MADRID, 18 Abr. (EUROPA PRESS) -
El imaginario del circo se cuela en el Teatro de la Zarzuela con 'El rey que rabió', de Ruperto Chapí, una producción dirigida por Luis Olmos, responsable también de este teatro, que ha ideado una inmensa pista de circo en donde se desarrolla la acción intemporal de este "divertimento", como lo calificó hoy el propio Olmos.
Desde el 20 de abril hasta el 27 de mayo estará en cartel esta zarzuela, que no se representaba desde hace diez años. El libreto, de Miguel Ramos Carrión y Vital Aza, cuenta la historia de un rey recién llegado al poder que apenas ha salido de la Corte y a quien pretenden convencer de la felicidad de su pueblo. El monarca decide comprobarlo por sí mismo y salir camuflado. De esta manera vivirá y descubrirá el amor pasando inadvertido. Olmos dijo haber hecho hincapié en el hecho de que este rey tomará conciencia de que le han estado engañando.
El director de escena aludió al "trabajo muy elaborado" de este montaje, una zarzuela cómica en tres actos y siete cuadros, en el que participan no sólo los cantantes sino también actores, bailarines y acróbatas. "Es un mundo un poco irreal, hemos creado una especie humana curiosa", dijo añadiendo que el espectáculo "fluye con un ritmo espectacular". Olmos aseguró que el objetivo de este montaje, que está pensado para todos los públicos y que es "como un juguete", ha sido "atraer a los más jóvenes e inclusos niños" a esta función.
El elenco está encabezado por Jorge de León y Julio Morales (el Rey), Susana Cordón y Eliana Bayón (Rosa), Amelia Font (María), Luis Alvarez (El General) y Emilio Sánchez (Jeremías). La escenografía es obra de Juan Sanz y Miguel Angel Coso y la coreografía de Michelle Man y el propio Luis Olmos.
SIMILITUDES CON LA OPERETA FRANCESA
Dos maestros son los responsables de la dirección musical: Miquel Ortega, muy ligado al Teatro de la Zarzuela, y José Miguel Pérez-Sierra, que debuta en este escenario con esta producción.
Ortega resaltó la gran "virtud" del Coro de la Zarzuela, que aquí tiene un papel importante, de saber "además de cantar, actuar y decir el texto". Respecto a la Orquesta de la comunidad de Madrid, el maestro catalán recordó que "sabe estar tanto en lo sinfónico como en lo lírico".
Miquel Ortega aludió a la grandeza de Chapí como compositor que, en esta obra, buscó deliberadamente similitudes con la opereta francesa y también con Rossini. Por su parte, Pérez-Sierra resaltó también claras "influencias verdianas y wagnerianas" y calificó 'El rey que rabió' de "obra puntal de la zarzuela española".
Por lo que se refiere a las dificultades vocales de esta pieza, Ortega explicó que los papeles más exigentes son los del Rey, Rosa y Jeremías y señaló que el primero de ellos estaba escrito curiosamente para una soprano pero que, por tradición, lo ha interpretado casi siempre un hombre al tratarse el rey de un varón.
