VALENCIA 24 Jun. (EUROPA PRESS) -
El concejal del grupo municipal socialista en el Ayuntamiento de Valencia Juan Soto exigió hoy al equipo de gobierno local la retirada de los símbolos franquistas existentes en edificios municipales y espacios públicos de la ciudad, así como la protección de los refugios antiaéreos que se conservan, su declaración como Bien de Relevancia Local y la reconversión en museo de los más relevantes, según informaron en un comunicado fuentes del PSPV.
En este sentido, Soto instó a la alcaldesa de Valencia, Rita Barberá, a que abandone su "reducto reaccionario". El edil socialista, que presentará una moción en este sentido al próximo pleno municipal, recordó que el grupo socialista ya presentó iniciativas similares con anterioridad a la aprobación de la Ley de Memoria Histórica, que fueron rechazadas por el PP.
Por ello, pidió a la primera edil que "aproveche la nueva oportunidad que le brinda la ley estatal y esta nueva moción para rectificar, como ya hizo hace unas semanas la alcaldesa de Alicante, Sonia Castedo, al aprobar la revocación del nombramiento de Franco como hijo adoptivo de la ciudad", señaló.
"En Valencia permanecen numerosos símbolos franquistas que siguen agrediendo la conciencia porque representan la censura, la opresión y la falta de libertades, y que tienen un difícil encaje en un sistema democrático", explicó Soto, quien consideró que Barberá "debe elegir entre continuar siendo ser una excepción, una lamentable anomalía democrática que protege los símbolos de unos valores sórdidos, o si quiere evolucionar con la democracia". "Nos gustaría que nos sorprendiera, que hiciese como Castedo y rectificase", afirmó el edil.
El representante socialista mencionó como ejemplos de símbolos a retirar los escudos presentes en los colegios de Teodoro Llorente, La Torre y San Juan de Ribera. También la cruz instalada bajo el monumento de la plaza Porta de la Mar, erigida en 1946 en recuerdo a los soldados del bando sublevado muertos en la Guerra Civil.
El concejal no se refirió sólo a los símbolos existentes en edificios y espacios de competencia municipal, sino también a los que permanecen en instalaciones de otras instituciones o administraciones. Así, pidió al Ayuntamiento que reclame al Arzobispado retirar, por ejemplo, el panel de la iglesia de San Miguel o el de la iglesia de Massarrojos, y que inste al Gobierno central a retirar el escudo que preside la fachada del edificio de la Capitanía General.
"El Ayuntamiento debe actuar en el marco de sus competencias y dirigirse a otras administraciones e instituciones para que hagan lo propio", explicó Juan Soto. En el artículo 15 de la ley se establece que "las administraciones públicas, en el ejercicio de sus competencias, tomarán las medidas oportunas para la retirada de escudos, insignias, plazas y otros objetos o menciones conmemorativas, de exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar, de la Guerra Civil y de la represión de la Dictadura", sostuvo.
"LOS PUEBLOS QUE OLVIDAN SU HISTORIA"
Por otra parte, en lo referente a los refugios antiaéreos, el edil consideró que "no sirve de nada conservarlos si no se protegen de forma efectiva" y mostró su satisfacción por las recientes declaraciones de la consellera de Cultura, Trinidad Miró, quien defendió la conservación de los refugios porque "los pueblos que olvidan su historia están condenados a repetirla".
Indicó que estas palabras "chocan con el anterior rechazo de Barberá a una iniciativa presentada por el grupo municipal socialista para musealizar los refugios y utilizarlos para recrear los horrores de la guerra y transmitir un mensaje de paz", dijo.
Por ello, Soto pidió a Rita Barberá que abandone su "reducto reaccionario" y declare Bien de Relevancia Local refugios como los ubicados en las calles Alta-Ripalda, Serrano-Palomino, La Espada, plaza Conde Pestagua, o en los colegios de Las Trinitarias, Jesús y María, Luis Vives, Padre Huérfanos o Balmes, el único que en estos momentos reúne tal consideración. Además, exigió convertir los mejor conservados en museos de la paz, como ya ocurre en ciudades como Alcoi, Cartagena, Albacete o Barcelona.