MADRID, 18 Jun. (EUROPA PRESS) -
El capitán del Real Madrid, Raúl González Blanco, fue el encargado de venerar a la diosa Cibeles rodeando su cuello con dos bufandas y situando entre sus brazos una bandera de la entidad madridista para algarabía de las cerca de 250.000 personas que se citaron en la plaza de la capital de España para festejar el título de Liga cuatro años después.
Los jugadores se habían desplazado desde el estadio Santiago Bernabéu en un autocar descapotable por el paseo de la Castellana hasta llegar a la plaza de la Cibeles, en la que la fuente, escenario habitual de las fiestas merengues, estaba prepara adecuadamente para que sólo uno de los jugadores de la plantilla pudiera engalanarla.
Raúl subió a una grúa preparada a tal efecto para ese acto y colocó una bandera con el escudo madridista alrededor del cuello de la estatua, así como una bufanda al grito de 'campeones, campeones' de los miles de seguidores que se concentraban en la fuente, muchos de ellos provenientes del Bernabéu después de asistir a la victoria ante el Mallorca (3-1).
Posteriormente, después de que los aficionados, deseosos de fiesta después de que no celebraran un título desde 2003, aunque en 2004 se consiguiera una Supercopa de España, corearon los nombres de algunos de sus ídolos, antes de que éstos, que no paraban de ondear sus banderas, volvieran al autobús para regresar al Bernabéu con la camiseta conmemorativa de la trigésima Liga de la entidad madridista.
El autobús se dirigió entonces al coliseo merengue con los jugadores, quienes a su llegada al estadio entraron en los vestuarios para ducharse y disponerse a celebrar en privado, en una discoteca de la capital de España, un título tan difícil como emocionante para muchos de ellos porque sólo nueve jugadores sabían lo que era ganar una Liga.
