VALÈNCIA, 10 Nov. (EUROPA PRESS) -
El exministro Guirao, sobre el caso: "La clave del asunto es si Rueda autorizó o no la reproducción"
Una conservadora y exjefa del Institut Valencià d'Art Modern (IVAM) ha afirmado que el museo no compró el Gran Relieve del año 1996 elaborado por el escultor Gerardo Rueda y que ofreció su hijo en una carta a la entonces directora Consuelo Ciscar: "Era una copia".
Así se ha pronunciado la testigo, Marta Arroyo, en su declaración en la sexta sesión del juicio que se sigue en la Audiencia de Valencia contra Ciscar, el ex director económico administrativo del museo Juan Carlos Lledó, y el hijo y heredero del artista, José Luis Rueda, por la pieza 2 del caso IVAM, relativa a un presunto fraude millonario con la adquisición de reproducciones de obras del escultor fallecido Gerardo Rueda.
La pieza principal del procedimiento, centrada en presuntas irregularidades de Ciscar para promocionar la carrera artística de su hijo, Rafael Blasco, conocido como 'Rablaci', acabó en septiembre con una conformidad: Ciscar reconoció que malversó y aceptó la pena de un año y medio de cárcel --frente a los 12 que le pedían--.
En la pieza de Rueda, la Fiscalía reclama para Ciscar la pena de seis años de prisión y multa de 144.000 euros por un delito continuado de prevaricación administrativa, de falsedad en documento oficial cometido por funcionario público y malversación de caudales públicos en su modalidad agravada. Para Lledó pide cinco años y seis meses de cárcel y multa de 63.000 euros; y para Rueda, cinco años por un delito continuado de malversación. Además, solicita una indemnización para el IVAM de 3.456.876 euros.
La testigo, licenciada en Bellas Artes, ha manifestado que entró en 1995 en el IVAM como conservadora y en 2001 ascendió a jefa del área técnico-artística. Allí estuvo solo cuatro años puesto que en 2005 renunció a su puesto y se quedó como conservadora: "Me fui porque no compartía los gustos artísticos ni la gestión". Interpelada por si tenía mala relación con Ciscar, ha dicho: "Prefiero hablar de incompatibilidades".
Sobre las obras de Rueda, en concreto, la del Gran Relieve, se le ha exhibido a la testigo una carta que envió José Luis Rueda a Ciscar en la que le decía textualmente: "Me pongo en contacto con usted para ofrecer en venta, al museo, la obra del Gran Relieve (1995-1996). Quiero informarle de que esta obra fue realizada por su autor precisamente con destino al IVAM de València, con ocasión de la exposición antológica que sobre su obra se llevó a cabo en el museo entre marzo y mayo de 1996".
Al respecto, se le ha preguntado si finalmente lo que adquirió el IVAM era esa obra original de 1996, a lo que la testigo ha respondido que "no": "El Gran Relieve no era el original de Rueda, el que hizo él. El original fue el que expuso en vida en 1996". "Lo que el IVAM compra es una copia realizada 'a posteriori' no el que se hizo para la exposición de 1996".
Por otro lado, se le ha interpelado por su participación en la comisión de adquisiciones en la que se trató la obra del Gran Relieve y sobre la que hay un documento firmado en el que se indica que ella asistió. "Yo no estuve", ha aseverado. "No participé en ninguna reunión de la comisión", ha apostillado.
Ha afirmado que lo que sí hizo ella fue la propuesta de gasto para adquirir la obra, tal y como le requirieron. Interpelada por si en ese momento sabía que se trataba de una copia realizada post-mortem, ha señalado: "De ser así, entiendo que lo habría hecho constar en el texto".
Otra testigo que también era conservadora del IVAM en el momento de los hechos, María Luisa Cañamás, ha explicado que la dirección del museo era la competente para decidir sobre lo que se compra y cómo se hace y ha afirmado que pese a que firmó el documento de la reunión de la comisión de adjudicación del Gran Relieve, ella no asistió. "Yo tenía que firmarlo pero no asistí a ninguna reunión de la comisión. Yo solo firmaba, imagino que por indicación de mi jefa directa", ha señalado.
En la sesión de este miércoles también ha declarado, en calidad de testigo, el exministro de Cultura José Guirao, quien fue director del Museo Reina Sofía desde 1994 hasta 2001. Ha subrayado la figura de Gerardo Rueda, ha indicado que fue un "artista fundamental en su época y una persona que escribía muy bien", al tiempo que ha advertido: "Valoro enormemente la obra de Rueda en el sentido cultural y artístico. Que un museo compre obra me parece bien, pero de ahí no creo que haya que sacar otras conclusiones".
Así mismo, ha manifestado, preguntado por la originalidad de las obras, que "las obras son únicas si hay un solo objeto. Puede haber obras seriadas, que son originales del artista pero seriadas. Hay criterios distintos", ha dicho.
"La clave del asunto es si Rueda autorizó o no la reproducción. Hay artistas que sus familias no han hecho ninguna reproducción, jamás, y hay otros casos en los que los herederos han hecho reproducciones. Habrá que ver en cada caso si esos herederos tenían autorización o no", ha explicado.
Por otro lado, la que fuera jefa del departamento de Gestión Administrativa del IVAM, Ana Valls, actualmente jubilada, ha manifestado en el juicio que en su etapa en el museo se encargaba de la tramitación de expedientes de contratación tras recibir la propuesta de gasto de las obras. No recuerda los contratos de Rueda y ha indicado que, tras redactarlos, los metían en carpetas y pasaban a su superior jerárquico, Lledó, quien luego los enseñaba a Ciscar.
Este miércoles también ha declarado la jefa del Departamento de Registro del IVAM, Cristina Mulinas, encargada desde el año 1992 de la organización del transporte y elaboración del acta de recepción de la obra.
Ha indicado que se enteró de la adquisición del Gran Relieve de Gerardo Rueda cuando le trasladaron el contrato de compra y, preguntada por si hubo problemas con la obra, ha dicho: "Se habló de ello tras la compra pero mi función es únicamente trasladar toda la documentación a la base de datos. Mi departamento no discute si es o no --original--, solo refleja los papeles". Además, ha indicado que no vio los documentos que autorizaban a José Luis Rueda a reproducir la obra de su padre --pese a que él así lo declaró--.
"REPRODUCCIONES SE PUEDEN HACER FÁCILES"
Por otro lado, durante esta jornada ha prestado declaración como testigo Diego López, director de una galería de arte y encargado de hacer un asesoramiento a un cliente sobre la obra de Rueda. Ha explicado que "lo más importante" de una obra de arte es la documentación: "Reproducciones se pueden hacer muy fáciles, lo que acredita que una obra es original es la documentación".
También ha manifestado que una obra original puede tener hasta 12 reproducciones que se considerarían originales. "Se denomina múltiple original", ha explicado. Las producciones deben ser fidedignas al molde o a la maqueta original y únicamente se puede modificar su tamaño.
Por último, ha indicado que para hacer reproducciones post-mortem el artista debe haber proporcionado antes de fallecer sus derechos a la persona heredera. Una vez hecho este paso, "lo que no se puede hacer es crear obra nueva, pero sí agotar la producción como han hecho todos los herederos de arte contemporáneo", ha explicado.