Santiago Posteguillo publica 'Los tres mundos', tercera parte de la saga de Julio César. El escritor visita los escenarios de la novela, como la ciudad de Coblenza, donde concluyen el río Rin y el Mosela - MIQUEL OLIVÉ
VALÈNCIA, 23 Oct. (EUROPA PRESS) -
El escritor valenciano Santiago Posteguillo asegura que una de las enseñanzas que deja para la historia el debate en el Senado de la Antigua Roma es que "si se incide solo y únicamente en lo que diferencia a los grupos que están enfrentados políticamente, se acaba fatal". "Si se juega a polarizar, subrayar la diferencia y no buscar los mínimos comunes denominadores que nos unen y hacen avanzar a una sociedad, acabaremos mal".
Así lo asevera el autor en una entrevista concedida a Europa Press con motivo de la presentación en València de 'Los tres mundos' (Ediciones B), la nueva entrega de la hexalogía dedicada a Julio César. En esta ocasión, el novelista relata la conquista de las Galias, sin olvidar las intrigas que al mismo tiempo se seguían viviendo en Roma y la situación en Egipto.
Posteguillo se ha marcado el horizonte de 2031 para completar su saga sobre la figura de César y asegura que, aunque siente mucha "curiosidad" por otras épocas, como por ejemplo la Segunda Guerra Mundial, sigue "atrapado en Roma", un lugar histórico "inabarcable".
"Se me van cruzando personajes de la Antigua Roma que me apasionan y, además, me embarco en proyectos que normalmente nunca constan de una única novela, así que no sé si conseguiré alguna vez salir del Imperio Romano. Tampoco estoy mal porque, como el mundo romano es nuestro origen, siempre puedes estar hablando desde Roma incidiendo también sobre lo que está pasando hoy", argumenta.
Aquí el narrador reflexiona sobre el tópico de 'conocer la historia para no repetirla': "Si tienes líderes políticos que no saben historia, son los primeros que la van a repetir. Por eso está bien que un líder político sepa mucha historia. Por ejemplo, una de las cosas que te enseña todo el conflicto de los años 51 y 50 en los debates del Senado romano es que si tú incides solo y únicamente en lo que diferencia a los grupos que están enfrentados políticamente, acaba fatal".
Y añade: "Si tú juegas a polarizar, subrayar la diferencia y no buscar los mínimos comunes denominadores que nos unen, que es lo que hace avanzar a una sociedad, pues acabaremos mal". "Siendo legítimo --puntualiza-- defender, por supuesto, cuestiones diferentes, de una forma civilizada. Pero tienes que entender que no puedes ni debes eliminar al contrario y que no siempre vas a persuadir al contrario para que esté de acuerdo contigo. Tienes que buscar con el oponente unos puntos mínimos en común y por ahí ir avanzando. Sin embargo, estamos en un momento donde parece que evidentemente quienes nos lideran han decidido olvidar eso o ni siquiera lo han decidido, simplemente no lo conocen".
'Los tres mundos' se ha acabado convirtiendo en la entrega "más ambiciosa" al incorporar el tercer escenario de Egipto. "Entre la broma y la seriedad, suelo decir que Cleopatra se me ha revelado. Ella entró en la segunda novela, pero un personaje tan atractivo y fascinante no podía quedar fuera", apostilla.
CADA NOVELA, "UN RETO DIFERENTE"
Posteguillo remarca cada novela "tiene un reto diferente" y en esta se ha centrado en contar, no solo la Galia, sino también Roma y Egipto.
Y para los próximos libros, promete muchas más emoción, ya que la biografía de Julio César "va a más": el cruce del Rubicón, Guerra Civil y Cleopatra y magnicidio.
El escritor confiesa que con este largo proyecto siempre ha tenido "seguridad y vértigo", porque, al desarrollarse durante 12 años, quizás el público se puede cansar. Nada más lejos de la realidad, Santiago Posteguillo sigue convenciendo a una legión de lectores fieles que ya han hecho que 'Los tres mundos', que salió a la venta el 21 de octubre, tenga ya una segunda edición.
Y no es poco el mérito de atraer a tantos aficionados, muchos de ellos jóvenes, en un momento en el que hay que 'competir' con las pantallas. Cuenta Posteguillo, también profesor de la Universitat Jaume I de Castelló, que ha intentado concienciar a sus estudiantes de la conveniencia de desarrollar destrezas como la concentración y la tenacidad en la lectura y unirlas a las propias, tecnológicas, de las nuevas generaciones.
Les digo: "Si combináis a vuestras destrezas que yo no tengo, las que yo os quiero aportar, seréis mejor que yo, seréis una generación mejor preparada; pero si rechazáis lo que yo os estoy ofreciendo, seréis mucho peor porque no tendréis ni la capacidad de la frustración ni la capacidad del esfuerzo y estaréis abocados al desastre y a sufrir mucho personalmente. Ahí los únicos que van a ganar son los psicólogos y los psiquiatras".
"DESASTROSAS" REFORMAS EDUCATIVAS
Sobre esta cuestión, el escritor se muestra muy crítico con la clase política, puesto que considera que "las ocho desastrosas reformas educativas que llevamos en el periodo de democracia han ido cada una de ellas cayendo en abandonar la protección del esfuerzo".
"No se puede poner la misma nota a un chaval que se ha esforzado más que a otro que se ha esforzado menos porque eso conduce al desastre. ¿Qué pasa? ¿Que la clase política lo que quiere es un adocenamiento de la población y una generalización de la estupidez y la ignorancia para tener, no ya ciudadanos, sino súbditos que no les exijan nada porque no tengan ningún criterio con qué exigirles? Pues puede ser que eso sea lo que quieran. Pues si es eso lo que quieren, hay que cambiar a la clase política", sentencia.
En la misma línea, aboga por la formación de los políticos --una clase "necesaria", recalca-- y puntualiza que esto no tiene nada que ver con la clase social o el elitismo. "Lo que no tiene sentido es que gente que tiene que representar a millones de personas no tenga una formación adecuada para hacer esa representación", expone.