Ciclismo/Tour.- La mejor carrera del mundo, ante el reto de lavar su imagen y de superar las emociones del Giro 2008

Actualizado: viernes, 4 julio 2008 14:36

MADRID, 4 Jul. (EUROPA PRESS) -

El Tour de Francia encara su 95 edición con el admirable espejo del último Giro de Italia, ganado por Alberto Contador tras tres semanas de puro ciclismo y batalla con todos los italianos, un reto que para la mejor carrera del mundo pasa por lavar su imagen con una gran competición que destierre al olvido los casos de dopajes de los últimos tiempos y la ausencia de su ganador.

Los dos últimos años, la carrera se ha visto inmersa en un carrusel de casos de dopaje que han vuelto a perjudicar su imagen. Frente a este desconcierto se ha erigido un último Giro que ha devuelto la esperanza a los aficionados, con etapas espectaculares de continua batalla y sin un sólo positivo en los controles, además de contar a última hora con el ciclista madrileño, espectacular vencedor final.

La 'corsa rosa' ha vuelto a enganchar al aficionado y pese a ser refugio de los corredores italianos, su espectacular recorrido y el hecho de contar con los tres ganadores de las 'grandes' de 2007 (Di Luca, Contador y Menchov), la han dado un empujón hasta entonces olvidado.

Por ello, el director deportivo del Tour Christian Prudhomme ya ha mostrado su esperanza de que la carrera no esté "deteriorada" por los asuntos de dopaje y otorga su confianza "en la toma de conciencia de los equipos y los corredores", a su juicio el eje sobre el que debe pivotar una edición limpia de una carrera, ansiosa por recuperar su prestigio.

Prudhomme se refiere directamente a las dos últimas entregas de la 'Grand Boucle', marcadas por la convulsión del dopaje justo cuando se iniciaba una nueva etapa en la ronda, tras la retirada de su absoluto dominador durante siete años seguidos, el norteamericano Lance Armstrong.

El estallido de la 'Operación Puerto' en mayo de 2006, que apartó del Tour a Ivan Basso, Jan Ulrrich y al Astana-Wurth, ex Liberty Seguros, dejó la ronda herida a todos los niveles, hasta que el 'caso Landys' le dio la puntilla definitiva. El americano ganó la carrera de esa edición tras una exhibición cuando parecía derrotado, pero toda la épica de su victoria desapareció de un plumazo con el anuncio poco después de su positivo por testosterona.

Tras el escándalo, la victoria paso a manos del español Óscar Pereiro (Caisse d'Epargne), mientras que el estadounidense continúa inmerso a día de hoy en una batalla por demostrar su supuesta inocencia. La imagen del Tour se vio dañada también con el reconocimiento al de Mos, que recibió el maillot amarillo en un acto en Madrid más de un año después del final de la carrera.

CONVULSA EDICIÓN 2007, ANTES, DURANTE Y DESPUÉS.

Antes de que el gallego recibiera su merecido premio, el Tour vivió otra agitada edición el año pasado, marcada desde antes de su comienzo por las continuas revelaciones de corredores del antiguo Telekom de haberse dopado en la década de los 90. El alemán Jan Ullrich no estaba entre éstos, pero sí el danés Bjarne Riis, ganador en 1996, o un velocista consagrado y ganador de muchas etapas como Erik Zabel.

En la carrera se produjeron los escándalos de dopaje, empezando por el de Patrick Sinkewitz, del T-Mobile, aunque los más graves se produjeron en su tramo decisivo. El primero, el de uno de los favoritos, el kazajo Alexandre Vinoukurov, que dio positivo por transfusión sanguínea en plena competición, después de haber realizado 'bellas' demostraciones, que quedaron en un nuevo engaño, acrecentado cuando acabada la carrera salió a la luz el positivo de su compañero Andrei Kashechkin.

Los organizadores lo tomaron en cuenta y no invitaron para 2008 al 'nuevo' Astana, de Johann Bruyneel y Alberto Contador. En 2007 no hubo dorsal '1' y éste, no habrá campeón. "No podemos volver a confiar en el Astana. Si no estuviera Alberto Contador, la decisión habría sido más rápida y brutal. Lo peor para el Tour es descartar a su campeón, es muy dañino, pero es una decisión difícil y necesaria", comentó hace meses Patrice Clerc, presidente de ASO.

Sin embargo, el Tour de 2007 acabó de la peor manera posible. El danés Michael Rasmussen (Rabobank), virtual ganador, fue expulsado tras descubrirse que había mentido en su paradero y se había saltado varios controles antidopaje. El líder se fue a casa y Contador fue encumbrado como ganador, pero la carrera, marcada desde finales de los 90 por el ya lejano 'caso Festina', quedó 'herida' y ahora quiere volver a ser el ansiado kilómetro 0 para el ciclismo, aunque para ello prescinda de uno de los mejores corredores del mundo.