Raúl Guerra Garrido, Premio Nacional de las Letras 2006: "Mi vida es una excusa para escribir una novela"

Actualizado: sábado, 14 abril 2007 2:01


MADRID, 14 Abr. (EUROPA PRESS) -

El escritor Raúl Guerra Garrido, Premio Nacional de las Letras 2006, presentó ayer su nueva novela 'La soledad del ángel de la guarda' (Alianza), una obra que supone un acercamiento a las relaciones entre los guardaespaldas y sus protegidos "sin especificar un lugar determinado", aunque "se entiende dónde es", explicó el autor. Según Garrido, la razón de continuar con la escritura tras el reconocimiento que recibió el año pasado se debió simplemente a que "es lo que más me gusta", y que considera "la propia vida" como "una excusa" para hacerlo.

A través de monólogos interiores, el novelista consigue transmitir los sentimientos de los protectores a sueldo, unos "ángeles de la guarda" cuya figura está hoy "abandonada". A pesar de verse obligado a evocar recuerdos de personas que ya no están, "amigos que al hojear la agenda ya no aparecen", Guerra se decidió a recuperar estas figuras perseguidas "porque lo he vivido muy de cerca"; si no hubiese sido así, "jamás me habría enfrentado a este reto", señaló.

"Es importante estar en la boca del lobo, porque lo que estás haciendo no es historia, es describir sentimientos", aclaró el autor de 'Lectura insólita de El Capital', con la que consiguió el Premio Nadal en 1976.

CUSTODIO, PATRÓN DE LA POLICÍA

Custodio es el patrón del Cuerpo Nacional de Policía y Guerra tomará prestada la figura de este santo para encarnarlo en su protagonista, una persona obligada a convertirse en la sombra permanente de un profesor amenazado por el terrorismo.

A través de él rescata temas en los que, como el narrador indica al comienzo de la obra, "todo parecido con la realidad no es parecido, es realidad": el rechazo que sufren las personas que entran en este peligroso círculo, la "desconexión" y la "soledad", además de "un miedo especial".

A lo largo de las más de doscientas páginas de la novela aparecerá un proceso de "pigmalionismo", donde "la forma de ser" del propio escolta "se va transformando sin darse cuenta". Algo que no habría sucedido si "el protegido hubiese sido un futbolista, por poner un ejemplo", argumentó.

ATENTADO TERRORISTA

Guerra, nacido en Madrid, con una infancia transcurrida en Cacabelos (El Bierzo) y con una residencia fija en San Sebastián tras múltiples estancias en el extranjero, vivió en primera persona un atentado terrorista. El 21 de julio del 2000 la farmacia que regentaba junto a su mujer voló por los aires y el fuego arrasó todo, incluido un manuscrito de su abuelo que le inspiró para escribir tres años después 'El cuaderno secreto'.

Fueron momentos difíciles para el escritor en una época en la que "cada vez que veía a un amigo por televisión", tenía la sensación de que "le habían asesinado". Sin embargo, con el paso del tiempo ha conseguido asumir que siempre "el que habla es el que pasa miedo".

Crítico con el uso de las armas ("te da una sensación de prepotencia porque te obedece todo el mundo"), y, por supuesto, con la banda terrorista ETA, Guerra recordó que los actos de esta organización "no son marcianos, forman parte de una cotidianeidad y responden a una sociedad pequeña".