Forenses desvelan que los palazos que el asesino de Pedrajas dio a su mujer dejaron el cráneo al descubierto

Califican la agresión de "muy brutal" e inciden en que la víctima "tuvo que sufrir bastante" antes de morir

Europa Press Sociedad
Actualizado: martes, 25 noviembre 2008 14:45

VALLADOLID, 25 Nov. (EUROPA PRESS) -

Los médicos forenses que declararon en el juicio con jurado popular que se sigue contra Jesús G.R, el vecino de Pedrajas de San Esteban (Valladolid) de 60 años acusado de la muerte de su esposa ocurrida el 29 de octubre de 2007 en el domicilio familiar, calificaron la agresión de "brutal o muy brutal" y pusieron como ejemplo el hecho de que los palazos que el acusado propinó a la víctima en la cabeza fueron tantos, hasta más de una veintena, y de tal virulencia que dejaron su cráneo al descubierto.

La impactante revelación se produjo durante la prueba pericial ofrecida por los médicos forenses que practicaron la autopsia a Lidia S.C, de 58 años, y que coincidieron al señalar que ésta "tuvo que sufrir bastante" durante la agresión, en referencia a que hallaron en su cabeza veinticuatro heridas inciso contusas ocasionadas por el palo que utilizó el procesado inicialmente y que luego cambió por un cuchillo que "dirigió" de forma certera a su corazón cuando ésta yacía semiincosciente en el suelo de la cocina.

Los peritos, durante la reconstrucción del crimen, explicaron que Lidia S.C. fue atacada por su marido cuando se hallaba secándose el pelo en el dormitorio principal. El acusado empezó a golpearla con un palo y luego la persiguió por el pasillo y el hall de la casa hasta la cocina, donde la siguió dando palazos antes de acometerla con un cuchillo de cocina de 12 centímetros de hoja. Las lesiones aparecidas en el dorso de ambas manos de la fallecida denotan que ésta se cubrió la cabeza para protegerse.

Las proyecciones de sangre en paredes y puertas, donde fueron hallados restos de pelo con tejido, así como las astillas del palo encontradas sirvieron a los forenses para establecer el recorrido que siguió la fallecida antes de quedar tendida boca arriba en la cocina, donde el parricida la remató con un cuchillo que le afectó al ventrículo izquierdo del corazón y ocasionó una hemorragia mortal.

"La cuchillada fue dirigida al corazón, sin ninguna duda, cuando aún latía el corazón de la mujer", asintieron los forenses, quienes recordaron que al practicar la autopsia vieron que "había zonas de la cabeza en la que la piel estaba levantada y se veía incluso el cráneo, que no llegó a fracturarse debido a que tenía unas paredes inusualmente gruesas".

LA VÍCTIMA PUDO DEFENDERSE

Pese a las circunstancias extremadamente crueles con que se produjo el crimen, los forenses apuntaron que la víctima tuvo posibilidades de defenderse. El arañazo que el acusado presentaba en la barbilla, probablemente causado por la uña rota de la mujer, y restos de sangre y pelo localizados en el hall y la puerta de la vivienda revelan que Lidia S.C. contó con posibilidades de defensa y escapatoria, aunque fueran mínimas, lo que eliminaría la agravante de alevosía.

Con respecto al estado mental de Jesús G.R, todos los peritos fueron unánimes al mantener la imputabilidad del acusado pues, según indicaron, "sabía lo que hacía y quería hacerlo" y no tenía alteradas sus facultades mentales. Incluso los psiquiatras, que intervinieron como peritos de la defensa, reconocieron que pese a que el acusado padece un trastorno de personalidad de tipo paranoide y rasgos esquizoides, tal circunstancia no le impedía conocer la ilicitud de la acción cometida ni aminoraba sus facultades intelectivas y volitivas.

LA DEFENSA ELEVA A 9,5 AÑOS LA PETICIÓN

Tras las pruebas testifical y pericial practicadas, el Ministerio Fiscal y la Abogacía del Estado elevaron a definitivas sus conclusiones, según las cuales los hechos serían constitutivos de un delito de asesinato, con las agravantes de alevosía, ensañamiento y parentesco y la atenuante de confesión de los hechos, lo que conllevaría una multa de 20 años de prisión.

Las acusaciones particulares, que representan a las dos hijas del matrimonio y solicitan igualmente 20 años, modificaron conclusiones para incluir la agravante de ensañamiento no apreciada hasta la celebración del juicio. Alternativamente, solicitan 15 años por homicidio, con las agravantes de abuso de superioridad, abuso de confianza y parentesco y la atenuante de confesión.

Por su parte, el defensor, que hasta ahora solicitaba ocho años por homicidio, con las atenuantes de confesión y trastormo mental transitorio, decidió finalmente elevar a nueve años y seis meses la petición consciente de que esta última circunstancia, a tenor de los informes psiquiátricos de su patrocinado, no podía mantenerse como muy cualificada.

La quinta jornada del juicio prevista para mañana estará reservada a la exposición de los alegatos definitivos de las cinco partes personadas en el proceso judicial.

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