VALENCIA, 30 Sep. (EUROPA PRESS) -
Un total de 110 editores, bibliotecarios, libreros, estudiantes de posgrado, cuentacuentos y animadores culturales participaron entre ayer y hoy en un 'Somposi sobre el llibre, la lectura i les biblioteques: prospectiva per al disseny de polítiques públiques valencianes' organizado por la Associació d'Editors del País Valencià y el Institut Universitari de Filogía Valenciana donde intercambiaron experiencias y pusieron de manifiesto los "claroscuros" del panorama valenciano del libro y la lectura.
Durante estas jornadas, se redactó un documento de conclusiones, con una serie de propuestas que prevén entregar a la Conselleria de Cultura, que esperan sean "escuchadas" y que "con el tiempo", algunas puedan ser asumidas, a pesar de la existencia "deficiencias endémicas" y del contexto de crisis actual, manifestaron hoy en rueda de prensa.
En este sentido, recordaron que, con ciertas fluctuaciones, "tradicionalmente" los índices de lectura de la Comunitat son más bajos que en el resto de España, "que tampoco es de los más altos de Europa", remarcaron. Por ello, exigieron programas "integrales" de fomento de la lectura, con recursos suficientes, personal especializado que los lleve a cabo, y que tengan en cuenta "a quién" van dirigidos, ya que en la actualidad "la mayoría se centran en los niños, cuando son los que más leen", indicaron.
Así, reivindicaron campañas "abiertas e interdisciplinares" en las "todos" los organismos e instituciones se impliquen (Generalitat, Ayuntamientos, bibliotecas centros educativos, universidades...). "La lectura no es sólo responsabilidad de los maestros, es una responsabilidad social" propia de las sociedades avanzadas, sentenciaron.
De hecho, en otros países europeos, se fomentan iniciativas como crear un carnet de lector en la biblioteca más cercana a cada bebé que nace, o llevar el periódico gratuitamente a casa de los jóvenes de 18 años.
Para los padres mayores de 30 años, --"franja de edad que menos lee"--, se ha creado también el 'municipio lector', donde se les dan cursos para aprender a leer en voz alta a sus hijos y en reuniones entre amigos, y se les enseñan los libros que leen los niños con ilustraciones de calidad. Otro iniciativa serían los 'clubs lectores' para diferentes edades que organizan excursiones a los lugares que en los que se contextualizan las novelas.
De este modo, explicaron, se fomentaría también el turismo rural, gastronómico y otras actividades culturales, algo que "habría que cuantificar", incidieron.
Asimismo, abogaron por "flexibilizar" el horario de las bibliotecas públicas y abrirlas los fines de semana, "cuando la gente tiene más tiempo libre", y porque las "escasas" bibliotecas escolares tengan responsables especializados que hagan que funcione como tal y la dinamicen para que no sean solo espacios con libros, puntualizaron.
POTENCIAR LA INDUSTRIA EDITORIAL Y LA LENGUA
Para los profesionales del mundo del libro, es fundamental dotar cualquier iniciativa o campaña de "recursos humanos" y económicos, así como estimular la creatividad de los autores valencianos, ayudando a publicar y difundir sus obras.
En su opinión, es hora de que la Administración considere a la industria editorial valenciana como un "sector estratégico" y diseñe políticas de apoyo preferente en inversión y empleo, estableciendo fórmulas regulares de colaboración con las empresas editoriales valencianas para contribuir a su consolidación como empresa de futuro.
En la misma línea, reclamaron que la Administración mejore las ayudas a la producción del libro valenciano y a la visibilidad del escritor, que fomente la traducción de autores en valenciano a otras lenguas y de obras de otras lenguas al valenciano.
Por último, entre las directrices presupuestarias, pidieron la inversión de dotaciones culturales vinculadas al libro del 1% de los recursos consignados para obras públicas, así como la reinversión en iniciativas de promoción del libro de parte de los beneficios que generan las entidades de crédito con finalidad social.