Cultura.- El espectáculo 'El Florido Pensil' regresa a Valencia con una mirada "sin rencor" a la educación de los 50

VALENCIA 19 Dic. (EUROPA PRESS) -

El espectáculo 'El florido pensil', de la compañía vasca Tanttaka Teatroa, se pone en escena desde hoy y hasta el próximo 6 de enero en el Teatre El Musical de Valencia para ofrecer una mirada "tierna, fresca y sin rencor" a la educación de la España de los años 50. El exitoso montaje, que lleva 12 años recorriendo los escenarios de todo el país, regresa por cuarta vez a la capital valenciana.

'El florido pensil', dirigida por Fernando Bernués y Mireia Gabilondo, cuenta las vicisitudes de una cuadrilla de muchachos sometidos al sistema educativo que dominó la España de posguerra. Los protagonistas van descubriendo al espectador un fresco en el que se recrean los lugares donde el régimen franquista enviaba sus señales de apoyo. Así, desde el aula hasta el cine de barrio, pasando por la radio familiar, la iglesia y la prensa se van sucediendo en esta función.

Después de más de una década en la cartelera y unas 800 representaciones, el montaje conserva "toda su frescura", aseguró hoy en la presentación de la pieza el actor Julio Perugorría, quien integra el reparto de la obra junto a Enrique Díaz de Rada, Ramón Ibarra, Zorion Eguileor, Patxi González, Paco Obregón, José Ramón Soroiz y Alfonso Torregrosa.

Para el intérprete, la clave del éxito de la función radica en que los espectadores "se sienten enormemente identificados y las personas que vivimos aquella época la podemos recordar y reírnos de ella pero sin rencor ni rabia".

Pero también la gente joven, de generaciones posteriores a la etapa que se revive en este montaje, acude a ver esta obra. Perugorría consideró que la popularidad de 'El florido pensil' se ha comentado en el "boca a boca" y se ha producido un fenómeno "como el de la 'mili'; aunque las mujeres no tenían que hacer el servicio militar, los hombres éramos tan pesados contando nuestras historias que ellas también sentían curiosidad por saber que era eso".

Además de parodiar la "(des)educación nacionalcatólica que sufrieron" los niños de la posguerra española, el espectáculo evoca ese momento histórico a través de una buena dosis de canciones, sintonías, 'NODOS' y otros elementos que han caracterizado el "caldo de cultivo de nuestra educación sentimental", apuntó el artista.