El inventor del arroz dorado: "Ningún ecologista ha podido demostrar que sea perjudicial"

Ingo Potrikus
UCV
Actualizado: viernes, 14 octubre 2016 19:35

Calcula que su aplicación a nivel mundial arrojaría 16.400 miles de millones de beneficio y acabaría con el "hambre oculta"

VALENCIA, 14 Oct. (EUROPA PRESS) -

Uno de los inventores del arroz dorado, Ingo Potrikus, ha asegurado este viernes en Valencia que "ni Greenpeace ni ningún ecologista ha podido demostrar que sea perjudicial para el medio ambiente", si bien ha puntualizado que "no se puede afirmar que el resto de transgénicos no tenga un impacto negativo". "A Greenpeace le he preguntado varias veces por qué creen que es malo para el ecosistema y hasta ahora no me han dado ninguna respuesta", ha subrayado.

El investigador alemán ha realizado estas afirmaciones en rueda de prensa en la Universidad Católica de Valencia (UCV) --en inglés y apoyado por un traductor-- antes de impartir una conferencia en el Centro Cultural La Beneficència de la capital del Turia sobre las "injustificadas" trabas legales a los alimentos transgénicos y en defensa de su potencial nutritivo, dentro del I Congreso Internacional sobre Pobreza y Hambre de esta universidad.

Potrikus --que desarrollo en la década de los 90 esta variedad de arroz de color dorado y enriquecida con vitamina A junto al también alemán Peter Beyer-- ha sostenido que su invención supone "uno de los mayores éxitos" en el campo de los transgénicos, aunque ha lamentado que "tendrán que pasar muchísimos años para que tenga un impacto considerable" en la sociedad.

No obstante, ha hecho referencia a que algunos agrónomos "calculan una influencia muy positiva para la economía y los agricultura" de países orientales como la India y, sobre todo, a las estimaciones del Banco Mundial de que su extensión a escala global "arrojaría 16.400 miles de millones de euros de mejora de la economía". "Los resultados serían impresionantes pero tendrán que transcurrir los años", ha advertido.

Entre los beneficios que conllevaría su aplicación, el experto ha destacado que el arroz es el alimento "más útil" para luchar contra el hambre en el mundo y que esta fue la idea que siguió cuando inició su carrera como científico.

En la actualidad, ha apuntado que existen dos tipos de hambre en el mundo: la provocada por la falta de calorías que sufren "más de 800 millones de personas" y la causada por no ingerir micronutrientes, que ha definido como "hambre oculta" y ha estimado que padecen hasta 2.800 millones de personas. Esta última es "la más perjudicial y la más problemática" por su incidencia en la población infantil", ha remarcado.

Por ello, Potrikus ha insistido en que, para él, su posible beneficio en el campo de economía "no es lo más importante", sino "la salud de los niños y que así no se queden ciegos" (a causa de la falta de alimentos). Además, ha indicado que su aplicación sería positiva no solo para la situación económica de los países, porque "muchos agricultores podrían encontrar trabajo" gracias a la implantación de campos de cultivo para su producción.

LA NORMATIVA, UN PROBLEMA "GIGANTESCO"

A pesar de todas estas potencialidades, el investigador ha reconocido que el arroz dorado no ha logrado implantarse en los últimos daños a causa de la "gigantesca" problemática de que la variedad supere todos los controles para cumplir la normativa alimentaria de cada país, con las consiguientes pruebas sobre el terreno y, ha subrayado, "para demostrar que las personas no sufrirían ningún efecto pernicioso".

De hecho, ha lamentado que en algunos países como Filipinas "han pasado diez años" hasta que ha comenzado a implantarse y que en la India "incluso 16 años" para que se iniciaran las pruebas que verificaran su seguridad.

Así, Ingo Potrikus ha explicado que actualmente se está desarrollando la variedad mayoritariamente en Asia, en países como India, donde "se trabaja mucho con este arroz y podría estar listo en cinco años", mientras en China ha lamentado que "el Gobierno no permite la entrada de transgénicos" y en Filipinas ha señalado que, a pesar del cambio de presidente y la existencia de dos institutos alimentarios favorables a su uso, desconoce si "estarían dispuestos a implantarlo en unos años".

En el caso de Vietnam, ha asegurado que "disponen de una variedad maravillosa" de arroz dorado aunque sus gobernantes "tienen miedo de perder exportaciones" si se llega a implantar; y en Bangladesh e Indonesia donde existe "un gran déficit de vitamina A" entre la población, ha celebrado que "el Gobierno se muestra a favor". "Tengo 83 años y espero poder llegar a verlo en menos de diez años", ha manifestado.

"CON MEDIA TAZA BASTA"

A pesar de todas estas "reticencias", el científico ha sostenido que "serían lógicas si se demostrara perjudicial para el medio ambiente", algo que ha insistido que hasta el momento no se ha puesto sobre la mesa, ya que "su única diferencia con el arroz normal es la vitamina A". También ha apuntado el éxito de otros variedades transgénicas "doradas" como la patata, la banana y gran cantidad de vegetales.

"Solo media taza de arroz (de esta clase) serviría para paliar el déficit de vitamina A de una persona", ha ilustrado, para reiterar que "no existe ninguna lógica ni razón para afirmar que sea pernicioso".

"SÉ LO QUE ES PASAR HAMBRE"

Ingo Potrykus ha relatado su trayectoria hasta que culminó este proyecto y ha recordado que él mismo es "consciente de lo que es pasar hambre". "Fui refugiado de Alemania con solo diez años y lo sentí en mis propias carnes", ha rememorado.

Por este motivo ha asegurado que, cuando se convirtió en científico, se mostró "convencido de que tenía que ayudar a la gente que pasa hambre" y que, tras años de estudios, llegó a la conclusión de que el arroz era el alimento más efectivo para ello.