Actualizado 14/05/2008 16:03

El acusado de abusar de una menor admite que aparece en el vídeo "aberrante", pero cree que es un "montaje"

La madre de la niña y la defensa destacan el cambio en la conducta del acusado, un "hombre maravilloso" que empezó a comportarse "raro"


SANTANDER, 14 May. (EUROPA PRESS) -

El hombre acusado de realizar tocamientos a la hija de su pareja y difundir las imágenes por Internet, L.M.G.M., aseguró hoy que sí se reconoce en el vídeo grabado, pero rehusó volver a verlo al considerarlo "aberrante" y negó los hechos que se le imputan. "Tiene que ser un montaje, es imposible que sea yo", afirmó durante el juicio, que quedó hoy visto para sentencia.

El acusado, para el que el Ministerio Fiscal pide tres años de prisión por abusos sexuales y siete por corrupción de menores en la causa --en la que no hay acusación particular--, aseguró que "no recordaba" nada de lo sucedido por esa época, entre diciembre de 2006 y mayo de 2007.

La defensa ha solicitado que el estado mental del acusado y su consumo de alcohol y cocaína se consideren como circunstancias eximentes, o en todo caso atenuantes, por lo que pide rebajar la pena a seis meses de prisión por los abusos sexuales y dos años por el delito de corrupción de menores.

El médico psiquiatra que intervino a petición de la defensa, estimó que el acusado sufría en el momento de los hechos "síntomas psicóticos", algo que dedujo a partir de los testimonios recabados en entrevistas al propio acusado, a su pareja en varias ocasiones y su familia.

Apoyado en estos testimonios, el psiquiatra relató cómo en el mes de diciembre de 2006 L.M.G.M. "empezó a oír voces en su cabeza", se volvió "muy discutidor", comenzó a sentir que "le espiaban" y adoptó conductas extrañas, como no quitarse la ropa de trabajo al llegar a casa, o ver la televisión desnudo.

En este sentido, la madre de la niña, que en el momento de los abusos tenía diez años de edad, también incidió en que el acusado, que "siempre fue muy amable y muy tranquilo", comenzó a tener un comportamiento "muy raro" a partir de febrero del año 2006.

Así, relató que empezó a "hacerle la vida imposible", experimentaba cambios repentinos de humor, llegando a insultarla o agredirla sin recordarlo a continuación, o la acusaba de espiarle la basura, hasta un momento en que estas situaciones "se repetían cada vez más".

"Por la mañana era una persona distinta, el hombre maravilloso que siempre había sido", aseguró la mujer, que admitió haberse visto en "varias ocasiones" con el acusado después de los hechos, y que no concretó, a preguntas del fiscal, si su relación sentimental continúa.

La madre explicó que la niña no le contó "nada" de lo sucedido, y que cuando acudió a la Comisaría, la menor se encontraba "muy nerviosa y con mucha ansiedad", y la psicóloga le recomendó que le preguntara sobre ello. Según su madre, después la niña le "dijo que no se acordaba".

Tras la declaración de la niña, que se produjo a puerta cerrada, el fiscal admitió que ésta "no ha podido ofrecer los datos con la misma intensidad que ante la policía" y abogó por tener en cuenta la "peculiaridad" para el testimonio que implica su condición de menor de edad.

Por su parte, el acusado explicó que había consumido cocaína, aunque matizó que tampoco lo recordaba y que si lo sabía era porque se lo había dicho su pareja. El experto propuesto por la defensa explicó que este consumo "puede perturbar sus facultades, su conciencia y su voluntad".

Además, el psiquiatra propuesto por la defensa rechazó el informe médico emitido en la prisión de Villabona, donde estaba preso el acusado, y que definía su estado mental como "simulado o fingido", una posibilidad que negó porque, según dijo, los cambios en la conducta fueron con anterioridad a los hechos denunciados y, una vez en prisión, el acusado experimentó una mejoría en su estado.

HECHOS.

Según relata el Ministerio Fiscal en sus calificaciones provisionales, el acusado se desnudó ante la niña en varias ocasiones, la realizó tocamientos, la desnudó y palpó en la zona vaginal, la sentó sobre él y puso la mano de la niña sobre su pene llegando a eyacular sobre ella.

Además, a través de una Webcam, difundió por Internet un vídeo en el que observaba al acusado realizando tocamientos en la zona genital a la menor, y a ella sentada sobre él, tocándole el pene, que estaba sobre la entrepierna de la niña.

Este vídeo fue grabado por la empresa propietaria del chat desde el que se difundió, y se aportó como prueba en el juicio. La madre de la menor y la moderadora reconocieron durante el juicio, en el visionado, a sus protagonistas, y los agentes que realizaron la operación explicaron que se veían rasgos de su cara que, tras las comprobaciones fotográficas, se correspondían con los del acusado.

EXPULSADO DEL CHAT.

La vista contó con el interrogatorio de los agentes que iniciaron la investigación, conocida en su día como Operación 'Udiseus', el sobrenombre o 'nick' que el acusado utilizaba en sus sesiones de chat.

Según narraron, las investigaciones comenzaron a raíz de la denuncia presentada por la moderadora de un chat de vídeo para adultos. Ésta explicó en su declaración que decidió actuar al ver que en el chat de carácter general un usuario dijo: "Mirad lo que hago con la hija de mi novia".

La moderadora del chat explicó que no tuvo tiempo de realizar una captura de pantalla de este momento, pero que luego inició una conversación con él de carácter privado, al ver las imágenes de vídeo que difundió y que sí pudo grabar.

Tras ponerlo en conocimiento del responsable de la página Web, el acusado fue expulsado del chat o 'baneado', de forma que quedó registrada su dirección IP --la localización del ordenador desde el que accedió--, con la que intentó entrar en el chat en otras ocasiones, y que coincidía con la de la cuenta de correo electrónico con la que se registró en un primer momento y que también es la misma que conocía la mujer, según incidió el fiscal.