Terra Natura analiza las heces de un rinoceronte hembra para comprobar si está embarazada

Rinocerontes en Terra Natura Benidorm
TERRA NATURA
Actualizado: miércoles, 10 noviembre 2010 13:17

ALICANTE, 10 Nov. (EUROPA PRESS) -

Los cuidadores de Terra Natura han mandado dos muestras de heces por semana de un rinoceronte hembra a un laboratorio de Viena (Austria) para comprobar si está embarazada, puesto que la hembra --Shiwa, de ocho años-- y el macho --Niko, de 24 años-- del parque se han mostrado "receptivos" desde que entraron en el periodo de celo, y hasta el momento han mantenido varias cópulas, según ha informado en un comunicado el zoológico.

Para certificar el embarazo, los responsables del laboratorio austriaco se encargarán de medir y comprobar si se ha producido un aumento en el nivel de hormonas, que aparecen de manera natural en el proceso de gestación de estos animales. Una vez que el laboratorio reciba las muestras de heces tardará dos semanas en obtener los resultados esperados.

Si los resultados ratifican que la hembra espera una cría, Terra Natura Benidorm sería el primer parque en España que lo logra y pasaría a formar parte del reducido grupo de zoológicos que han conseguido la reproducción en cautividad de esta especie, que actualmente se encuentra gravemente amenazada. De hecho, se calcula que en libertad sólo quedan unos 2.500 ejemplares en India y Nepal.

En el caso de Niko, su avanzada edad no ha frenado el interés por la hembra, y antes de que expire su madurez sexual tiene una nueva oportunidad de conseguir descendencia. Los machos alcanzan esta madurez a partir de los nueve años, mientras que en las hembras se adelanta a los cinco. Esta especie suele tener una esperanza de vida de entre 30 y 40 años, y puede llegar a tener crías prácticamente hasta que mueren, aunque el índice reproductivo de las hembras disminuye considerablemente cuando superan los 30 años.

Si Shiwa está finalmente embarazada, tendrá que completar una gestación de 16 meses hasta parir a su primera cría en el parque de Benidorm. Esta hembra pesa unos 1.700 kilogramos y mide un metro y ochenta centímetros, unas dimensiones que son mucho más pequeñas que las de su pareja, Niko, que pesa unos 2.000 kilogramos, y mide dos metros.

A pesar de sus grandes dimensiones, curiosamente estos ejemplares pueden alcanzar velocidades de hasta 56 kilómetros por hora en distancias cortas, y se desenvuelven con agilidad en el agua mientras se alimentan de plantas ubicadas en las riberas de los ríos, lagos y charcas. Su piel dividida en placas se asemeja a una coraza, que queda coronada por el característico cuerno de entre 10 y 60 centímetros sobre su nariz.

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