El director de la cárcel de Picassent pide más plazas, personal y mayor protección a los funcionarios de vigilancia

Actualizado: jueves, 24 septiembre 2009 17:41

Cánovas insiste en que enviar cada vez a más personas y por más tiempo a las prisiones "no es el único camino"

VALENCIA, 24 Sep. (EUROPA PRESS) -

El director de la cárcel de Picassent (Valencia), Ramón Cánovas, reclamó hoy al Gobierno central más plazas para el establecimiento, especialmente en régimen abierto, y un incremento de las plantillas. Así mismo, pidió a la Administración de Justicia mayor protección y tutela para los funcionarios de vigilancia, que perciben la sensación de "soledad" ante el colectivo de reclusos.

Cánovas realizó estas peticiones durante su intervención para conmemorar la fiesta de La Merced, patrona del centro penitenciario de Picassent, en un acto en el que estuvo acompañado de otras autoridades, entre ellas, el delegado del Gobierno en la Comunitat, Ricardo Peralta, y el presidente del Tribunal Superior de Justicia de la Comunitat Valenciana (TSJCV), Juan Luis de la Rúa.

Este año, la celebración de esta festividad ha sido diferente, puesto que, como consecuencia de la crisis económica, la dirección de Picassent acordó suspender los gastos de la celebración respecto a ofrecer agasajo y atención, con lo que el acto tuvo lugar en Delegación de Gobierno, en lugar de en el establecimiento, tal y como se hacía anteriormente.

Cánovas, que pidió disculpas por este aspecto, aprovechó su intervención en el acto para hacer varias reclamaciones. La primera fue para el Ejecutivo central, al que solicitó que mantenga el esfuerzo en la creación de plazas, especialmente en régimen abierto, orientado al cumplimiento y ocupación. También le pidió un incremento de plantillas, de "personal capaz para atender las tres ramas que constituyen el quehacer de un centro penitenciario: custodia, vigilancia y tratamiento".

Además, el director del establecimiento penitenciario pidió a la Administración de Justicia, tanto al TSJCV como a la Fiscalía, protección y tutela para el funcionario de prisiones, concretamente para el de vigilancia, que "frecuentemente percibe la sensación de soledad ante el colectivo de reclusos".

A sus compañeros de Instituciones Penitenciarias les reclamó "constancia" en su buen hacer, preocupación por mejorar su preparación y que se "supere la duda a cerca de la eficacia de todo el sistema penitenciario en cuanto a posibilidad de reeducar y reinsertar a los presos".

También se dirigió a la sociedad y aseveró que "todos", las instituciones, organizaciones y particulares "están dispuestos a luchar contra el delito", pero "a todos les entra la tentación de mirar hacia otro lado cuando para el cumplimiento de una pena se les compromete a hacer algo", y puso como ejemplos facilitar terrenos para la construcción de una cárcel o acoger la ubicación de un Centro de Inserción Social.

Junto a ello, lamentó que se ha aceptado socialmente que la "única" forma eficaz de luchar contra las viejas y nuevas formas de delincuencia "es la prisión y el incremento de las penas". Al respecto, recordó que tras los hechos delictivos hay desequilibrios sociales y afloran diversas patologías, y que más de la mitad de las personas que cumplen una condena reinciden en la comisión de delitos. Así, dijo que "no parece estar muy de moda hablar de evitar esa reincidencia, que sería la forma eficaz de evitar delitos en el futuro".

Señaló, en este sentido, que la prisión "es un mal necesario" y transformarlo en un bien mediante la reeducación "es el gran reto de la tarea penitenciaria". Así, aseveró que "enviar cada vez a más personas y por más tiempo a las prisiones no es el único camino", ya que los delitos menores, penas cortas, situaciones de primariedad delictiva "pueden ser reprimidas más eficazmente en sistemas de régimen abierto o con el desarrollo de alternativas a la privación de libertad". Puso como ejemplo que en 2008 se dictaron 60.405 sentencias con penas alternativas, pero criticó que su aplicación "requiere más personal e ingente participación social".

"RESULTA PREOCUPANTE"

Desde 1995, la evolución del incremento de personas en prisiones de España "resulta preocupante", aseveró Cánovas, quien señaló que en 2008, la población penitenciaria creció un 10 por ciento. No obstante esta situación "contrasta con la tasa de la criminalidad, que en 2005 fue de 49,5 delitos por cada 1.000 habitantes, mientras que la media europea se encontraba en 70 delitos". Por contra, la tasa de encarcelamiento en España es la "más alta de Europa".

Por su parte, Ricardo Peralta, durante su intervención, concretó que el centro penitenciario de Valencia es el más importante de la Comunitat, con una población algo superior a los 2.000 presos del total de poco más de 7.000 en la Comunitat. Esto, agregó, "acredita que la población reclusa está distribuida de forma homogénea en las tres provincias, algo que no se corresponde con la densidad de población".

Por ello, dijo, atendiendo al incremento de esta población reclusa está prevista la creación de nuevos centros penitenciarios, como el ya construido Castellón II, y la futura cárcel ubicada en el municipio valenciano de Siete Aguas.

Con todo, en el último año, en la cárcel valenciana se ha reducido un nueve por ciento la población reclusa, gracias, en parte, al centro Castellón II. En la actualidad, subrayó, hay 2,33 reclusos por cada empleado público y 3,45 por cada persona de vigilancia. Además, resaltó que cada persona de la cárcel tiene un seguimiento individualizado por parte de las autoridades administrativas y judiciales.