Una joven invidente denuncia que se le denegó, en un principio, la entrada a un restaurante con su perro-guía en Murcia

La Ley 'De los disminuidos visuales usuarios de perros-guía' de la Comunidad contempla sanciones económicas de hasta 12.000 euros

Europa Press Sociedad
Actualizado: miércoles, 19 noviembre 2008 13:22

MURCIA, 19 Nov. (EUROPA PRESS) -

Una joven invidente, P.P.R, denunció ante Consumo que el personal de un restaurante situado en la capital murciana, así como la encargada del mismo, intentaron impedir, en un principio, que entrara al establecimiento con su perro-guía el pasado domingo.

Los hechos ocurrieron el pasado domingo, sobre las 14.15 horas, cuando esta joven y su perro-guía, acompañada de una amiga, se dirigieron a un establecimiento público situado en Murcia para comer.

Así, según relató la afectada, una vez que llegaron al mismo, el personal del establecimiento les preguntó qué mesa querían para comer, si en la zona de fumadores o no fumadores; las dos chicas optaron por la zona de no fumadores. Instantes después, cuando les dijeron la mesa donde podían sentarse, el personal del restaurante comentó que no se permitía la entrada de perros, a lo que la joven invidente respondió que era un perro-guía.

Tras ello, la joven y su acompañante requirieron la presencia de la encargada, quien volvió a insistir en esta cuestión. No obstante, tras explicarle que se trataba de un perro-guía, y mostrarle el carné de la Escuela de Perros Guía de la O.N.C.E, ésta argumentó que sólo si a los clientes de las mesas colindantes no molestaba la presencia del perro-guía podían quedarse a comer; a lo que accedió.

Pese a ello, se pidió a la encargada la hoja de reclamaciones que, tras rellenarse con todos los datos, la joven entregó en la Consejería de Sanidad y Consumo de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia para que se tramite.

Europa Press se puso en contacto con la joven afectada, que relató que la encargada no les permitió pasar, porque "decía que los perros no estaban permitidos". "Aunque le expliqué que era un perro-guía, y le mostré el carné de la Escuela de Perros Guía de la O.N.C.E, la encargada aseguró que ella tenía entendido que los perros no podían entrar", indicó.

A lo que añadió la encargada que sólo "se podían quedar si a los clientes de las mesas de al lado no les importaba ni molestaba" la presencia del animal.

Es por ello por lo que la joven pidió la hoja de reclamaciones, ya que, a su juicio, "no es justo que me tengan que denegar el paso a un sitio cuando tengo el derecho por ley a entrar a cualquier establecimiento público".

La razón por la que rellenó y, posteriormente, presentó la hoja de reclamaciones en Sanidad y Consumo es para que "se dé a conocer esta situación y que no se vuelva a repetir, ya que es violento". "Me hicieron pasar un mal rato denegándome la entrada cuando me corresponde por ley", aseveró la joven, quien manifestó su pretensión de "dar a conocer este problema, ya que no es la primera vez que me ocurre".

Al hilo, dijo creer que este tipo de situaciones se producen por desconocimiento, ya que, recordó, en anteriores ocasiones, "en algunos lugares públicos se me denegó la entrada por no saber que los perros-guía pueden entrar en dicho establecimiento".

Europa Press también se puso en contacto con el dueño del establecimiento, I.C., quien argumentó, basándose en unas imágenes del restaurante, que "efectivamente, se sentaron estas chicas en la mesa y se acercó la encargada, quien le dijo que perros no podía haber, y se identificó [una de ellas] como invidente, por lo que se les atendió perfectamente".

"Lo sorprendente, continuó, ha sido cuando he llamado a la chica y me ha dicho que no había derecho a que se produjeran este tipo de situaciones", ya que, recalcó, "realmente no se le negó la entrada". A lo que añadió que la encargada "vio a un perro que había en una mesa y fue a decir que animales no podían haber allí y entonces, se identificó esa chica como que era invidente y se les dejó comer".

Asimismo, sostuvo que "le he intentado hacer ver a esta chica que tiene que haber cierta tolerancia por parte de todos", e hizo referencia a la existencia de "una legislación española que permite entrar a perros-guía dentro de los restaurantes pero también existe otra en la que los animales no pueden entrar".

Además, reconoció que "es cierto que toda la legislación española no la conoce todo el mundo y en este caso, sí es posible que no tuviera tan claro que pudiera estar, pero se le permitió en cualquier caso". "No hay que darle más trascendencia a la situación, ya que se ve que el tiempo que está hablando con la encargada no llega a un minuto y en un minuto, pocas situaciones de humillación se pueden dar".

Al mismo tiempo, aseguró que la encargada del establecimiento "no sabía que era un perro-guía", y agregó que en el restaurante "han estado perros-guía y nunca se ha puesto ningún problema". "Simplemente es que a este perro y a esta chica no se les conocía", aseveró.

Al hilo, explicó que "si una persona está sentada en la mesa, no se observa si es invidente o no y el perro, cuando está tumbado, tampoco se le puede reconocer, ya que es negro; y en el vídeo no se ve bien como lleva las correas". "Estamos velando por el resto de clientes", dijo el dueño, quien no dudó en afirmar que "la situación por nuestra parte está muy clara y como ya estaban en la mesa, no se pudo identificar que era un perro-guía".

Desde el Ayuntamiento de Murcia explicaron a Europa Press que cuando se produzcan este tipo de situaciones, el afectado deberá pedir una hoja de reclamaciones y dirigirse a la Oficina Municipal de Información al Consumidor (OMIC), que se encuentra en los bajos de la Plaza Saavedra Fajardo, para que se curse esta denuncia.

NORMATIVA Y SANCIONES.

La Ley 3/1994, de 26 de julio 'De los disminuidos visuales usuarios de perros-guía' de la Comunidad Autónoma de la Región de Murcia, dispone, en su capítulo I, que regula el acceso "a cualquier lugar, sin ninguna restricción" de los deficientes visuales graves acompañados de perro-guía.

Asimismo, determina que son perros-guía aquellos que "han sido adiestrados en centros nacionales o extranjeros, de reconocida solvencia, para el acompañamiento, conducción y auxilio de deficientes visuales" y su identificación deberá hacerse mediante "un distintivo que deberá llevar el perro en lugar visible".

Esta Ley también establece sanciones económicas, dependiendo de si son leves, graves o muy graves. En concreto, constituyen infracciones leves el cobro de gastos adicional por el perro-guía y las conductas que, sin infringir los derechos reconocidos en esta Ley, dificulten su ejercicio.

Es infracción grave no dejar pasar al perro-guía en lugares uso público que sean de titularidad privada; y muy grave si no pueden acceder a lugares de uso público que sean de titularidad pública; mientras que las infracciones leves se sancionarán con multa de hasta 3.000 euros; mientras que las graves se sancionarán con multa de hasta 6.000 euros y las muy graves con multa de hasta 12.000 euros

Contenido patrocinado