Manuel Rico: "El Botànic ha hecho cosas bien, pero no ha apostado por la gestión pública de las residencias"

El periodista Manuel Rico
El periodista Manuel Rico - PIEDAD SANCRISTÓVAL/REMITIDA PLANETA
Publicado: domingo, 28 marzo 2021 12:06

   VALNCIA, 28 Mar. (EUROPA PRESS) -

   El periodista Manuel Rico asegura que el gobierno del Botnic, al frente de la Generalitat Valenciana, "ha hecho varias cosas bien" en el terreno del cuidado a los mayores, como el "gran esfuerzo inversor" en Dependencia, pero, no obstante, advierte que en la cuestión de las residencias "no ha apostado por la gestión pública, no ha cambiado el marco".

   Así lo pone de manifiesto el director de Investigación de Infolibre en una entrevista con Europa Press con motivo de la publicación de 'Vergüenza. El escándalo de las residencias' (Planeta), un libro en el que indaga en la situación del "lado más amargo de la pandemia".

   Al respecto, Rico declara que "el Gobierno del Botnic ha hecho varias cosas bien, por ejemplo, ha realizado un gran esfuerzo inversor en Dependencia, que con el PP estaba en coma, o ha incrementado el número de inspectores que controlan las residencias de la Comunitat, que pasaron de 7 en 2014 a 18 en 2019, el mayor crecimiento de toda España".

   También destaca "un cambio en la segunda legislatura (no en la primera), a la hora de sancionar con contundencia a las empresas donde se trata indignamente a los ancianos". En este sentido, señala que la sanción de 174.000 euros impuesta al centro DomusVi Jardines de Llíria, "si termina por convertirse en una sanción firme, será histórica por la sencilla razón de que entre 2014 y 2019 no se ha impuesto en España ni una sola multa de más de 100.000 euros a un geriátrico que pertenezca a alguno de los grandes grupos".

   Sin embargo, el periodista subraya "otras cuestiones estructurales que el Botnic no ha cambiado". "La más evidente -concreta- es que no ha apostado por la gestión pública. La segunda legislatura terminará con una nueva residencia pública construida, en Sant Mateu. Una en ocho años. En la dicotomía entre lo público y lo privado, el Gobierno valenciano sigue jugando en el terreno marcado por los intereses del sector privado. El marco no lo ha cambiado. Transformarlo sería

   apostar de forma decidida por incrementar la gestión pública y eso no se consigue construyendo una residencia en ocho años".

   Y añade: "La realidad es que, a 30 de septiembre de 2020, el 91,5% de las residencias de la Comunitat Valenciana contaban con gestión privada (301 de 329). Y que de los 39 centros titularidad de la Generalitat, 29 estaban privatizados, lo que supone el 74,4%. Solo en Castilla-La Mancha es mayor el porcentaje de privatización de las residencias de titularidad autonómica".

   En su opinión, "el meollo de la cuestión en el ámbito administrativo" pasa por mejorar el modelo de inspección y el régimen sancionador. "El modelo de inspección hay que cambiarlo por completo. Ahora se fija en los procedimientos, no en los resultados y fijarse en los procedimientos es comprobar si en plantilla está el personal que marca la ley, centrarse en los resultados es comprobar si el mayor está hidratado o si se pasa el día frente a un televisor sin que nadie le dirija la palabra".

   Igualmente, aboga por cambiar el régimen sancionador, que ahora es "disparatado". "Sobre el papel hay sanciones que pueden llegar al millón de euros en algún caso, pero en la práctica ningún gran grupo recibe una sanción importante".

   Manuel Rico recuerda que muchas empresas hacen bien su trabajo y, de hecho, "en España hay cientos de empresas trabajando correctamente en el sector geriátrico". "Pero es que las sanciones no están pensadas en ningún ámbito para quienes lo hacen bien, sino para quienes lo hacen mal. En este sentido, el Gobierno de Botnic no hizo nada entre 2015 y 2018, pero a partir de 2019 se ha producido un cambio de actitud".

   Aquí considera que la patronal valenciana se ha quejado con frecuencia de que les criminalizan y, a su juicio, "eso es especialmente incomprensible porque la inmensa mayoría de las residencias tienen una actuación impecable".

   "La pregunta me parece obvia: ¿qué problema tiene con un régimen sancionador duro quien jamás incumple la ley? Si yo fuera el gestor de una residencia, y cuidase bien a los mayores, querría sanciones durísimas para los centros que no tratasen con dignidad a los mayores. Quienes manchan la imagen del sector no son ni los familiares que denuncian irregularidades ni los medios que muestran imágenes como las de Jardines de Llíria; quienes manchan la imagen del sector son quienes gestionan así un centro de mayores y quienes protegen y encubren a esos pésimos gestores", razona.

   El periodista afirma que la pandemia de Covid "ha dejado al desnudo muchas debilidades". "Algunos presumían --continúa-- de que teníamos la mejor sanidad del mundo y la realidad nos ha demostrado que años y años de recortes se terminan pagando".

   En cuanto a las residencias, "es innegable que muchas llegaron a la pandemia en una situación crítica: con plantillas muy reducidas, sin planes de contingencia, con falta de formación de los empleados y escasez de equipos de protección". "Si a ello unimos déficits estructurales como el hecho de que la Atención Primaria viva de espaldas a las residencias o las decisiones políticas discriminatorias que se adoptaron en algunas comunidades, especialmente Madrid y Cataluña, tenemos un conjunto de factores que explican lo ocurrido" junto a la dificultad objetiva de enfrentarse a un virus.

EL EDADISMO "MATA"

   Además, Rico enfatiza que "otra gran vergüenza que ha desvelado la pandemia es el edadismo, un 'ismo' del que se habla poco, pero que también mata". "Hay una parte de la sociedad que parece asumir con naturalidad que los mayores tienen menos derechos que las demás personas. Esto, además de triste, es inaceptable. Y hay que combatirlo".

   Por otra parte, el libro aborda quiénes controlan las residencias en España, un sector, explica el autor, en el que invierten sobre todo fondos de private equity (capital privado), no 'fondos buitre'. "Esos fondos tienen dos características básicas: realizan inversiones temporales, de forma que cuando compran una empresa tienen el objetivo de revenderla en un máximo de cinco años con las máximas plusvalías posibles, y las adquisiciones las ejecutan con fuertes operaciones de endeudamiento. Esto último les lleva a invertir en sectores que generen mucho efectivo, lo que les facilita ir pagando la deuda. El sector geriátrico cumple este último requisito".

   Para Rico, "es fácil de entender que alguien que entra en un negocio para dar el mayor pelotazo posible en un máximo de cinco años sólo tiene dos vías para conseguirlo: lograr muchos clientes y ahorrar el último céntimo en gastos. En una residencia, ahorrar el último céntimo significa recortar en personal o alimentación. Y eso impacta directamente en la calidad de vida de los mayores. Esto no es demagogia, esto son matemáticas".

   Por ello, cree que la sociedad española "debería plantearse si este tipo de fondos pueden hacer negocio en cualquier sector, o si no deberían hacerlo cuando estén implicadas personas vulnerables, pero la realidad es que ahora mismo no tienen ninguna restricción".

   Sobre si la Covid transformará el modelo de residencias español, el autor señala que hay cuestiones en las que no es optimista: "Creo que los fondos de private equity seguirán creciendo y acaparando cada vez mayor cuota del sector. Sospecho que la Atención Primaria seguirá viviendo de espaldas a las residencias en la mayor parte de España. No veo que la sociedad asuma que el edadismo es un grave problema. Ojalá me confunda", concluye.

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