleja, más cara, pero tiene la característica de que es más complicado que se cree una cicatriz.
En este procedimiento, será labor del cirujano establecer el tipo de técnica que se va a llevar a cabo teniendo como referencia el tipo de intervención que el usuario requiera, así como del objetivo que se desee conseguir.
Postoperatorio
En el momento en el que se ha producido la cirugía, puede ser que el paciente deba de ser hospitalizado durante un día. Durante las 24-28 horas pueden producirse algunas incomodidades, aunque es raro que se presente dolor. También es posible que se presenten algunos hematomas, aunque estos no suelen durar más de 10 días antes de desaparecer.
Durante ese tiempo no se recomienda que se realice actividad física y siempre que se salga a la calle se tendrá que usar una crema solar con un nivel de 40 como mínimo.
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Para más información:
Autor: Pedro Fernández
Empresa: OlimpoMarketing