LYSS (SUIZA), 20 Jun. (EUROPA PRESS) -
El suizo Fabian Cancellara (CSC) empleó toda su fuerza para deleitar a sus compatriotas y llevarse por delante de todo el pelotón la séptima etapa de la Vuelta a Suiza, 171 kilómetros entre Gruyères y Lyss salpicados con tres tachuelas de cuarta categoría que no variaron la clasificación general, liderada por el luxemburgués Kim Kirchen (High Road).
Tras dos etapas de montaña, el territorio relativamente llano anticipaba un día indicado para aventureros y así ocurrió, con una escapada que murió en la cima del tercer puerto de la jornada a una decena de kilómetros de la meta de Lyss. Una vez agrupado el pelotón, se sucedieron los intentos de fuga en un final de etapa muy abierto al que Cancellara dio carpetazo de forma tajante.
El doble campeón mundial de contrarreloj (2006 y 2007) se fue en solitario y manejó con maestría en los último kilómetros una exigua ventaja que nunca subió de los diez segundos. El pelotón entero se lanzó a la caza, con Silence-Lotto a la cabeza buscando otra victoria para Robbie McEwen, pero el suizo impuso una velocidad de crucero inalcanzable para sus rivales.
De esta forma, Cancellara mostró su gran estado de forma de cara a la contrarreloj de los Juegos Olímpicos de Pekín, a la que llegará como claro favorito, después de apuntarse este año otras carreras importantes como la Tirreno-Adriático o la Milán-San Remo. Los dos últimos kilómetros de hoy por las calles de Lyss, a un ritmo salvaje, son su mejor carta de presentación.
La impotencia general del pelotón no impidió que el alemán Marcus Fothen (Gerolsteiner), noveno clasificado en la general a un minuto de Kirchner, pusiera a prueba al líder con un ataque que era más bien una tentativa. El portador del maillot amarillo refrendó la fortaleza exhibida ayer y respondió a la provocación persiguiendo y alcanzó con facilidad a Fothen, que solo pudo dejarse tragar por el pelotón.
Igor Antón (Euskaltel-Euskadi), tercero a 33 segundos de Kirchner, disfrutará mañana en un terreno favorable de su última oportunidad para recuperar el liderato perdido ayer. La terrible cronoescalada en la que se subirá el Klausenpass (categoría especial) hará ascender a los ciclistas más de 1.500 metros en apenas 25 kilómetros, la última batalla de la ronda helvética, que el domingo se cerrara en Berna con una etapa en principio tranquila.
