Actualizado 15/06/2009 19:05

Los hijos de los emigrantes birmanos en Tailandia carecen de enseñanza escolar

MADRID, 15 Jun. (EUROPA PRESS) -

Miles de niños nacidos de trabajadores inmigrantes birmanos en Tailandia no reciben una educación, según informa la agencia de noticias humanitarias de la ONU, IRIN, que señala que, según la política tailandesa, todos los niños, con independencia de su estatus en el país, pueden asistir a la escuela, aunque muchos niños inmigrantes no lo hacen.

Una gran parte de ellos cita problemas de lenguaje o falta de recursos, mientras que otros se ven obligados a trabajar para ayudar a sus familias. Además, muchos asisten a los centros de aprendizaje para los inmigrantes dirigidas por ONG locales, pero estos centros no están reconocidos por el Ministerio de Educación tailandés.

De los 2,2 millones de emigrantes que se estima que viven y trabajan en Tailandia, sólo 500.000 están registrados oficialmente, por lo que es difícil hacer cálculos exactos de cuántos niños hay entre ellos. Cerca de un 80 por ciento de todos los trabajadores inmigrantes en el país son birmanos, y el resto proceden de Camboya y Laos.

De acuerdo con un informe reciente de la Organización Internacional para las Migraciones (OIM), se estima que hay 200.000 niños inmigrantes menores de 17 años en el país. Sin embargo, algunas ONG estiman que puede haber unos 500.000 niños nacidos de padres birmanos en Tailandia. Al menos 2.000 niños nacen en hospitales tailandeses cada año, mientras que un número desconocido nace en otros lugares.

En agosto de 2005, el Gobierno adoptó una política denominada 'Educación para todos', con el objetivo de dar a todos los niños que hay en Tailandia el mismo acceso para estudiar. De acuerdo a la Fundación tailandesa Camino para la Paz, un niño inmigrante sólo puede ser educado si el profesor le acepta y la familia se lo puede permitir.

Así, el niño podría asistir a las clases, pero sin muchas esperanzas de obtener un certificado emitido por el país que refleje su educación, algo esencial para poder estudiar más. "En la práctica, esta situación es difícil de implantar por varias razones", aseguró la directora de la sección para la protección de la infancia para Tailandia en el Fondo de Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), Amanda Bissex.

"El acceso a la educación para los niños inmigrantes está impedido por los costes adicionales a la educación como, por ejemplo, los uniformes escolares y los libros de texto, la disponibilidad de una educación adeacuada y la lengua en la que se aprende", añadió Bissex.

"La actitud de profesores y comunidades hacia los menores inmigrantes tiene que ser dirigida de manera adecuada para que el proyecto de Educación para Todos pueda implantarse de forma efectiva", indicó un responsable de educación de UNICEF, Rangsun Wiboonuppatum.

También explicó que durante los primeros meses, algunos niños tienen dificultades de adaptación, especialmente aquellos estudiantes que no han desarrollado sus habilidades comunicativas o que tienen alrededor de los diez años y entran a la escuela por primera vez.

Por otro lado, en las escuelas para inmigrantes, los niños aprenden en su lenguaje natal y, en muchos casos, siguen el currículum escolar birmano, con cursos adicionales como lengua tailandesa y aprendizaje informático. Pero después de terminar los cursos, los jóvenes no tienen perspectivas de asistir a la Universidad, ya que su educación no está reconocida de manera oficial por el Ministerio de Educación de Tailandia. "Sin educación, no tendrán una oportunidad de hacer una vida mejor donde vivan, en Tailandia o Birmania", advirtió el subdirector de una ONG en Birmania, Myint Wai.