SEÚL 26 Mar. (Reuters/EP) -
Los expertos aseguran que el persistente daño provocado por las inundaciones, el alto precio de las materias primas y los enfrentamientos políticos con Corea del Sur podría llevar a Corea del norte a una de las mayores crisis alimentarias desde la hambruna de los años 90.
La grave situación podría obligar a Corea del Norte a realizar varias concesiones en asuntos humanitarios a Corea del Sur a cambio de ayuda. Sin embargo los líderes de Pyongyang han aclarado que intentarán evitar que la crisis de sus granjas afecte a las conversaciones sobre el desarme nuclear internacional.
Corea del Norte, que incluso con una buena cosecha carecerá de cerca del 20 por ciento de la comida necesaria para alimentar a su población, depende fuertemente de la ayuda de China, Corea del Sur y la agencias de ayuda de la ONU.
Kwon Tae Jin, experto del sector agricultor del país en el Instituto Rural Económico de Corea del Sur cree que la situación alimentaria podría ser peor que la de hace quince años "si Corea del Sur no consigue llevar la ayuda necesaria". En la hambruna de los años 90 murieron más de un millón de norcoreanos en un país que contaba con una población de unos 23 millones.
En los últimos años, el país ha recibido ayuda alimentaria masiva de Corea del Sur, gobernada por partidos de centroizquierda, a un bajo precio. Ahora, el Gobierno conservador que asumió el poder en Corea del Sur el mes pasado ha declarado que ya no habrá ayuda gratuita para su "caprichoso" vecino. A esto se une que el Gobierno de Corea del Norte aún no se ha ajustado al cambio de política.
El nuevo presidente de Corea del Sur, Lee Myung Bak pretende que la ayuda venga acompañada de un progreso de su vecino comunista en asuntos de desarme nuclear, de la reunificación de las familias separadas por la guerra coreana, entre 1950 y 1953, y por el regreso de los mil ciudadanos surcoreanos que se calcula que hay retenidos en Corea del Norte.
A LA ESPERA DE PATATAS
Sin el fertilizante que hasta ahora recibía de su vecino del sur, Corea del Norte experimentará un descenso drástico en su cosecha, según Kwon.
La escasez se empezará a notar de manera más dura en los próximos meses cuando las raquíticas reservas de comida, ya maltrechas por las inundaciones del pasado año, se sequen y antes de que el cultivo de patatas empiece a dar sus frutos en junio y julio.
La situación se agrava si se tiene en cuenta que China, lo más parecido a un aliado que tiene Corea del Norte, tiene demasiados problemas internos, como el precio del grano, como para ayudar a su vecino.
Aún así, Corea del Norte ha recibido ayuda de adversarios como Estados Unidos incluso en momentos de tensión por la conversaciones nucleares.