Leopoldo Pons (COEV) alerta de que el aumento de la deuda pública será un "lastre" para salir de la crisis

Actualizado: viernes, 26 junio 2009 20:44

Defiende la conveniencia de bajar el impuesto de sociedades y de incrementar el control sobre grandes rentas y paraísos fiscales

VALENCIA, 26 Jun. (EUROPA PRESS) -

El decano del Colegio de Economistas de Valencia (COEV), Leopoldo Pons, alertó hoy de que el aumento de la deuda pública puede suponer un "lastre" de cara "a la salida de la crisis", puesto que "todo nivel de endeudamiento actual va a frenar, en mayor o menor medida, la velocidad de recuperación de la economía cuando el ciclo cambie".

Pons se pronunció así en una rueda de prensa, en la que recalcó que en 2009 "se va a disparar la presión fiscal" por haber "producido un déficit público del 10 por ciento del Producto Interior Bruto (PIB) español", de 100.000 millones de euros, que supone haber creado un impuesto que "duplica con creces la totalidad de la recaudación que se tendrá este año", de 40.000 millones de euros.

"En un sólo año, ese aumento del déficit va a incrementar en un 20 por ciento los requerimientos y los esfuerzos tributarios del ciudadano español", recalcó Pons, quien apuntó que, de hecho, "si tuvieras que devolver ese capital el año que viene", en vez de pagar los intereses que éste produce, "supondría un incremento del 200 por ciento" de la presión fiscal.

El decano del COEV hizo hincapié en que "dado que el déficit va a seguir en 2010" y "los costes tributarios del sistema en su conjunto van a seguir incrementándose de una manera importantísima", se debe tener presente que "toda la política de gasto público, la crisis económica y las decisiones técnicas y políticas tomadas van a tener un coste, que hay que evaluar cuidadosamente", dijo.

En este punto, incidió en que "la principal crítica a las políticas de endeudamiento y de déficit público para financiar el gasto público está en que todo nivel de endeudamiento actual va a frenar en más o menos medida la velocidad de recuperación de la economía cuando el ciclo cambie" y apuntó que, al ser el déficit un impuesto a largo plazo, "se está hablando de 4.000 o 5.000 millones de euros de costes financieros" por los intereses generados.

"La deuda condiciona lo que va a pasar en 2010 y 2011", insistió Pons, quien sostuvo que "no podemos seguir endeudándonos más, porque a partir de ahora, la deuda va a detraer liquideces de otros sectores del sistema", puesto que "ya empieza a competir con la economía productiva española".

Así, abogó por analizar "con extremada prudencia" la subida del techo de endeudamiento de las comunidades autónomas, puesto que si bien "darles carta de endeudamiento mayor y conseguir con eso que se respete ese endeudamiento sería una medida estupenda", sería un "problema" ampliar los niveles de endeudamiento y "seguir teniendo los déficits que las comunidades autónomas han decidido".

Pons advirtió de los riesgos que supondría elevar el límite sin "una cota de verdad", dado que implicaría que "haya que recurrir cada cierto tiempo a las famosas deudas históricas, que son absolutamente por criterios políticos, discrecionales y fuera de cualquier modelo de análisis económico de estabilidad financiera a largo plazo".

En cuanto al planteamiento del sistema tributario español, sostuvo que debe alejarse de los "argumentos éticos y morales" propios de las décadas de los 70 y los 80, y buscar "una recaudación más eficiente", además de "ver en qué se gasta el dinero que se recauda".

Resaltó que, en la actualidad, "son los trabajadores, sea por trabajo directo o ahorro, los que acaban financiando el sistema" y señaló que la progresividad en los tributos "siempre ha sido una herramienta de muy dudosa aceptación", puesto que "los sistemas tributarios no están llamando a contribuir que ganan seis millones de euros, y deben contribuir, sino que llaman a la contribución al colectivo que se mueve entre los 18.000 euros y los 60.000 euros, tramos en los que está toda la progresividad", censuró.

Demandó que debe haber "un mayor control y más rigor" sobre estas cuestiones y también a la hora de hacer frente a los paraísos fiscales, que "no permiten tratar igual a los ciudadanos" y "deben desaparecer". Así, valoró que 24 de los 41 paraísos fiscales identificados por España han solicitado ya colaborar para evitar futuras penalizaciones a sus contribuyentes que facturen con España.

Pons cuestionó también la imposición existente sobre los consumos especiales, como el tabaco, hidrocarburos y alcoholes, dado que este impuesto "no tiene capacidad de recaudación y sin embargo, penalizan mucho al consumidor".

Por otro lado, defendió firmemente la conveniencia de bajar el impuesto de sociedades y de "discriminar las tarifas según se distribuya o no beneficios", de modo que "se disminuya el tipo de gravamen y se diferencie el aplicable a los beneficios no distribuidos".

Explicó que esas modificaciones evitarían la doble imposición que provoca el sistema tributario español en la actualidad a las personas físicas en los repartos de dividendos, mientras que en el caso de las jurídicas "lo remansa y no tributan nada".

MERCADO LABORAL "OBSOLETO"

Preguntado por las peticiones empresariales para reformar el mercado laboral, Leopoldo Pons, esta vez a título personal, estimó que el mercado español ha experimentado "una pérdida de productividad importante en los últimos años", que achacó a que "es un mercado anticuado, absolutamente obsoleto, propio de los años 70 y con algunos ribetes de los 90, que no se parece al mercado laboral del resto de la Unión Europea, ni al de los países desarrollados".

Sostuvo, en la misma línea, que las "muy altas" cuotas de Seguridad Social existentes "son un reflejo más de un mercado laboral inoperante, extremadamente burocratizado, encorsetado y que atenta directamente contra la productividad, flexibilidad y capacidad de absorción del empleo cuando empecemos a salir de la crisis".

"Si no reformas el mercado laboral y reestructuras los costes dados por la Seguridad Social, la capacidad de reactivación va a ser muy frenada en los próximos tiempos" y "va a demorar la salida de la crisis", concluyó Pons.