Actualizado 10/12/2008 18:25

El acusado de violar a una mujer en Santoña (Cantabria) asegura que la relación fue "voluntaria" y que no hubo agresión

La víctima dice que el acusado la amenazó con el gato del coche y la desgarró la ropa


SANTANDER, 10 Dic. (EUROPA PRESS) -

El acusado de agredir y violar a una mujer en Santoña aseveró hoy que ambos mantuvieron una relación sexual "voluntaria" y negó que tirara del pelo, agrediera o amenazara a la víctima, tal y como ésta denunciaba.

Durante su declaración ante la Sección Primera de la Audiencia Provincial, el ciudadano moldavo O.V. achacó los golpes sufridos por la víctima a un "castigo" por parte del propietario del club en el que ella trabaja.

Mientras el acusado sostenía que la ofreció dinero a cambio de relaciones, la supuesta víctima aclaró que ella en realidad trabaja como bailarina en Zaragoza, que se desplazó a Santoña a visitar a una amiga y que durante su estancia bailó en ese club, pero negó que trabajara en él como prostituta.

Según relató O.V., la mujer le pidió que le permitiera conducir el coche, al que al tratar de hacerlo le provocó daños. El acusado la reclamó dinero para cubrir los desperfectos, para lo que ella volvió al club. Así, O.V. sostuvo que fue al regresar al lugar cuando el dueño descubrió que se había marchado del mismo sin pedir permiso, motivo por el que consideró que fue "castigada".

El acusado se enfrenta a una petición de pena de nueve años de prisión y doce de prohibición de comunicarse o acercarse a la víctima por un delito de violación, además de doce días de localización permanente por una falta de lesiones, por la presunta agresión a la mujer para tratar de forzarla.

AMENAZAS Y AGRESIÓN

Los hechos sucedieron en diciembre de 2007. El acusado narró en el juicio como esa noche contactó con la víctima y una amiga suya en un club de alterne en Cicero, desde donde fueron de copas a Laredo. Posteriormente, ambas mujeres discutieron entre ellas por droga.

Por su parte, la víctima relató como, cuando los tres estaban en el coche, su amiga se dio cuenta de que el vehículo iba en otra dirección diferente a la del lugar en que se alojaban, por lo que le pidió que parara y se marchó.

De esta forma, la víctima se quedó sola con su presunto agresor, a quien pidió que la llevara a dormir, al encontrarse cansada. Pero, en cambio, O.V. la trasladó hasta una zona cercana a la playa de Berria, y allí la hizo pasar a la parte de atrás del coche.

La mujer denunció que el acusado comenzó a golpearla y la pegó en la cara, amenazándola con el gato del coche, desgarrándole la ropa y dándole órdenes que ella cumplió por miedo. Rechazó, por tanto, haber recibido los 50 euros que él asegura haberla pagado a cambio de las relaciones.

Como el acusado no pudo luego mover el vehículo después de la agresión, tuvo que llamar a unos amigos para que le ayudaran. Estos declararon que cuando llegaron, el acusado y la víctima estaban hablando y que no vieron nada raro.

La víctima contó que después llegó al hotel, contó lo sucedido a su amiga y llamó por teléfono a su novio, que se encontraba en Zaragoza y llegó a Santoña al día siguiente. La presunta agresión fue puesta en conocimiento de la Guardia Civil.

La amiga de la víctima declaró como testigo y explicó que cuando volvió al hotel, la agredida estaba nerviosa y llorando, y que le explicó que había sido golpeada y violada. El novio de la víctima corroboró estas versiones.